Todo lo que usted no debería saber sobre Eritrea (1/3)
Entrevista a Mohamed Hassan por Grégoire Lalieu y Michel Collon
El Cuerno de África es una de las regiones más desgarradas del continente: guerras incesantes, hambre, pobreza… Imágenes que conoce todo el mundo. Pero pocas personas saben que Eritrea considera que es posible salir de este círculo infernal, resolver los conflictos por medio del diálogo y alcanzar un nivel de desarrollo importante. Sería algo de lo que alegrarse, sin embargo; a ojos de la comunidad internacional Eritrea es un Estado paria, al que el Consejo de Seguridad de la ONU ha sentado en el banquillo de los acusados. ¿Cómo amenaza a las potencias occidentales este país, del que nadie habla? En este nuevo capítulo de nuestra serie “Comprender el mundo musulmán” Mohamed Hassan desvela todo lo que no deberíamos saber sobre Eritrea.
¿Sería Eritrea la fuente de todas las violencias en el Cuerno de África? Esto es lo que parece pensar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que recientemente ha votado unas sanciones contra este país. Sobre todo se ha acusado a Eritrea de suministrar armas a los rebeldes somalíes.
Estas sanciones se basan en una campaña mentirosa que tiene el objetivo de desestabilizar al gobierno eritreo. Desde 1992 existe un embargo al suministro de armas a Somalia, hay expertos internacionales sobre el terreno para comprobar la situación y hoy cada arma tiene un número de serie que permite asegurar que se siguen sus trazas. ¡A pesar de todas estas disposiciones, el Consejo de Seguridad no tiene más pruebas sobre este supuesto tráfico de armas de las que había sobre las armas de destrucción masiva en Iraq! En cambio, una vez más encontraremos a Washington detrás de este tipo de campaña mentirosa. Y, sin embargo, ni siquiera se lo cree el Secretario de Estado adjunto a los Asuntos Africanos de Estados Unidos. La verdad, explica, es que Somalia está en guerra desde hace veinte años y está repleta de armas. Cualquiera puede venderlas o comprarlas en el mercado negro. Por consiguiente, los rebeldes somalíes no necesitan ir a Eritrea para aprovisionarse de armas.
También se acusa a Eritrea de mantener tensiones con Yibuti por unas diferencias fronterizas. Además, en 2008 hubo una escaramuza entre ambos ejércitos.
Eritrea nunca ha manifestado la menor reivindicación territorial sobre Yibuti. Como la mayoría de las fronteras de África, la que separa ambos países la trazaron las potencias coloniales. Por consiguiente, se marcó hace mucho tiempo y nunca se ha discutido. Este “incidente” de 2008 es una pura fabricación del gobierno de Bush. Todo empezó en el mes de abril cuando el presidente eritreo, Isaias Afwerki, recibió una llamada de teléfono del emir de Qatar. Éste le transmitía una queja del presidente de Yibuti, Ismail Omar Guelleh: Eritrea estaba reuniendo tropas en la frontera. Ahora bien, el presidente Afwerki no había dado ninguna orden a su ejército y le sorprendió mucho esta llamada. ¿Por qué su homólogo recurría a una tercera parte? De todos modos, Isaias Afwerki propuso reunirse con Guelleh en Yibuti, en Eritrea o incluso en Qatar si él lo prefería. El presidente de Yibuti no respondió a la invitación. Unas semanas después, el 11 de junio 2008, soldados del ejército de Yibuti atacaron a las tropas eritreas en la frontera. Hubo un breve combate que causó una treintena de muertos y decenas de heridos en ambas partes. El presidente de Yibuti clamó enseguida que Eritrea había atacado a su país. Con una desconcertante rapidez Estados Unidos emitió un comunicado condenando “la agresión militar de Eritrea contra Yibuti”. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se hizo eco inmediatamente de esta condena. Y sólo a continuación propuso enviar una comisión de expertos para analizar la situación sobre el terreno y establecer los hechos. ¿Por que el Consejo de Seguridad había puesto el carro delante de los bueyes? ¿En qué se basaban sus acusaciones? No hay diferencias entre Eritrea y Yibuti. Los pueblos de ambos países siempre han tenido buenas relaciones, pero una vez más Estados Unidos manipula a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad para presionar a Eritrea.
¿Cómo se explica la actitud de Yibuti?
El presidente Ismail Omar Guelleh prácticamente no tiene base social. Sólo se mantiene en el poder gracias al apoyo de las potencias extranjeras. En consecuencia, no puede negarles nada. Esto explica sobre todo por qué hay tantos soldados extranjeros en Yibuti. Por ejemplo, Estados Unidos sólo tienen una base en África y está en Yibuti. Este pequeño país también abriga contingentes de otras naciones y la mayor base francesa en el continente africano. Por lo tanto, Guelleh depende completamente de Washington. Si Estados Unidos tiene necesidad de él para crear una nueva crisis en la región, él obedece. Esto se ha convertido en una especialidad estadounidense: fomentar problemas para a continuación proponer resolverlos. En este caso Estados Unidos trata de hacer pasar a Eritrea por un país belicoso que sería la causa de todos los problemas en el Cuerno de África.
¿Por qué quiere Estados Unidos marginar a Eritrea?
El gobierno eritreo tiene una visión para su propio país y para la región: es posible alcanzar un buen nivel de desarrollo y resolver los conflictos por medio del diálogo si se libran de las interferencias de las potencias extranjeras. Si se observa la crisis en Somalia, Eritrea siempre ha predicado reunir a todos los actores políticos de este país en torno a una mesa para dialogar. Para encontrar una solución al conflicto y reconstruir Somalia, Eritrea propone también implicar a la sociedad civil: mujeres, ancianos, jefes religiosos… Reunir a todo el mundo más allá de las separaciones para reconstruir un país que desde hace veinte años no tiene gobierno. Sin duda este método será eficaz para devolver la paz al país. Pero Estados Unidos, por su parte, ha mantenido voluntariamente a Somalia en el caos. En 2007 incluso ordenó al ejército etíope que atacara Mogadisco aunque había vuelto la paz. Y a fin de cuentas, ¡a quien sancionó la ONU fue a Eritrea! De hecho Estados Unidos teme que la visión de Eritrea haga adeptos en el Cuerno de África, lo que significaría el final de la injerencia estadounidense en esta región estratégica. Por consiguiente, Washington intenta poner a Eritrea en cuarentena para evitar que se propague el “virus”. Es una técnica que Estados Unidos siempre ha aplicado y que ha estudiado Noam Chomsky. Éste habla de la “teoría del manzana podrida”: si hay una manzana podrida en un cesto hay que quitarla antes de que se pudran las demás manzanas. Ésta es la razón por la que Estados Unidos siempre ha tratado de derrocar gobiernos (con o sin éxito): Castro en Cuba, Allende en Chile, Laos en la década de 1960… Chomsky señala que Washington interviene entonces con el pretexto de asegurar la “estabilidad” del mundo. Pero esta “estabilidad”, explica Chomsky, significa “seguridad” para las multinacionales y para las clases dirigentes.
Así pues, ¿ para Washington Eritrea es la manzana podrida del Cuerno de África?
Completamente. Pero el verdadero enemigo de la región es el imperialismo, particularmente el imperialismo estadounidense. Por consiguiente, Eritrea desea que los países del Cuerno de África se libren de las injerencias de las potencias neocoloniales y desarrollen un proyecto común. El Cuerno de África goza de una posición geoestratégica muy ventajosa: está conectado a la vez con los países del Golfo y con el océano Índico donde se lleva a cabo la mayor parte del comercio marítimo mundial. También dispone de muchos recursos, minerales, gas, petróleo, biodiversidad… Si los países de esta región se libraran del neocolonialismo y unieran sus esfuerzos, lograrían salir de la pobreza. Eso es lo que desea Eritrea para el Cuerno de África. Evidentemente, Estados Unidos no desea que este proyecto nazca porque se podría ir despidiendo del control de esta región estratégica y del acceso a sus materias primas. Por lo tanto, Washington trata de presionar al presidente Isaias Afwerki para que cambie su política. A fin de cuentas Eritrea, que tuvo que llevar a cabo un largo combate para lograr su independencia en 1993, hoy sigue luchando para proteger su soberanía nacional.
El combate que Eritrea llevó a cabo por la independencia es el más largo de la historia de África. El país fue colonizado por los italianos en 1869. ¿Cómo Italia, que no era un gran imperio colonial, se encontró en Eritrea?
Hay que situar esto en el contexto de la Europa del siglo XIX. Entonces el viejo continente era el escenario de una lucha despiadada entre las potencias imperialista por el control de las colonias y de sus materias primas. Existía ya una fuerte rivalidad entre Francia y Gran Bretaña. La unificación de Italia en 1863 y después la de Alemania en 1871 hicieron surgir nuevos rivales de altura. Además, el mundo capitalista conoció su primera crisis importante en 1873. Esta crisis provocó el desmantelamiento progresivo del imperio Otomano y exacerbó aún más los apetitos rivales de las potencias europeas. Alemania, por ejemplo, quería aprovecharse del desmantelamiento del imperio Otomano para adquirir nuevas colonias. Los británicos, por su parte, apoyaban a Estambul para bloquear la expansión alemana. El canciller Bismarck decidió entonces organizar la Conferencia de Berlín en 1885. Es un acontecimiento fundamental en la historia de las colonias: mientras que hasta entonces éstas se habían instalado sobre todo en las costas de África para establecer en ellas factorías comerciales, durante esta Conferencia las potencias europeas proyectan colonizar gradualmente el conjunto del continente. Así, para evitar nuevos conflictos y relanzar la economía capitalista, Europa se puso de acuerdo en el reparto de la tarta africana. Durante estas discusiones Gran Bretaña animó a los italianos a instalarse en el Cuerno de África. La estrategia de los británicos era invitar a una potencia colonial que no era muy amenazante (Italia) para bloquear la expansión de rivales más serios (Francia y Alemania).
Europa se repartió África pero a principios del siglo XX Etiopía era el único país independiente del continente, ¿por qué?
Esta particularidad resulta de un compromiso entre franceses y británicos. Los primeros tenían el proyecto de extenderse desde Dakar a Yibuti. Ahora bien, los segundos ambicionaban desplegar su imperio desde El Cairo a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Si se observa un mapa de África se ve que estos proyectos coloniales estaban llamados indefectiblemente a chocar frontalmente. Para evitar un conflicto que habría provocado enormes pérdidas a ambos campos, Francia y Gran Bretaña decidieron no colonizar Etiopía. Pero no por ello los imperialistas renunciaron a este territorio. Apoyaron y armaron a [el emperador] Menelik II que reinaba en una de las regiones más ricas de Etiopía. Con el apoyo de las potencias coloniales tomó el poder en toda Etiopía y permitió a franceses y británicos tener acceso a los recursos de su imperio. Al final, si bien Etiopía era el único país que no había sido colonizado, por ello no se puede decir que fuera independiente. Quien se hacía llamar Menelik II, Negusse Negest de Etiopía, león conquistador de la tribu de Judah, elegido de Dios, no era sino un agente de las potencias imperialistas, incapaz de construir un Estado moderno. Había sido elegido sobre todo porque era un cristiano ortodoxo y porque provenía de una de las regiones más ricas de Etiopía. Por consiguiente, Menelik II dirigía un régimen minoritario en un sistema feudal en el que la mayoría de las nacionalidades no tenían ningún derecho. Se practicaba la esclavitud. Todo esto creó muchas desigualdades que todavía hoy se resienten en Etiopía.
Eritrea, en cambio, fue colonizada por Italia. Más tarde, Mussolini incluso declaró que sería el corazón del nuevo imperio romano. ¿Qué efectos tuvo la colonización italiana de Eritrea?
Cuando Italia colonizó Eritrea tenía demasiados campesinos dentro de sus fronteras. Muchos emigraron a Suiza o a Francia y otros fueron a instalarse en Eritrea. Con su paisaje de postal y su clima agradable, la nueva colonia italiana hacía soñar a más de uno. Los colonos se implantaron sobre el terreno junto con los campesinos. La burguesía italiana invirtió entonces mucho en Eritrea. La situación geográfica de esta colonia le interesaba particularmente. En efecto, el país tiene largas costas que bordean el mar Rojo, está cerca del Canal de Suez al norte y del Estrecho de Bab-el-Mandeb al sur: uno de los corredores de navegación más frecuentados del mundo que une el mar Rojo con el océano Índico. Así pues, los italianos invirtieron mucho en Eritrea y desarrollaron plantaciones, puertos, infraestructuras… Para que se haga una idea del nivel de desarrollo de esta colonia, cuando los ingleses invadieron Eritrea durante la Segunda Guerra Mundial, ¡directamente desmontaron las fábricas para llevárselas!
Esto parece estar lejos de los saqueos habituales o de las manos cortadas del Congo Belga. ¿Eritrea era un excepción en el despiadado mundo del colonialismo?
Hubo aspectos positivos, pero no hay que engañarse, el colonialismo italiano seguía siendo un concepto discriminatorio en el que los negros no tenían muchos derechos con respecto a los blancos. ¿Por qué? De hecho, cuando a finales del siglo XIX Italia se apropió de Eritrea y de una parte de la actual Somalia trató de proseguir su expansión en Etiopía. Pero los soldados italianos fueron derrotados por Menelik II durante la batalla de Adua en 1896. Durante los años siguientes en el seno de la intelligentsia italiana se fue desarrollando la ideología fascista con la voluntad de restituir el honor del país que había sido vencido por los negros. Por consiguiente, el colonialismo italiano era muy racista en relación con éstos. La población eritrea había sido integrada al proyecto colonial pero como clase inferior. Además, el fascismo italiano (que llegó al poder en 1922) se basaba ante todo en un racismo antinegro, no era antisemita como el fascismo alemán. ¡En el seno de las organizaciones fascistas en Italia trabajaron judíos! Y Mussolini tenía una amante judía, ¡imagine eso en Hitler! Sólo más tarde, hacia finales de la década de 1930 Italia va a empezar a perseguir a los judíos. En primer lugar, porque Mussolini se había acercado a Hitler. A continuación, porque el partido fascista italiano necesitaba cobrar nuevo impulso. Por consiguiente, utilizó a la comunidad judía como chivo expiatorio para movilizar a la población italiana.
Finalmente, los fascistas italianos tuvieron su revancha en Etiopía: en 1935 las tropas de Mussolini invadieron el único país no colonizado de África.
Sí, aunque la ocupación de Etiopía no duró mucho tiempo. En 1941, en plena guerra mundial, el ejército británico expulsó a los italianos de la región y los Aliados tomaron el control del Cuerno de África. Tras la guerra, si bien Etiopía recuperó su “independencia”, la suerte de Eritrea, en cambio, fue objeto de debate. La Unión Soviética deseaba que esta colonia obtuviera su independencia. Los británicos, por su parte, deseaban dividir al país en dos con base en la religión, tal como habían hecho por todas partes: los musulmanes debían unirse a Sudán y los cristianos ortodoxos a Etiopía. Es interesante señalar que la Iglesia etíope era favorable a esta opción y presionaba a los cristianos de Eritrea para que aceptaran. Les decía que si se negaban no serían enterrados y su alma no alcanzaría el paraíso. A pesar de todo, los cristianos de Eritrea se negaron: ¡antes que nada se sentían eritreos! Este sentimiento de pertenencia se explica sobre todo por el hecho de que a la inversa de muchas potencias imperialistas los italianos habían integrado al pueblo eritreo en el proyecto colonial sin distinción étnica. Pero la que ganó finalmente fue la tercera opción, la de Estados Unidos: Eritrea se debía integrar en Etiopía en un sistema federal.
¿Por qué Estados Unidos apoyaba esta opción?
La posición geográfica de Eritrea le había conferido una gran importancia a ojos de Washington durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Desde la década de 1940 el Pentágono y empresas de armamento privadas desarrollaron importantes proyectos en el país: una línea de ensamblaje de aviones, talleres de reparación, una fuerza naval… Y, sobre todo, en la década de 1950 los servicios de inteligencia estadounidenses establecieron en Asmara, su capital, una de sus bases de telecomunicaciones más importantes en el extranjero. Entonces no había vigilancia vía satélite como hoy y los sistemas de escucha tenían un alcance limitado. Pero desde Eritrea se podía vigilar lo que pasaba en África, en Oriente Medio, en el Golfo e incluso en algunas partes de la Unión Soviética. Por consiguiente, Estados Unidos defendió que Eritrea se uniera a Etiopía, que era un aliado de Washington. John Foster Dulles, una figura eminente de la política estadounidense, dirigía la oficina de Asuntos Exteriores. En un debate del Consejo de Seguridad reconoció: “Desde el punto de vista de la justicia se deben tener en cuenta las opiniones del pueblo eritreo. Con todo, los intereses estratégicos de Estados Unidos en la cuenca del mar Rojo y las consideraciones para la seguridad y la paz en el mundo hacen necesario que este país se una a nuestro aliado, Etiopía”. Así fue cómo se solucionó la suerte de Eritrea con graves consecuencias: iba a comenzar la lucha más larga por la independencia en África…
A lo largo de las próximas semanas continuarán la segunda y tercera parte de nuestra entrevista sobre Eritrea. Junto con Mohamed Hassan repasaremos los treinta años de un combate en equipo llevado a cabo por los resistentes. Descubriremos los retos de la revolución eritrea, sus similitudes con Cuba. También abordaremos la cuestión de los derechos humanos en Eritrea, objeto de ataques de las potencia occidentales. Por último, analizaremos esta famosa paradoja africana: tanta riqueza para una población tan pobre.
Mohamed Hassan recomienda las siguientes lecturas:
– Dan Connell, Against All Odds. A Chroincle of the Eritrean Revolution, The Red Sea Press, Inc, 1997
– Firebrace & Holland, Never Kneel Down, Spokesman, 1984
Texto original : http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=18910
http://www.michelcollon.info/index.php?option=com_content&view=article&id=2709:tout-ce-que-vous-ne-devriez-pas-savoir-sur-lerythree-13&catid=6:articles&Itemid=11
Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos para Rebelión
Mohamed Hassan es especialista en geopolítica y en el mundo árabe. Nacido en Addis Abeba (Etiopía), participó en los movimientos estudiantiles en el marco de la revolución socialista de 1974 en su país. Estudió ciencias políticas en Egipto antes de especializarse en administración pública en Bruselas. Diplomático de su país durante la década de 1990, trabajó en Washington, Pekín y Bruselas et Bruxelles. Coautor de L’Irak sous l’occupation (EPO, 2003), también ha colaborado en obras sobre el nacionalismo árabe y los movimientos islámicos, y sobre el nacionalismo flamenco. Es uno de los mejores especialistas contemporáneos del mundo árabe y musulmán.