Una injusticia: ¿Quién estaba detrás del atentado de Bali de octubre de 2002?
Pruebas ocultas
Hay indicios de que los procedimientos judiciales fueron manipulados y de que se ocultaron pruebas. Tanto los medios de comunicación occidentales como los indonesios han estado implicados en el encubrimiento.
Como es sabido y está documentado, tanto los servicios de inteligencia paquistaníes como los estadounidenses han apoyado a al-Qaed. La JI ha recibido ayuda encuberta y adiestramiento de [los servicios de inteligencia] ISI de Pakistán. La Jemaah Islamiah también está relacionada con los servicios de inteligencia militar de Indonesia que, a su vez, están relacionados con la CIA y con los servicios de inteligencia australianos.
“Las explicaciones de los medios de comunicación que describen a la Jemaah Islamiyah como el resultado de un inexplicable complot maquiavélico son simplemente absurdas. Sin las operaciones sucias de la CIA en Afganistán no hubieran llegado a existir ni Jemaah Islamiyah ni al-Qaeda. La guerra contra los soviéticos proporcionó el dinero y el adiestramiento, y también forjó la amplia red internacional de contactos que iba a caracterizar la futuro manera de actuar de estas organizaciones. También proporcionó participantes con unas sólidas nuevas credenciales. A su vuelta al sudeste de Asia, los “combatientes de la libertad” de Washington fueron tratados como héroes en los círculos islámicos. En Indonesia formaron incluso su propia organización de veteranos, Group 272 (la cifra indica la cantidad de ex-combatientes)” (Peter Symonds, The Political Origins of Jemaah Islamiyah Behind the Bali Bombings, Global Research, noviembre de 2003).
¿Implicación de los servicios de inteligencia indonesios y de la CIA?
Un contradictorio informe de noviembre de 2002 procedente de un muy alto cargo indonesio señalaba la participación tanto del director de la inteligencia indonesia como de la CIA:
“La agencia y su director, el general A. M. Hendropriyono, son bien considerados por Estados Unidos y por otros gobiernos. Pero todavía hay aquí altos cargos de la inteligencia que creen que la CIA estaba detrás del atentado”(Raymond Bonner y Jane Perlez, “More Attacks on Westerners Are Expected in Indonesia”, New York Times, 25 de noviembre de 2002).
Las relaciones entre la JI y la Agencia de Inteligencia Indonesia (BIN) son reconocidas tácitamente por el think tank estadounidense International Crisis Group (ICG): “hay que estudiar con más detalle esta relación [entre la JI y la BIN]: esto no significa necesariamente que la inteligencia militar estaba trabajando con la JI, pero plantea la cuestión de cuánto conocía o de que podía saber de la JI más de lo que admite” (International Crisis Group, http://www.crisisweb.org/, 2003).
La ex-presidenta Megawati Sukarnoputr acusó a Estados Unidos
En respuesta a estas acusaciones la administración Bush exigió que la presidenta Megawati Sukarnoputri negara públicamente la implicación de Estados Unidos en el atentado. No hubo desmentido oficial. La presidenta Megawati no sólo no dijo nada al respecto sino que acusó a Estados Unidos de ser :
“una superpotencia que obliga al resto del mundo a estar de acuerdo con ella … Vemos cómo la ambición de conquistar otras naciones ha llevado a una situación en la que no existe la paz a menos que todo el mundo acate la voluntad de quien tiene el poder y la fuerza” (Ibid).
Encubrimiento
En la investigación oficial del gobierno indonesio nunca se planteó la relación de la JI con la agencia de inteligencia indonesia ( la inteligencia australiana y la CIA dirigió entre bastidores la investigación).
Además, poco después del atentado el primer ministro australiano John Howard “admitió que se había advertido a las autoridades australianas de un posible atentado en Bali, pero decidieron no hacer público un aviso” (Christchurch Press, 22 de noviembre 2002. La CIA había recibido advertencias similares).
Y también, tras los atentados el gobierno australiano decidió trabajar con las fuerzas especiales de Indonesia, el Kopassus, en la llamada “guerra contra el terrorismo”.
Ex-presidente Abdurrahman Wahid: Implicación de la policía y de las fuerzas armadas
Casualmente, las declaraciones de dos ex-presidentes fueron desestimadas en el procedimiento judicial. Ambas señalaban la complicidad del ejército y de la policía indonesias.
En 2002 la presidenta Megawati Sukarnoputri acusó a Estados Unidos de estar implicado en el atentado. Y en 2005, en una entrevista hecha en octubre por el canal de televisión australiano SBS TV, el presidentet Wahid Abdurrahman afirmó que el ejército y la policía indonesios fueron cómplices del atentado de 2002 en Bali.
(La transcripción del programa de SBS TV que contiene la entrevista el presidente Wahid se publicó en la página web de Global Research poco después de que SBS TV retirara la transcripción de sus propios archivos [1]).
ABDURRAHMAN WAHID … Las órdenes para hacer esto, o que vinieron de nuestra fuerzas armadas, no de los fundamentalistas”,
PERIODISTA: Pero se acusó también de la bomba [de la segunda] a la Jemaah Islamiah.
ABDURRAHMAN WAHID: Sí, lo sé, pero usted no tiene ninguna prueba. La prueba es que la bomba es similar a las de la policía. Así que es un problema para nosotros. Hasta ahora cada una de las bombas de allí pertenece al gobierno.
ABDURRAHMAN WAHID: Amrozi estaba implicado en el ataque menor. Esto siempre es un problema. Aunque estoy de acuerdo con que debería recibir un duro castigo, esto no significa que esté implicado. No, no, no.
PERIODISTA: ¿Así que usted cree que quienes hicieron el atentado de Bali no tenían ni idea de que había una segunda bomba?
ABDURRAHMAN WAHID: Sí, exactamente.
PERIODISTA: ¿Y quién sugiere usted que puso la segunda bomba?
ABDURRAHMAN WAHID: Bueno, parece que la policía.
PERIODISTA: ¿La policía?
ABDURRAHMAN WAHID: O las fuerzas armadas, no lo sé.
Australia: “Útil oleada de indignación”
El atentado de Bali en 2002 contribuyó a cambiar la opinión pública australiana a favor de la invasión de Iraq por parte de Estados Unidos en 2003 al tiempo que debilitaba al movimiento de protesta contra la guerra. Tras el atentado de Bali en 2002 el gobierno australiano se unió “oficialmente” a la “guerra contra el terrorismo” dirigida por Estados Unidos. No sólo utilizó el atentado de Bali como un pretexto para integrarse plenamente en el eje Estado Unidos-Reino Unido, sino que también lo usó como pretexto para implementar drásticas medidas policiales, incluyendo el “perfil étnico” dirigido contra sus propios ciudadanos:
“El primer ministro John Howard hizo recientemente unas extraordinarias declaraciones afirmando que está preparado para emprender ataques militares preventivos contra terrorista en los países asiáticos vecinos que planeen atacar a Australia. Las agencias de inteligencia australianas también están muy preocupadas de la posibilidad de una ataque con armas nucleares de al-Qaeda (Insight on the News, 3 de febrero de 2003).
Según Peter Symonds en su artículo revisado de 2003 sobre la JI, el papel del ejército indonesio sigue sin respuesta.
“Simplemente no es verosímil que el vasto aparato de seguridad e inteligencia indonesio no supiera nada de la enorme operación logística que implicaba el atentado de Bali. Sin embargo, no se ha llevado a cabo ninguna investigación sobre qué información precisa tenían los militares antes del atentado. Rápidamente se ha omitido cualquier indicio que llevara a sospechar del TNI [ejército indonesio]—incluyendo la detención oficiales militares” (Symonds, op cit)
Partes de este artículo se basan en mis anteriores investigaciones y artículos sobre los atentados de Bali.
Enlace con el texto original: Miscarriage of Justice: Who was behind the October 2002 Bali bombings? , 13 de Noviembre de 2008.
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
Michel Chossudovsky es profesor de economía y director del Centre for Research on Globalization (CRG), Es el autor de America’s “War on Terrorism”, Global Research, Montreal 2005