Venezuela tiende la mano de la paz a Estados Unidos
Venezuela tendió su mano de paz a Estados Unidos en momentos en que una nueva administración guiará los destinos de la nación norteña en medio de serios desafíos en el orden interno y externo.
El presidente Nicolás Maduro, fue claro cuando dijo el 18 de enero: ‘Yo quiero unas relaciones de respeto, de altura, de cooperación con el gobierno de Estados Unidos. Ojalá lo podamos lograr, ojalá’.
Miraflores espera que la Casa Blanca le de un giro al timón y se imponga una política pragmática de buena vecindad, respeto e intercambio entre dos economías que en cierta medida se complementan, una por ser productor de muchas manufacturas, por ejemplo, y la otra por tener las mayores reservas mundiales del llamado ‘oro negro’.
En referencia a Donald Trump, el mandatario venezolano dijo: ‘Pido a Dios que cambie su política hacia Venezuela y América Latina y mientras tanto nosotros estaremos aquí, firmes, libres, independientes y soberanos’.
En su breve discurso cuando asumió el mando, el 45 presidente estadounidense dejó la duda sobre cuál será su proyección hacia afuera, sus palabras estuvieron dirigidas más a los oídos de los millones de sus compatriotas inconformes con el llamado establishment que le dieron su voto para una nunca imaginada victoria.
En días recientes un diputado afín al gobierno nos preguntaba que pensábamos de Trump con respecto a Venezuela.
Brevemente le recordábamos palabras del ex presidente demócrata Jimmy Carter quien lo calificaba como una persona ‘pragmática’, ‘moldeable’, un empresario que verá las relaciones, presumiblemente desde esa óptica.
En ese tono las declaraciones del gobierno de Maduro se mantienen en un ambiente de respeto cauteloso, sin ceder posiciones y dispuesto a una mejora en las relaciones que alcanzaron un punto crítico cuando la administración del presidente Barack Obama vio a Venezuela como un peligro para Estados Unidos.
Muchos factores flotan en este ambiente, entre ellos el aparente acercamiento entre Moscú y Washington, para iniciar una nueva época de convivencia, lo que sin dudas tiene un peso en Venezuela.
Si bien es prematuro hablar de lo que hará Trump en el caso de América Latina, llama la atención que ratificó a varios altos funcionarios del Departamento de Estado, entre ellos a Thomas Shannon, el facilitador para Venezuela, quien ya estuvo por aquí en octubre cuando se inició el dialogo del gobierno con sectores opositores.
Según el académico y escritor Atilio Boron, ‘de ningún presidente estadounidense podemos esperar nada bueno. No porque sean malvados sino porque su condición de jefes del imperio les impone ciertas decisiones que en la soledad de su escritorio probablemente no tomarían’.
Ahora, hay que ver, y por supuesto, esperar, si el gobierno en la sombra, que Boron describe como el entramado de agencias federales, comisiones del Congreso, lobbies multimillonarios que por años y años han financiado a políticos, jueces y periodistas, el complejo militar-industrial-financiero, las dieciséis agencias que conforman la ‘comunidad de inteligencia’, entre otros, lo dejan hacer las cosas a su forma.
En términos generales, el equilibrio geopolítico mundial es mucho menos favorable para Washington, por lo que no se espera un avance de posiciones de fuerza cuando a lo interno la situación pudiera ser caótica.
Además, a lo externo, muchos países como el Grupo de los 77 más China llaman al nuevo gobierno de Estados Unidos a evaluar e implementar alternativas para entablar el dialogo con la Venezuela Bolivariana, en consonancia con el principio de respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Muchos analistas no descartan que se imponga la cordura, y al menos, en estos inicios Washington y Miraflores tomen el ramo de olivo de la paz.
Luis Beaton