Una lógica cartesiana
Reseña del libro de Salim Lamrani
Reseña del libro de Salim LAMRANI Doble Moral. Cuba, la Union Europea y los derechos humanos, Hondarriaba, Editorial Hiru, 2008.
Si quieren ustedes ver aplicada a la literatura la fórmula que tenía Jean Vigo para rodar documentales: (“un punto de vista documentado”, decía), lea cualquier libro o artículo de Salim Lamrani, joven de izquierdas comprometido en particular con Cuba y Venezuela. Salim expone sus convicciones con tal aluvión de referencias que resulta muy difícil a cualquier contradictor refutarlas. Denle ustedes un tema de los que utiliza la prensa burguesa sobre (o contra casi siempre) los dos países citados, y el buscón Salim saca un arsenal de análisis, citas y declaraciones que dejan al otro abrumado.
Ya había desplegado su armería dialéctica en libros como, entre otros, Washington contra Cuba. Medio siglo de terrorismo, Cuba frente al Imperio.
Ahora, prosiguiendo los análisis de esta lucha injusta, desigual y heroica por parte de la pequeña isla, estudia a fondo el informe de Amnistía Internacional sobre el respeto de los derechos humanos en el mundo, y con lógica cartesiana expone sus principales resoluciones y principios, en particular las sanciones diplomáticas impuestas contra Cuba por la Unión europea entre 2003 et 2005.
Empieza Salim elogiando la seriedad y prestigio de Amnistía Internacional (“sin lugar a dudas la organización de defensas de derechos humanos más prestigiosa del mundo”), lo cual le autoriza luego a disparar contra las conclusiones del informe. Cuba es el país que menos viola los derechos humanos : 23 de las 25 naciones que votaron las sanciones políticas y diplomáticas contra ese país ofrecen un panorama de los derechos humanos mucho más deteriorado que en el acusado. Ergo, no están autorizados para erigirse en jueces, y mucho menos en imponer castigos.
Establecida esta premisa, Salim arranca con la apisonadora de consideraciones: Amnistía no señala ningún caso de asesinato político en Cuba, mientras que sí los hubo en Gran Bretaña; no descubrió casos de tortura en Cuba (¡salvo los incontables de Guantánamo!), cuando califica de trato inhumano las actuaciones de la policía en Bélgica, Francia, Grecia, Italia y un etcétera; denuncia la utilización de la tortura para obtener pruebas en Alemania, desapariciones en Estonia, secuestro de personas por las autoridades en Italia, impunidad por crímenes por agentes de Estado en Austria, España, Grecia y otro etcétera; esterilización forzosa de mujeres de minorías en la República Checa, y más ejemplos nos da, que para detallarlos habríamos de copiar todo el libro.
Si la relación de Cuba con la Unión Europea es la que acabamos de relatar, ¿qué decir de la comparanza con los países de América Latina? Por mucho que buscara, Amnistía no dio en Cuba ni con un sólo caso de asesinato o ejecución extrajudicial a cargo de las fuerzas del orden, como sucede en las Bahamas, Brasil, Canadá, Colombia, República Dominicana México (¡las mujeres!) y paro de contar. La lista es mucho, muchísimo más extensa. Resultaría increíble si Salim no desmenuzara las situaciones y los casos en cada uno de los países. Claro que todo esto se sabe en forma desperdigada; se sabe, pero verlo todo reunido es aterrador. Si; se sabe, pero como dijo Gide: “En el mundo todo está dicho, pero como nadie escucha, hay que repetirlo cien veces”.