Siete respuestas sobre la oposición y el “fascismo” en Venezuela
El analista de La Sorbona Salim Lamrani habló con MDZ sobre las diferencias entre Capriles y López, y sobre qué es el “fascismo” opositor a Maduro.
Salim Lamrani es un periodista francés especializado en las relaciones entre EEUU, Cuba y Venezuela, autor de más de una docena de libros, en español y francés, sobre la temática vinculada. Su mirada, desde una posición distante de EEUU, lo ha colocado en numerosas conferencias como conferencista junto a marxistas de la talla del lingüista Noam Chomsky, el ex alcalde de Londres Ken Livingstone, el periodista Ignacio Ramonet y el ya fallecido Howard Zinn. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano.
Su pluma lo ha llevado como invitado, sin embargo, a universidades estadounidenses tales como Massachusetts Institute of Technology, la Northeastern University de Boston, la Thomas Jefferson School of Law de San Diego, la Universidad de Santa Barbara, la Sarah Lawrence College de New York, la Sonoma State University, la Universidad de Stanford y la Universidad de San Francisco.
Está particularmente activo durante esta crisis de Venezuela y sus columnas de análisis y opinión muchas veces son esgrimidas como espadas por la guardia militante del chavismo. Por ello, en lugar de hablar sobre el gobierno de Venezuela, de lleno, preferimos consultarle sobre la oposición, a la que el presidente Nicolás Maduro califica bajo el duro y genérico término de “fascista”, y también sobre “las oposiciones”, porque no hay una sola en ese país.
Lamrani responde como doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV. Es profesor titular de la Universidad de La Reunión.
En siete preguntas y siete respuestas, el entrevistado afirma que no hay internas en el PSUV (el Partido Socialista Unido de Venezuela) y sostiene que no hay capacidad de triunfo en los partidos de la oposición, a pesar del último resultado presidencial que la colocó 1,5 puntos por debajo del chavismo.
¿Cree que el término “fascista” utilizado por el presidente Maduro es claramente descriptivo de “la oposición” venezolana, siendo esta tan amplia y variada? ¿Por qué?
– Hay claramente un sector de la oposición venezolana que siempre ha apostado por el golpismo pues sabe a ciencia cierta que le será muy difícil conseguir el poder mediante las urnas, mediante la vía democrática y republicana. Apuesta entonces por la subversión, la violencia y el crimen para conseguir lo que no puede obtener por voluntad popular.
¿En cuántos sectores identificaría usted a los opositores al chavismo?
– No todos los opositores al actual gobierno democrático de Venezuela quieren una ruptura del orden constitucional. Hay sectores insatisfechos por motivos válidos como la violencia, la inflación, la corrupción administrativa en los niveles intermediarios de la estructura estatal, que quieren cambios pero por la vía legal y pacífica. Esa oposición es respetuosa y respetable y absolutamente necesaria para la democracia venezolana. Lamentablemente, los más activos son los golpistas que se benefician no sólo del apoyo de Estados Unidos cuyo objetivo es un cambio de régimen – incluso por la fuerza, y también de los medios informativos occidentales que sólo presentan la realidad venezolana desde la perspectiva del sector más radical de la oposición, obviando lo que ocurrió en abril de 2002.
¿Qué hay, desde su punto de vista, con el rol de los partidos de izquierda que se plantan en contra de Maduro?
– La izquierda venezolana no es monolítica. Es plural y crítica como debe ser. Lo más importante es que sea constructiva y que respete la legalidad constitucional. No creo que haya divergencia de objetivos entre los chavistas y los demás sectores de la izquierda. Todos quieren construir un mejor futuro para todos los venezolanos y edificar la Patria de todos. La disensión es útil si toma en cuenta el interés general y respeta la voluntad popular expresada en las urnas
¿Los chavistas (o ex chavistas) que se dicen proscriptos, pero que valoran un “chavismo inicial”, como Raul Baduel, qué grado de relevancia tienen a la hora de hablar de “oposición” en Venezuela?
– No sé lo que es el “chavismo inicial” pues la Revolución Bolivariana es un movimiento de masas y de ideas en constante evolución. Todos los que enmarcan su acción en la legalidad tienen derecho a expresar sus puntos de vista y criticar la actuación del gobierno, incluso Raúl Baduel.
¿Cree que los medios de comunicación pueden derrocar a Maduro?
– Los medios informativos venezolanos, que se encuentran en manos privadas para el 80% de ellos, ya realizaron un golpe de Estado en abril de 2002 contra el gobierno democrático de Hugo Chávez. Hay una preocupante reminiscencia de los acontecimientos de 2002 con las manifestaciones actuales. Todo empezó del mismo modo: llamados de la oposición a protestar, muertos de ambos lados, condena general de los medios privados, sublevación de una parte del ejército y golpe de Estado. No hay que subestimar el peligro de una ruptura del orden constitucional por la violencia.
¿Es Leopoldo López diferente a Henrique Capriles?
– Leopoldo López parece más radical que Capriles en las actuales manifestaciones pues promueve abiertamente un golpe de Estado. Pero conviene no olvidar que ambos son golpistas pues participaron en la ruptura del orden constitucional en abril de 2002.
¿Puede reconocerse una oposición “silenciosa” desde adentro del PSUV para con Nicolás Maduro?
– No creo que haya que personificar al proceso bolivariano. El PSUV no es un partido monolítico. Hay tendencias distintas, criterios diferentes. Pero no creo que haya militantes en el PSUV que quieran derrocar a Maduro.
Entrevista por Gabriel Conte@ConteGabriel 26 de Febrero de 2014