Siria no es Iraq

“La decisión sigue adelante, igual que en la invasión de Iraq de 2003, excepto que ahora el comandante en jefe es el presidente Obama y sus compinches están en Londres y en París, y no es el presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.

Siria no es Iraq, sin embargo, la intensificación del drama en Siria nos recuerda al de Iraq en la invasión de 2003 a manos de la coalición anglo-estadounidense. Las teorías de la conspiración abundaron, la desinformación hizo que los periódicos y los dirigentes políticos engañaron a la opinión pública sin duda. Otra vez millones personas inocentes tienen que huir de sus casas; un gran número de personas están siendo asesinadas y la destrucción continúa. Estos son los hechos que nos constan.

Al mismo tiempo la flota estadounidense y barcos de la OTAN se reúnen en el Mediterráneo, las palabras de Chuck Hagel, secretario de Defensa estadounidense son: “[…] Estamos preparados para atacar”. Estados Unidos, un país moral, económica y políticamente exhausto, prefiere los misiles lanzados desde el mar que las botas sobre el terreno. La decisión sigue adelante, igual que en la invasión de Iraq de 2003, excepto que ahora el comandante en jefe es el presidente Obama y sus compinches están en Londres y en París, y no es el presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Washington ha dicho a los inspectores de Naciones Unidas desplegados en Siria para investigar los hechos “[…] No pierdan el tiempo. Es demasiado tarde para que cambien las cosas”, lo mismo que se les dijo a los inspectores desplegados en Iraq. Otra vez estamos ante un premeditado acto de agresión que se va a producir de forma ilegal y sin mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En la puerta del Consejo de Seguridad debería haber un cartel que dijera: “Hasta nueva orden, el Consejo está fuera de servicio”.

Las ramificaciones de las acciones militares contra Siria —en lugar de llevar adelante negociaciones multilaterales— son difíciles de prever. El precio lo pagará en primer y último lugar el pueblo sirio, que se ve forzado a unirse a los otros muchos que antes que ellos se han convertido en víctimas de la hipocresía hegemónica. Los enfrentamientos se intensificarán más allá de las fronteras de Oriente Próximo. La impunidad no sobrevivirá. Los ciudadanos del mundo están indignados e iracundos, pero algo es seguro: demostrarán su indignación.

Hans C. von Sponeck

El texto original en inglés fue remitido a la CEOSI por correo electrónico el 28 de agosto de 2013

IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org), 29 de agosto de 2013

Traducción Paloma Valverde


Articles by: Hans von Sponeck

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