Un Segundo 11-S: Un elemento integral de la doctrina militar estadounidense

Desde hace varios años ya, altos funcionarios de la administración Bush, entre los que figuran el Presidente y el Vicepresidente, han dado a entender de forma un tanto incierta que habría “un Segundo 11-S”.

Son abundantes las citas que sobre tal cuestión pueden hallarse en discursos presidenciales y en documentos oficiales: Los Estados Unidos están amenazados:

Los ataques a corto plazo… rivalizarán o superarán a los ataques del 11-S… Está palmariamente claro que la capital de la nación y la ciudad de Nueva York estarían en cualquiera de las listas…” (Ex Secretario de Seguridad Interior Tom Ridge, diciembre de 2003).

Vd. me pregunta, ¿va eso en serio? Sí, puede apostar por su vida. La gente no hace eso a menos que se trate de una situación seria”. (Ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, diciembre de 2003).

“… Informaciones dignas de crédito indican que Al Qaida está avanzando en sus planes para desencadenar un ataque a gran escala en los Estados Unidos en un intento por desbaratar nuestro proceso democrático… (Ex Secretario de Seguridad Interior Tom Ridge, 8 de julio de 2004).

El enemigo que nos golpeó el 11-S está debilitado y fracturado, pero sigue siendo letal y está planeando golpearnos de nuevo” (Vicepresidente Dick Cheney, 7 de enero de 2006).

Todavía somos una nación en situación de riesgo. Desde luego, parte de nuestra estrategia es proseguir la ofensiva contra los terroristas que puedan golpearnos. Es decir, es importante derrotarles en el exterior para que no tengamos nunca que enfrentarnos aquí a ellos. Sin embargo, reconocemos que tenemos que estar completamente preparados aquí, en la patria” (Presidente George W. Bush, 8 de febrero de 2006).

Nuestro principal enemigo es Al Qaida y sus afiliados. Sus aliados escogen sus víctimas de forma indiscriminada. Asesinan al inocente para promover una ideología clara y concreta. Buscan establecer un califato islámico radical para poder imponer un nuevo orden brutal sobre pueblos que no están dispuestos a aceptarlo, al igual que nazis y comunistas trataron de hacer en el siglo pasado. Ese enemigo no acepta compromiso alguno con el mundo civilizado… (Presidente George W. Bush, Conferencia de la Coalición CENTCOM, 1 de mayo de 2007).

Tenemos ahora capacidades en la esfera de la ciencia y de la tecnología que plantean la posibilidad, totalmente realista, de que un pequeño grupo de terroristas pudiera matar no sólo a miles de personas, como hicieron el 11 de septiembre, sino a cientos de miles de personas. Y eso ha transformado la dimensión de la amenaza a la que nos enfrentamos”. (Michel Chertoff, Secretario de Seguridad Interior, Universidad de Yale, 7 de abril de 2008).

Estamos combatiendo una guerra contra el terrorismo porque el enemigo nos atacó primero y nos alcanzó de lleno… Los dirigentes de Al Qaida han dicho que tienen derecho a “matar a cuatro millones de estadounidenses… Desde hace casi seis años ya, Estados Unidos ha podido derrotar sus intentos de atacarnos aquí en casa. Nadie puede garantizar que no nos golpeen de nuevo…” (Vicepresidente Cheney, Inauguración de la Academia Militar de Estados Unidos, West Point, Nueva York, 26 de mayo de 2008).

[Énfasis añadido]

Todas estas autoritarias declaraciones señalan a coro en la misma dirección: ¡El enemigo atacará de nuevo!

El segundo 11-S”: Antecedentes históricos

La presunción de un Segundo 11-S se ha convertido en parte integral de la doctrina militar estadounidense. Estados Unidos está bajo amenaza de ataque. El ejército estadounidense debe responder de forma preventiva.

Inmediatamente después de la invasión de Iraq (abril de 2003), se pusieron en marcha diversas medidas de seguridad nacional explícitamente centradas en la eventualidad de un segundo ataque contra EEUU. De hecho, todos esos procedimientos se lanzaron de forma simultánea con la primera fase de planes bélicos dirigidos contra Irán en mayo de 2003 bajo la Operación Escenario Iraní a Corto Plazo (TIRANNT, por sus siglas en inglés). (Véase Michel Chossudovsky: “Theater Iran Near Term” (TIRANNT), Global Research, 21 de febrero de 2007).

El papel de un “acontecimiento que origine víctimas masivas”

El anterior Comandante del CENTCOM, el General Tommy Franks, en una entrevista publicada en una revista en diciembre de 2003, esbozó un escenario de lo que describió como “acontecimiento que origine víctimas masivas” en suelo estadounidense [un Segundo 11-S. Implícita en la declaración del General Franks estaba la idea y creencia de que las muertes de civiles eran necesarias para despertar la toma de conciencia y conseguir el apoyo público para la “guerra global contra el terrorismo”]:

“[Ocurrirá] un acontecimiento terrorista que producirá bajas masivas en algún lugar del mundo occidental –puede que sea en los Estados Unidos de América- que hará que nuestra población se cuestione nuestra propia Constitución y tenga que empezarse a militarizar nuestro país para evitar que se repita otro suceso que produzca víctimas masivas”. (Entrevista al General Tommy Franks, Cigar Aficionado, diciembre de 2003).

Franks estaba indirectamente aludiendo a un ataque terrorista, a un “Segundo 11-S”, que podría utilizarse para galvanizar a la opinión pública estadounidense en apoyo de la ley marcial.

General Tommy Franks

El General Franks presentó el “acontecimiento que produciría víctimas masivas” como un momento político decisivo. La crisis resultante y el torbellino social consecuencia de las víctimas civiles facilitarían un giro trascendental en las estructuras institucionales, sociales y políticas estadounidenses, llevando a la suspensión de la gobernabilidad constitucional. (Véase Michel Chossudovsky, “Bush Directive for a “Catastrophic Emergency” in America: Building a Justification for Wagin War on Iran?” Global Research, 24 de junio de 2007).

Operación Northwoods [Bosques del Norte]

El concepto de “acontecimiento que origine víctimas masivas” forma parte de los planes bélicos.

En 1962, la Junta de Jefes del Alto Estado Mayor había previsto un plan secreto titulado “Operación Northwoods” que iba a provocar deliberadamente víctimas civiles entre la comunidad cubana en Miami (i.e. “orquestando el asesinato de cubanos que viven en EEUU”) para así justificar una invasión de Cuba:

“¡Podríamos dinamitar un buque estadounidense en la Bahía de Guantánamo y culpar a Cuba”, “Podríamos desarrollar una campaña de terrorismo cubano comunista en la zona de Miami, en otras ciudades de Florida e incluso en Washington” “Las listas de bajas que aparecerían en los periódicos estadounidenses causarían una conveniente oleada de indignación nacional”. (Véase el documento desclasificado Muy Secreto de 1962 titulado “Justification por U.S. Military Intervention in Cuba” (Véase Operación Northwoods en http://www.globalresearch.ca/articles/NOR111A.html).

Se presentó la Operación Northwoods ante el Presidente Kennedy. Pero l proyecto no llegó a ejecutarse.

Para consultar el Expediente Nortwoods, pínchese aquí.

Doctrina militar

El General Franks no estaba ofreciendo su personal opinión sobre el papel que podrían jugar los muertos civiles. Estaba describiendo un rasgo fundamental de una operación secreta de la inteligencia militar que tenía antecedentes en la Operación Northwoods.

Se utiliza el desencadenamiento de muertes civiles en la Patria como instrumento de propaganda de guerra. El objetivo es trastornar las realidades: La nación agresora es la que está siendo atacada. EEUU es víctima de guerra de los estados que patrocinan el terrorismo islámico, cuando en realidad es el ejecutor de un escenario de guerra a gran escala en Oriente Medio.

Toda la fabricación de la “Guerra Global contra el Terrorismo” es congruente con la lógica de la Operación Northwoods: En EEUU se utiliza a las víctimas civiles provocadas por los ataques del 11-S como “un incidente-pretexto para la guerra” para galvanizar el apoyo público hacia la intervención militar en Afganistán e Iraq.

En 2005, la presunción de un Segundo 11-S se había convertido en parte integral de los planes militares.

Las declaraciones procedentes de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Seguridad Interior indican la existencia de un creciente consenso sobre la necesidad y la inevitabilidad de un segundo ataque contra una zona urbana importante en EEUU.

En agosto de 2005, un mes después de que estallaran las bombas de Londres, se informó que el Vicepresidente Cheney había instruido al Mando Estratégico de EEUU (USSTRATCOM, por sus siglas en inglés) para que preparara un plan de contingencia “a emplear en respuesta ante otro ataque terrorista similar al 11-S contra los Estados Unidos”. Ese “plan de contingencia” utiliza el pretexto de un “Segundo 11-S” para preparar una operación militar importante contra Irán. (Philip Giraldo: “Attack on Iran: Pre-emptive Nuclear War”, The American Conservative, 2 de agosto de 2005).

En abril de 2006, el Pentágono, con Donald Rumsfeld al timón, lanzó un plan militar de largo alcance para “combatir el terrorismo” por todo el mundo con vistas a tomar represalias en caso de un segundo ataque terrorista importante contra EEUU.

La presunción del proyecto del Pentágono se basaba en que ese presunto atraque contra EEUU por parte de un enemigo exterior iba a provocar la pérdida de vidas estadounidenses, que a su vez se utilizaría para justificar las acciones militares estadounidenses en el escenario bélico de Oriente Medio. Desde luego, no se hizo mención alguna al apoyo secreto de la inteligencia estadounidense a organizaciones terroristas islámicas (el enemigo exterior) programadas para llevar a cabo los ataques.

Se previeron diversos “escenarios” para un segundo ataque 11-S en la Patria. Según el Pentágono, un Segundo ataque contra EEUU iba a servir para un objetivo político importante.

Los tres documentos del Pentágono consistían en un “plan de campaña” más dos “planes subordinados”. El segundo “plan subordinado” se centraba explícitamente en la posibilidad de un “Segundo 11-S” y en cómo un segundo ataque importante contra suelo estadounidense podría proporcionar “una oportunidad” para extender la guerra emprendida por EEUU en Oriente Medio hasta nuevas fronteras:

Expone cómo el ejército puede a la vez desbaratar y responder a otro golpe terrorista importante contra los Estados Unidos. Incluye amplios anexos que ofrecen un menú de opciones para que el ejército tome represalias rápidamente contra grupos terroristas, individuos y patrocinadores estatales específicos dependiendo de quién se crea que está tras el ataque. Otro ataque crearía tanto la justificación como la oportunidad que falta hoy para tomar represalias contra algunos conocidos objetivos, según actuales y anteriores funcionarios de la defensa familiarizados con el plan. (Washington Post, 23 de abril de 2006, se ha añadido el énfasis)

Ley Marcial

Desde 2003, se han venido adoptado diversos procedimientos que persiguen promulgar la ley marcial en caso de que se produzca una supuesta “Emergencia Catastrófica Nacional”.

Bajo la ley marcial, el ejército asumiría varias funciones propias del gobierno civil, incluidas las de impartir justicia y aplicar la ley.

Las iniciativas en el terreno de la Seguridad Interior esbozaron las circunstancias precisas bajo las cuales podría declararse la ley marcial en caso de un Segundo 11-S.

En mayo de 2007, se emitió una importante Directiva presidencial de Seguridad Nacional (National Security and Homeland Security Presidencial Directive NSPD 51/HSPD 20) en la que se preveía la posibilidad de un Segundo 11-S:

La NSPD 51 está hecha a medida para encajar las premisas tanto del “Plan Anti-Terrorista” de 2006 del Pentágono, como del “Plan de Contingencia” de 2005 del Vicepresidente Cheney. (Véase Michel Chossudovsky, “Bush Directive for a ‘Catastrophic Emergency’ in America: Building a Justification for Waging War on Iran?”, Global Research, 24 de junio de 2007). La directiva establece una serie de procedimientos para la “Continuidad de Gobierno” (COG, por sus siglas en inglés) en caso de una “Emergencia Catastrófica”. La segunda aparece definida en la NSPD 51/HSPD 20, como:

“Cualquier incidente, sin que importe el lugar donde se produzca, que tenga como consecuencia niveles extraordinarios de víctimas, daños o trastornos que afecten gravemente a la población, infraestructura, medio ambiente, economía o funciones gubernamentales en Estados Unidos”.

Se defiende la NSPD 51 a partir de la idea de que EEUU está bajo ataque y que la “Emergencia Catastrófica” adoptaría la forma de un ataque terrorista contra un área urbana importante.

La “Continuidad de Gobierno” o “COG” aparece definida en la NSPD 51 como “un esfuerzo coordinado dentro de la rama ejecutiva del Gobierno Federal para asegurar que las Funciones Esenciales Nacionales continúan realizándose durante una Emergencia Catastrófica”.

Más recientemente, en mayo de 2008, la Casa Blanca lanzó otra Directiva Presidencial de Seguridad Nacional titulada “Biométricas para la Identificación e Investigación a fin de Reforzar la Seguridad Nacional” (NSPD 59, HSPD 24).

La NSPD 59 complementa la NSPD 51. La nueva directiva no se limita a los KSTs (siglas en inglés), que en la jerga de la Seguridad Interior significa “Terroristas Conocidos y Sospechosos de Terrorismo”, sino que incluye también varias categorías de terroristas internos, con la presunción de que estos grupos internos están trabajando conjuntamente con los islamistas.

“La capacidad para identificar positivamente a esos individuos que podrían hacer daño a los estadounidenses y a la nación es esencial para proteger ésta. Desde el 11 de septiembre de 2001, las agencias han hecho considerables progresos en la seguridad de la nación integrando, manteniendo y compartiendo la información utilizada para identificar a las personas que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional” (NSPD59).

La NSPD va más allá de la cuestión de la identificación biométrica, recomienda la recogida y almacenamiento de información “biográfica asociada”, lo que significa información al minuto acerca de las vidas privadas de ciudadanos estadounidenses, todo lo cual será “llevado a cabo dentro de la ley”. (Para más detalles, véase Michel Chossudovsky: “Big Brother” Presidential Directive: “Biometrics for Identification and Screening to Enhance National Security”, Global Research, junio de 2008).

La NSPD está dirigida explícitamente contra los ciudadanos estadounidenses, que ahora son catalogados como potenciales terroristas.

Aunque se ha acusado a los “teóricos de la conspiración” de reflexionar acerca de la posibilidad de un Segundo 11-S, la mayor parte de las insinuaciones emanan de fuentes oficiales estadounidenses, incluida la Casa Blanca, el Pentágono y la Seguridad Interior.

El hecho de que “acontecimientos que produzcan bajas masivas” puedan utilizarse como parte de la agenda política exterior estadounidense es algo diabólico. Las declaraciones oficiales son grotescas.

Consenso bipartidista en la campaña para las elecciones presidenciales: “Al Qaida golpeará de nuevo”

Aunque la campaña electoral presidencial ha evitado la cuestión de un Segundo 11-S, ambos candidatos han reconocido los peligros de un segundo ataque. Tanto Barack Obama como John McCain han subrayado su resolución de proteger EEUU contra Al Qaida:

[Pregunta: ¿Quién es el enemigo?] “Al Qaida, los talibanes, gran cantidad de redes que quieren atacar EEUU, que tienen una ideología distorsionada, que han pervertido la fe del Islam y por eso tenemos que ir a por ellos”. (Barack Obama en respuesta a Bill O’Reilly, John Gibson News,

5 de septiembre de 2008).

Hemos logrado golpear duramente a Al Qaida en los últimos años. Pero no están derrotados, y nos golpearán de nuevo en cuanto puedan”. (John McCain, Discurso de Aceptación, 5 de septiembre de 2008).

La información en los medios de comunicación dominantes: “La necesidad” de un Segundo 11-S

Aunque el Washington Post ha venido filtrando la esencia de los documentos clasificados del Pentágono acerca de la “oportunidad” de un Segundo 11-S, el tema no ha sido objeto de análisis o comentarios en los medios dominantes.

Sin embargo, merece la pena señalar que en agosto de 2007, en una entrevista de Fox News, se anunció “un Segundo 11-S” como medio para crear conciencia y unir a los estadounidenses contra el enemigo.

Emitido en Fox News, el columnista Stu Bykofsky afirmaba que EEUU “necesita” un nuevo 11-S para unir al pueblo estadounidense, porque han “olvidado” quién es el enemigo. También declaró que “habrá otro 11-S”, y el presentador de Fox News John Gibson coincidió con él. Las bajas civiles contribuirían a unir al país y a crear conciencia:

Va a hacer falta que muera un montón de gente para despertar a EEUU”, dijo John Gibson. [Énfasis añadido]

Mientras que el controvertido artículo de Stu Bykofsky en el Philadelphia Daily News (9 de agosto de 2007) fue en aquel momento considerado descabellado, lo que estaba diciendo Bykofsky no es muy diferente del complot del Pentágono (conformado a partir de la Operación Northwoods) sobre el papel de los acontecimientos que provoquen víctimas masivas para lanzar “una útil oleada de indignación”.

*****

Transcripción de la Red de Noticias Fox

La gran historia, con John Gibson

7 de agosto de 2007

(Para ver la entrevista, pínchese aquí)

Columnista en el punto de mira por afirmar que ‘Necesitamos’ otro ataque 11-S”

Presentador: John Gibson

Entrevista al columnista Stu Bykofsky

John Gibson: En asuntos importantes de seguridad, necesitamos otro 11-S para salvar EEUU. Eso es lo que un columnista está defendiendo como medio para unir a los estadounidenses. Casi seis años después de los atroces ataques terroristas, dice que hemos olvidado quién es nuestro enemigo. Dice que la guerra de Iraq ha dividido a los EEUU, los republicanos y los demócratas están atacándose por la guerra, que trabajamos juntos tras el 11-S pero justifica su controvertida afirmación diciendo que ese frente unido no perduró. Y ahora los blogger están indignados. Algunos dicen que el periodista debería ser despedido de su trabajo por sugerir que nosotros, cito, “necesitamos” otro ataque. Entonces, ¿es este sólo un medio para impresionar u ofender o es que este columnista tiene actualmente un punto de vista válido? Bien, aquí viene él ahora en directo a explicarlo: el columnista Stu Bykofsky del Philadelphia Daily News. Por eso, Stu, permíteme… déjame decirlo de nuevo. ¿Qué es lo que dices que EEUU necesita en estos momentos?

Stu Bykofsky: Bien, mi tesis es que estamos terriblemente divididos, que hay desunión en este país y que como país dividido somos débiles. Cuando miro hacia atrás para ver qué fue lo que empujó al país a trabajar unido durante los últimos años, veo que el 11-S unió al país y todos estuvimos en el mismo equipo durante al menos un año o dos.

J.G.: Stu, pero ¿lo que quieres decir es que vamos a ser atacados de nuevo, que nos uniremos de nuevo, que hay una especie de inevitabilidad ante eso o que para conseguir actualmente esa unidad necesitamos sufrir?

S.B.: Uf, John, no he pedido un ataque contra los Estados Unidos. Uf, puedo ver que hay gente que lo lee así pero no he dicho eso. Sin embargo, otro ataque contra EEUU es inevitable. Yo lo creo, ¿tu no?

J.G.: Sí, yo también lo creo en estos momentos, y pienso que va a ver mucha gente muerta que va a hacer que EEUU se despierte. Lo creo así, Steve, Stu, lo siento…

S.B.: Está bien.

J.G.: … es la palabra “necesidad”. Si dices, bien, que va a suceder y, ya sabes, que los estadounidenses van a morir porque hemos bajado la guardia –eso es una cosa-, pero cuando dices que “necesitamos” un ataque… eso ha irritado especialmente a los familiares de los muertos.

S.B.: John, uf, puedo entender que se sientan molestos. ¿Estás leyendo eso en los titulares o en el texto de mi columna que no lo tengo ahora aquí?

J.G.: Bien, eso es buena señal. ¿Utilizaste la palabra “necesidad” en el texto o sólo en el titular?

S.B.: En el titular.

J.G.: Entonces, en estos momentos, ¿no apruebas la palabra “necesidad”?

S.B.: Uf, no, no. Hay una ligera diferencia. Otra gente escribe titulares y eso no es lo que yo intentaba exactamente decir.

J.G.: Bien, entonces…

S.B.: Pero, pero si miras el contexto…

J.G.: Pero, lo que estás tratando de decir es, es que, algo así como que hemos bajado la guardia, que estamos luchando unos contra otros en vez de contra los terroristas y que si no lo hacemos juntos hay gente que va a morir.

S.B.: Eso es absolutamente correcto. Que estamos combatiendo como una jauría de perros rabiosos y que deberíamos volver nuestra atención a otra parte. Y también digo que la razón principal de eso, en mi opinión, es la, uf, la guerra en Iraq que ha sido dirigida tan horriblemente por la administración.

J.G.: Stu…

S.B.: No me refiero a nuestras tropas.

J.G.: Yeah, okay, no quiero meterte en dificultades. Stu, uf, ¿cuál fue la reacción?, ¿dio luz verde la junta del periódico?

S.B.: Uf, no, no tenemos junta, John. Uf, ayer, cuando apareció, la reacción fue moderada porque pienso que la gente del Philadelphia, que me lleva leyendo mucho tiempo sabe a qué atenerse. Entonces se publicó en algunos sitios de fuera de Filadelfia y esta mañana cuando llegué, había unos mil correos o más llegando durante todo el día. Y un montón de llamadas…

J.G.: Un buen montón que quieren que te despidan, ¿verdad?

S.B.: ¿Perdón?

J.G.: Un montón de esos correos quieren que te despidan, ¿no es así?

S.B.: Uf, un grupo de gente me decía que estaban llamando a mi editor para sugerirle que me despida, sí. No creo que eso vaya a suceder.

J.G.: ¿Mantienes la columna?

S.B.: Absolutamente.

J.G.: Con Stu Bykovsky, desde Filadelfia. Stu, muchas gracias.

(Transcripción del video original)

Para ver la entrevista en televisión, pínchese aquí.

Enlace con texto original: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=10767

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.


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About the author:

Michel Chossudovsky is an award-winning author, Professor of Economics (emeritus) at the University of Ottawa, Founder and Director of the Centre for Research on Globalization (CRG), Montreal, Editor of Global Research. He has undertaken field research in Latin America, Asia, the Middle East, sub-Saharan Africa and the Pacific and has written extensively on the economies of developing countries with a focus on poverty and social inequality. He has also undertaken research in Health Economics (UN Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC), UNFPA, CIDA, WHO, Government of Venezuela, John Hopkins International Journal of Health Services (1979, 1983) He is the author of 13 books including The Globalization of Poverty and The New World Order (2003), America’s “War on Terrorism” (2005), The Globalization of War, America’s Long War against Humanity (2015). He is a contributor to the Encyclopaedia Britannica. His writings have been published in more than twenty languages. In 2014, he was awarded the Gold Medal for Merit of the Republic of Serbia for his writings on NATO’s war of aggression against Yugoslavia. He can be reached at [email protected]

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