Washington y el Vaticano andan mano en la mano
America latina en el ojo del poder religioso y politico
Washington, centro del poder del imperio, se interesa especialmente al Estado del Vaticano, centro del poder religioso y político de los católicos en el mundo.
Bajo los dos últimos papas, la alianza entre estos dos poderes fue especialmente intensa e indefectible. Se tiene que pensar en la entrega por el Presidente G.W. Bush de la medalla de libertad al papa Juan-Pablo II o también a este aniversario de Benedicto XVI, celebrado en los jardines de la Casa-Blanca. Para quienes querrían ver todas las ramificaciones y sutilezas, les invito a que lean este otro artículo que encontrarán aquí.
La llegada del papa Francisco no está sin suscitar algunas inquietudes en Washington. Su amor de los pobres se vuelve cada vez más molestoso, sobre todo porque comienza a identificar las causas estructurales, entre ellas, el capitalismo salvaje, el individualismo, la codicia y las ambiciones de poder. Las desigualdades sociales son cada vez más evidentes y la paz por las armas no puede sino engendrar más guerras.
Washington no sabría permanecer los brazos cruzados como si no pasaría nada. Necesita colocar a sus hombres, como lo hace en la mayoría de los Gobiernos del mundo, con quienes podrá contar en puestos estratégicos del poder. En el Vaticano, son los puestos cerca del papa. Lo más importante de éstos, después del puesto papal, es él del Secretario de Estado del Vaticano, un puesto central, como él de un Primer Ministro. Ahí tienes lo que dice la Constitución Pastor Bonus :
«Son competencia suya las relaciones diplomáticas de la Santa Sede con los Estados, e incluido el establecimiento de Concordatos o acuerdos similares, la representación de la Santa Sede cerca de las conferencias y organismos internacionales; en circunstancias particulares, bajo mandato del Soberano Pontífice y después de la consulta de los Dicasterios competentes de la Curia, la preparación de los nombramientos en las Iglesias particulares, así como la constitución de estas últimas o su modificación; los nombramientos de los obispos en los países que han concluido con la Santa Sede tratados o acuerdos de derecho internacional, en colaboración con las Congregaciones para los Obispos. »
En el momento de escribir estas líneas, en junio pasado, este puesto de Secretario de Estado del Vaticano no estaba aún colmado y la suerte del cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodriguez Maradiaga, presentido por varios para este puesto, no estaba aún sellada. Desde entonces, el nuncio apostólico en Venezuela, Pietro Parolin, ha sido nombrado Secretario de Estado del Vaticano y el cardenal Maradiaga fue nombrado Coordinador del Comité especial para aconsejar al papa sobre la reforma de la Curia romana. Nombramientos que tienen ciertamente sus secretos. Los dos personajes mas importantes, Pierto Parolin, secretario del Estado del Vaticano y el cardinal Mardiaga, brazo derecho del papa Françisco, tienen en comun el no compartir el socialismo de la revolucion bolivariana.
¿QUIEN ES PUES ESE CARDINAL DE HONDURAS?
Se trata obviamente de un personaje importante en la Iglesia y, a no subestimar, en la geopolítica de América Latina. En varias ocasiones el papa le significó que había toda su confianza.
Ya en 2005, en el Cónclave para elegir al sucesor del papa Juan-Pablo II, estaba en la lista de los candidatos serios para el papado. En la época, se había adquirido una determinada reputación de un cardenal próximo a los pobres y simpático a la corriente de pensamiento de la teología de la liberación.
Esta reputación se evaporó rápidamente cuando se asoció, en 2009, a los golpistasquiénes se apoderaron, por la fuerza, de los poderes del Estado Hondureño, expulsando por las armas al Presidente legítimamente elegido, Manuel Zelaya. Este 28 de junio de 2009 habrá sido determinante para descubrir detrás de este cardenal de los pobres, el aliado indefectible de Washington y de las oligarquías nacionales.
Estos acontecimientos reflejaron el personaje político del cardenal. Sabemos que la decisión del golpe de Estado fue, antetodo, motivada por el hecho de que el Presidente Zelaya se había juntado al grupo de la Alianza bolivariana para los pueblos de nuestra América – Tratado de comercio de los Pueblos (ALBA – TCP).
“En primer lugar evocada por Hugo Chávez, presidente de Venezuela, en una cumbre, en diciembre de 2001, de los Jefes de Estado de la Comunidad caribéenne, el ALBA fue lanzada oficialmente en abril de 2005, con la firma del “Tratado comercial del pueblo ” entre Cuba y Venezuela. Desde entonces, Bolivia, Nicaragua, Dominica y Honduras se asociaron a esa iniciativa, que miraba en primer lugar a promover una alternativa a la ZLEA (Zona de libre comercio de las Américas) promovida por Washington. »
Se trataba por los putschistas, de un paso a no dar de parte del presidente Zelaya con el ALBA.
Los habituados de la reciente historia de América Latina saben muy bien que ningún golpe de Estado sería posible sin el acuerdo y el apoyo de la Iglesia institucional. Honduras no escapa a esta norma.
El cardenal Maradiaga ha sido implicado en encuentros preparatorios a este golpe de Estado. Él no podía ignorar que el motivo oficial alegado para derrocar al Presidente legítimo era inconsiste. De hecho, se trataba de una consulta no vinculante en cuanto a la pertinencia de hacer votar, en una cuarta urna, la formación de una asamblea constituyente para elaborar una nueva constitución.
El presidente Zelaya no estaba en la lista de los candidatos a la presidencia. Este echo no modificó en nada el apoyo del cardenal a este golpe de Estado militar, juzgado totalmente legal por él y la conferencia de los Obispos.
Además, no podía ignorar que la firma al pié de la supuesta carta de dimisión del Presidente era una falsificación de su firma y una maniobra injusta para hacer tragar esta culebra (de golpe de Estado) por la opinión mundial. Lejos de denunciar el carácter criminal, hizo como si no pasaba nada.
Durante todo el período de represión que siguió, se hizo muy silencioso sobre los crímenes cometidos. Periodistas han sido asesinados y dirigentes sindicales eliminados. No se lo vio levarse en contra de los militares y estas élites que llevaban al Estado como bien les parecían.
De parte de un supuesto simpatizante de la teología de la liberación, como algunos les gustaban decirlo, era un vuelco a la democracia y a los dejados por cuenta.
Su sectarismo y sus escogencias ideológicas se revelaron plenamente en la homilía que pronunció, el 3 de febrero de 2010, con motivo de la misa de Acción de gracia en el honor del nuevo presidente, Porfirio Lobo. He aquí un extracto de estas palabras elogiosas que tuvo con respeto al principal golpista, Roberto Micheletti:
« Hoy es un día especial para dar gracias a Dios, por la Virgen María, para nuestro Honduras, para la libertad, la soberanía y la independencia que Don Roberto Micheletti supo defender con las fuerzas armadas y al lado de millares de Hondureños que quieren formar parte de las soluciones, no de los problemas ».
El 10 de febrero de 2010, añadía en presencia de los nuevos electos:
“Alégrense, queridos hermanos y queridas hermanas, Ustedes que deben dirigir este país. Dios los ha elegido, ya que Dios bendice Honduras”.
“Queremos que reinen entre nosotros la comunión, la fraternidad, la reconciliación y la paz”.
“Nos alegramos en el Señor cuando un Hondureño respeta otro que piensa diferentemente, cuando nosotros no nos tratamos como enemigos, pero como hermanos, cuando nos miramos en los ojos y reconocemos a los hijos de Dios, de un mismo padre, de Honduras y de Nuestra Señora de Suyapa”.
“Somos llenos de esperanza, ya que sabemos que el humanismo cristiano guiará esta nueva etapa de Honduras, y deseamos poder colaborarlo todos en este proyecto para el bien de la nación”.
He aquí un discurso que merecería por sí solo un análisis profundo. No obstante, se puede plantearse desde ahora una cuestión de fondo. ¿Por qué no haber tenido este discurso ante las oligarquías y los golpistas, antes de cometer sus crímenes, en junio de 2009? Lejos de allí, él sugiere incluso que los electos de Dios, que son los nuevos dirigentes oligárquicos, sean los auténticos portadores del humanismo cristiano y que los otros, los que los precedieron, no eran ni los electos de Dios, ni los portadores del humanismo cristiano. Ya se ve por donde va el cardenal.
Les refiero a un artículo, escrito sobre el tema en julio de 2009. También hay este debate que suscitó la invitación del Instituto Católico de París al cardenal Maradiaga para hacerlo Doctor Honoris Causa. Sobre esta cuestión, les refiero también a este artículo de Golias. Esta ceremonia, a raíz de las numerosas protestas, fue cancelada.
Estamos obviamente lejos de la presentación que nos hace Wikipédia. Todo no se para allí. Se convirtió en el hombre clave de Washington para sus relaciones con la Iglesia y América Latina.
UNA ESTRATEGIA PARA VOLVER A TOMAR EL PODER
Numerosos acontecimientos y varios análisis permiten descodificar una estrategia de intervención que transforma en salvador a quien no lo es y en diablos a los otros. Podríamos llamarla la estrategia de los dos extremos con miras a crear el espacio necesario para que un nuevo salvador pase por el medio.
Sabemos por experiencia de vida que entre dos extremos, hay siempre quienes hacen figura de gran sensatez y que se presentan como una alternativa razonable a estos dos polos extremos. Para eso, es necesario y obvio que existan estos dos extremos o por falta de existencia, es necesario crearlos.
El ejemplo perfecto para hacer comprender bien este enfoque me viene del discurso desarrollado por algunas autoridades eclesiales. Últimamente, el papa Francisco en su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” denunció con fuerza uno de estos extremos, representados por estas fuerzas ocultas de las finanzas y de la economía que reduce la persona humana a residuos para la basura. El nombre de este extremo es el capitalismo y el imperialismo.
¿Mientras tanto, qué permanece como alternativas? Inevitablemente varios portarán sus miradas sobre los países emergentes de América Latina que se inspiran en un socialismo que definen del siglo XXI. Ahora bien, este socialismo, lo sabemos, es la bestia negra de los episcopados latinoamericanos y coincidentemente de los Estados Unidos, los cuales son lugares y sitios del imperio.
Se plantea entonces la cuestión de saber cómo, sin negar las pláticas del papa Francisco, deshacerse de esta alternativa más bien molesta para el episcopado latinoamericano y para el imperio con quien coopera.
Aquí, entra en acción nuestro cardenal Maradiaga. He aquí un extracto de la entrevista concedida a periodistas, en su paso por Berlín en enero pasado. En esta entrevista, añade más sobre las declaraciones del papa hablando del fracaso de la globalización y de la corrupción endémica que alcanza a todos los dirigentes latinoamericanos. En el mismo soplo, hace igual con el socialismo del siglo XXI que asocia a Venezuela y que califica no solamente de fracaso, sino de un “gran” fracaso.” ¿Qué persiste entonces, si no es la llegada de una primavera latinoamericana que hará aparecer nuevas figuras para una nueva gobernanza? Un espacio necesario para que Washington y sus aliados, bajo exteriores de un renacimiento, vuelvan a tomar el control de los Gobiernos, bajo la forma, sin duda, de un humanismo cristiano, versión Maradiaga.
Religión digital da cuenta de una entrevista concedida por el cardenal a periodistas, bajo el título: Maradiaga: “La globalización fue un fracaso: es una mascarada para un monopolio disimulado” Traduzco para ustedes el informe en español.
“En un encuentro con los periodistas en Berlín, Rodríguez Maradiaga, Salesiano y el Presidente de Cáritas Internacional, consideró que la política en América Latina se convirtió en una “industria” dónde lo principal es el beneficio personal de la clase dirigente y no la búsqueda del bien común.
Esta situación generó una corrupción increíble, acompañada de una gran “impunidad” causando profundas desigualdades que dividen el subcontinente, uno de los problemas principales de América latina.
Eso conduce a la tentación de otro tipo de gobernanza, dando el ejemplo de Venezuela, cuyo sistema igualmente es un gran fracaso y que, a su modo de ver, implica la misma corrupción, pero bajo otra cara.
“¿Para cuándo la llegada de una primavera latinoamericana, se preguntó el cardenal Hondureño, haciendo la aproximación con lo que pasó con las revoluciones que tomaron su despegue en 2011 en el mundo árabe?”
Aquí, la mesa está puesta para que el imperio, amante de esta democracia sobre la cual detiene el máximo control, se implique y haga posible las condiciones para una revolución cuyo primer objetivo consistirá en poner fin a este socialismo del siglo XXI y volver a tomar el control de los Estados.
Es necesario decir que el cardenal no perdió tiempo a analizar lo que pasa en Bolivia, en Ecuador e incluso en Venezuela. No tomó más tiempo para detenerse en la dinámica de los organismos regionales como MERCOSUR, UNASUR, CELAC, ALBA, etc. En resumen, él no ve que ya existe una primavera latinoamericana en plena extensión, una primavera que se realiza no por la violencia, los saqueos y los homicidas sino por la resistencia y la democracia. De esta primavera, el cardenal prefiere no hablar, ignorándola y fundiéndola en lo genérico de “toda América Latina” corrompida. Asi, Lula, Dilma Rousseff, José Mujica, Rafael Correa, Evoi Morales, Hugo Chavez y ahora Nicolas Maduro son todos corruptos.
Nos salta a la vista que la intervención del cardenal se sitúa en el marco de un plan global, seguramente establecido por Washington y algunas autoridades eclesiales, de las cuales forma parte.
Así pues, el gran lobo malévolo de la globalización volverá a ser, esta vez, vestido de la ropa del Buen Pastor, el salvador de un mundo corroído por la corrupción y la utopía engañosa. Sin perder nada de sus prerrogativas anteriores, sabrá dar a todas sus intervenciones el aspecto de la moderación y de una gran sensatez. Los socialistas malévolos habrán sido borrados del mapa y los capitalistas sin conciencia habrán encontrado su lugar bajo exteriores más encantadores y humanos. Igualmente, sin duda, más generoso con Cáritas Internacional.
El papa emérito Benedicto XVI, en su libro “Jesús de Nazaret, volumen 1”, habla también de una falta de alternativa a este capitalismo, guardándose, no obstante, de hablar de esta alternativa que puede representar el socialismo del siglo XXI, en vigor en Bolivia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua. Nos recomienda más bien, inspirado del profeta Ezequiel 9,4, el ejemplo de los que “gimen y que claman á causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de la ciudad ». Se trata de hombres y mujeres que no gritan con “los lobos y que no son cómplices de las injusticias”.
« a estas personas que no se dejan entrenar a hacerse cómplices de la injusticia que se ha convertido natural, sino que al contrario la padecen. Incluso, si no es en su poder de cambiar en su conjunto esta situación, oponen al reino del mal la resistencia pasiva del sufrimiento, la tristeza que asigna un límite al poder del mal” (p.108).
El cardenal Maradiaga, hombre de acción, no lo entiende de esta manera. Declara, de su autoridad episcopal y sin otras explicaciones que su personal convicción, que el régimen en desarrollo en Venezuela es un gran fracaso y que el tiempo ya vino para abrir la vía a esta primavera latinoamericana. Se guarda bien de reclamar esta primavera para su país, el Honduras. Uno de los países más pobres y dónde la violencia es la más grande. Es más fácil para él de hablar de América Latina en su conjunto y de Venezuela en su particular.
No cabe duda de que los últimos acontecimientos de violencia en Venezuela, que tomaron su despegue el 12 de febrero último, se presentan como una respuesta a su llamada para una primavera latinoamericana.
Washington, con tal hombre eclesiástico, puede dormir en paz en su lucha para reconquistar los países que se liberaron de su poder de dominación. No es sorprendente que los episcopados latinoamericanos se asocien a este movimiento de reconquista del imperio.
El cardenal se convertirá en el profeta que habrá anunciado el día de la liberación de los pueblos de América Latina. La violencia, el saqueo y los muertos harán obviamente parte, para estos nuevos liberadores, de los daños colaterales o, si se puede hacerlo creer, de una represión excesiva por parte de los gobiernos.
Los medios de comunicación, bien rodados al pensamiento único, sabrán formatear los espíritus para decir que América Latina vive tiempos nuevos. Seguramente como fue el caso en Irak, Libia, Egipto, y ahora en Siria.
Con el cardenal Maradiaga y el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, solidarios del episcopado venezolano, Washington y el Vaticano caminan mano en mano. ¡Qué el pueblo venezolano y todos los demás que avanzan por el mismo camino se lo tengan por dicho!!!
En relación con los datos objetivos de la evolución social, económica y política del país les refiero al un estudio que nos da por gráficos lo antes de Chavez y lo a partir de Chavez. Datos que el cardenal debería tomar en cuenta cuando dice que el régimen de Venezuela es un gran fracaso. Esos datos, lejos de confirmar lo que dice el cardenal, confirman mas bien todo lo contrario.
Oscar Fortin
Québec, el 20 de febrero 2014
http://blogs.periodistadigital.com/humanismo-de-jesus.php
http://humanisme.blogspot.com
Traductor : Marius Morin