Seattle y más allá: desarmando el nuevo orden mundial

El proceso de preparación de la ronda del milenio de Seattle, cuenta con la decidida actuación de Washington, en connivencia con Bruselas y la OMC en Ginebra, encaminada a debilitar y dividir los movimientos sociales y grupos de ciudadanos que, provenientes de todas partes del mundo, se han dado cita en esa ciudad. Entretanto, los organizadores locales están ocupados, junto con el FBI y la Policía del Departamento de Seattle (SPD), en la planificación meticulosa de los aspectos de seguridad de cara a la reunión oficial. Se ha desplegado un amplio dispositivo policial que engloba a Fuerzas Especiales del FBI, la CIA y otras agencias federales. Los “alborotadores” serán mantenidos a raya por fuerzas policiales antidisturbios bien equipadas, con inclusión de los llamados “Gang Squads” (Escuadrones contra bandas equivalentes a las unidades antisubversivas latinoamericanas) y equipos SWAT de las Divisiones de Operaciones Tácticas (conocidas como Unidades de Intervención Rápida), que constituyen los “componentes más militarizados” de la fuerza policial. |1|.

Se ha hecho todo lo posible por mantener la Cumbre de los Ciudadanos físicamente alejada de la Conferencia Ministerial. Como en las cumbres precedentes (Río de Janeiro, Madrid, Copenhague, Pekín, etc.), se trata de garantizar que las numerosas concentraciones de protesta, seminarios y manifestaciones no obstaculicen o no amenacen bajo ningún concepto la legitimidad de la Conferencia Ministerial. En Seattle, la celebración de reuniones paralelas por las ONG requiere de “acreditación” formal por parte del Seattle Host Committee, presidido por el magnate de Microsoft, Bill Gates, y por Philip Condit, de la Compañía Boeing.

Con varios meses de antelación, la OMC y los gobiernos occidentales convocaron a organizaciones selectas de la sociedad civil a una mesa de diálogo sobre la agenda de la Ronda del Milenio. “Las organizaciones asociadas”, es decir, aquéllas “en las que podemos confiar”, recibieron ayuda económica para viajar y organizar sus respectivos “seminarios” en Seattle. Ya el año pasado, la OMC había anunciado un plan para “una colaboración fluida con las ONG asociadas”, al tiempo que enfatizaba que la OMC “reconoce el papel que las ONG pueden desempeñar en la potenciación de la sensibilización pública con respecto a las actividades de la OMC” |2| Igualmente, la Comisión Europea subrayaba su “compromiso para con la transparencia y apertura en el diseño de las políticas comerciales”. |3|

Cuidadosamente examinadas, las ONG asociadas fueron invitadas a participar en una serie de eventos en torno a temas específicos. La Comisión Europea sostuvo varias rondas de consultas con las organizaciones de consumidores, de trabajo, de medio ambiente y de desarrollo que habían sido seleccionadas a estos efectos. Con ello se pretendía “mejorar la transparencia de las reuniones de la OMC”, incluyendo el acceso público a los documentos de la OMC y la creación de un “defensor de la información” en el marco de la OMC |4|. En palabras del ex Comisionado de Comercio Europeo, Sr. León Brittan:

“Una Ronda del Milenio sobre negociaciones comerciales no ha de servir únicamente a los intereses empresariales. Podemos y debemos asegurarnos de que tanto los consumidores como el medio ambiente salgan también beneficiados. La Comisión, en su creencia de que la apertura y la transparencia son esenciales para que la nueva ronda coseche todos sus beneficios, ha iniciado hoy un diálogo con una amplia gama de ONG. Las ONG son socios cruciales en la preparación de las negociaciones que se avecinan”. |5|

LA CUMBRE ALTERNATIVA

Controlada y financiada por donantes oficiales y fundaciones dedicadas a la investigación, la agenda oculta consiste en establecer una Cumbre de la Ciudadanos “políticamente correcta”, es decir, garantizar que los numerosos talleres, seminarios y manifestaciones en las calles de Seattle se atengan al “contra discurso” dominante. Se trata de presionar para que se incorporen una serie de cláusulas simbólicas sobre medio ambiente, trabajo y derechos humanos, así como programas de “alivio de la pobreza y “reformas institucionales” sin por ello desafiar el núcleo central de la liberalización del comercio.

Las organizaciones no gubernamentales asociadas ya se han comprometido, en este sentido, a no cuestionar “la legalidad” o legitimidad de la OMC en cuanto institución. Los participantes acreditados en representación de las ONG has sido invitados a mezclarse, en una atmósfera amistosa, con embajadores, ministros de finanzas y magnates de Wall Street en varias reuniones oficiales, incluídos los numerosos cócteles y recepciones. A su vez, se celebrará un “Simposio (oficial) para ONG esponsorizado por la OMC”, en el que participarán representantes selectos de las ONG y que tendrá lugar un día antes del inicio de la Conferencia Ministerial. Tal evento se abrirá con los discursos, cuidadosamente medidos, del Director General de la OMC, Mike Moore, y de la Secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Charlene Barshevsky.

Dicho de otro modo, el montaje en Seattle (respaldado por una campaña de relaciones públicas lujosa y de alto costo) consiste en difuminar cuidadosamente el masivo movimiento internacional dirigido contra la OMC y los poderosos sindicatos de negocios, que, discretamente, están en el fondo de todo esto. “Críticas sí, es lo democrático”, pero el sistema de “libre comercio” debe prevalecer, la legitimidad de las instituciones -incluidas las burocracias de Washington y Ginebra en que se sustentan- no ha de cuestionarse. Como contrapartida, la conferencia oficial aceptará, como deferencia hacia las organizaciones de la sociedad civil y sindicatos “acreditados”, la inclusión en su resolución principal de varias concesiones simbólicas al medio ambiente, entre otras, y ello con vistas a proporcionar la imagen “humana” tan necesitada por la OMC.

Las reuniones de la Ronda del Milenio suponen también la réplica de la habitual y paralela “Cumple de los Pueblos”, que es ahora parte integrante de las sucesivas conferencias mundiales. Celebrada casi con anualidad desde la Conferencia Medioambiental de Río de 1992, la Cumbre de los Pueblos, al tiempo que supone un foro para el debate crítico, se ha convertido con los años, en gran medida, en un “ritual del disenso” que deja la Cumbre oficial, también en gran medida, sana y salva.

La paralela P7 (“Cumbre de los Pueblo P7”) a las reuniones del G7 en Colonia, en junio de 1999, por ejemplo, fue acordada en consultas con los organizadores y anfitriones de la cumbre oficial, generosamente subvencionada por la Fundación Heinrich Boell, que es un brazo del Partido Verde Alemán, controlado por el Ministro de Asuntos Exteriores Joschka Fisher. La estructura de la P7 de Colonia se preparó para desviar el debate de los asuntos polémicos incluyendo los “bombardeos humanitarios” de Yugoeslavia… Entre tanto, más de 20.000 personas de todas partes de Europa se habían concentrado en las calles de Colonia bajo las consignas de la Campaña Jubileo 2.000. Su petición de eliminar sin condiciones del Tercer Mundo ya había sido firmada por más de 17 millones de personas. Los líderes mundiales rindieron un respetuoso tributo a la iniciativa del jubileo, respondiendo con vacíos y retóricos compromisos sobre la reducción de la deuda a los países más pobres del mundo. Las propuestas más substanciales de la campaña, casualmente, se vieron difuminadas.

En Seattle, muchas de las ONG’s acreditadas y que representaban intereses específicos (vg. medio ambiente, trabajo, derechos humanos, organizaciones de mujeres, etc) presentaría demandas por separado. Existen evidencias de que varias de las ONG’s claves habían sido infiltradas por las Agencias de Inteligencia occidentales. La Cumbre Alternativa se iba a ver fragmentada en un “mosaico” de eventos aislados y focalizados en cuestiones políticas separadas y distintas. La agenda oculta tiene por objetivo permitir que cada una de estas reuniones por separado pueda “dedicarse a los suyo” en una figurada participación de los pueblos. La meta de los organizadores de Seattle es enmascarar la verdad, impedir el desarrollo de los movimientos de masas, suprimir la democracia real y respaldar la autoridad de las instituciones del Nuevo Orden Mundial.

A su vez, la AFL-CIO, a la que se unieron jefes sindicales de todo el mundo, ha realizado un llamamiento a la OMC para “aplicar las normas mínimas laborales…. en el mercado global”. Cediendo a las demandas de Washington, la consigna de los sindicatos es “que la economía global trabaje para las familias trabajadoras” |6|. Una petición cuidadosamente elaborada insta a la Conferencia ministerial a adoptar “reglas de comercio e inversión [que] protejan los derechos de los trabajadores y del medio ambiente” |7|. La legitimidad global de la OMC y de la política comercial de los Estados Unidos no se cuestionan. Por su parte, la AFL-CIO ha sido encargada de la organización de una manifestación masiva que sirva de manera útil al propósito de desviar el movimiento internacional de protesta en las calles de Seattle…

En Seattle, la gran división se dará entre quienes se oponen genuinamente al Nuevo Orden Mundial y aquellas organizaciones de la sociedad civil “asociadas” que son en apariencia “progresistas” pero que de hecho no son más que criaturas del sistema. Con frecuencia subvencionadas por sus respectivos gobiernos, hacen parte de una “oposición” políticamente correcta que actúa como “portavoz de la sociedad civil”. Pero ¿a quién representan? Muchas de las “Ong’s asociadas” y grupos de presión que a menudo se mezcla con burócratas y políticos, tienen pocos contactos con los movimientos sociales de base y las organizaciones populares. Entre tanto, sirven para desviar la articulación de los movimientos sociales “reales” contra el Nuevo Orden Mundial.

 

Esto no quiere decir que el “diálogo” con la OMC y los gobiernos haya de ser tenido en cuenta como un medio de negociación. Al contrario, la presión ha de ser aplicada vigorosamente en estrecha relación con los movimientos sociales. Los resultados subyacentes y las información de estas negociaciones, sin embargo, han de ser canalizadas con vistas a reforzar y no ha debilitar las acciones de los grupos de base. En otras palabras, no debemos permitir que la “presión” sea manejada de una manera aislada y secreta por organizaciones que han sido “designadas a dedo” por los gobiernos y la OMC.

UNA MORATORIA EN LAS NEGOCIACIONES SOBRE LIBERALIZACIÓN.

Más de 1.200 grupos y organizaciones provenientes de más de 85 países han pedido una “Moratoria” sobre la liberalización prevista y auspiciada por la OMC incluyendo la realización de una “Auditoria” sobre los impactos de la globalización. Su declaración de consenso (“Declaración de los miembros de la Sociedad Civil Internacional en oposición a la Ronda del Milenio”):

“Nos oponemos a cualquier futura negociación sobre liberalización, especialmente aquellas que sitúen nuevas áreas bajo el régimen de la OMC, como la inversión, la política competitiva y la reducción de las normas gubernamentales de control. Nos comprometemos a llevar a cabo una campaña que rechace tales propuestas. También nos oponemos a los aspectos comerciales del Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual (TRIPS). Pedimos una moratoria sobre cualesquiera nuevas cuestiones o negociaciones ulteriores que extiendan el poder y alcance de la OMC. Durante esta moratoria ha de llevarse a cabo una revisión y evaluación globales y en profundidad de los acuerdos existentes. Han de tomarse medidas efectivas para cambiar estos acuerdos. Esta revisión a de comprender el impacto de la OMC sobre las comunidades marginalizadas, el desarrollo, la democracia, el medio ambiente, la salud, los derechos humanos, los derechos de los trabajadores y los derechos de mujeres y niños. Tal revisión ha de contar con la plena participación de la sociedad civil.

Esta declaración supone un importante desafío para la Agenda Oficial. Esta basada sobre un consenso cuidadosamente medido entre una gran número de organizaciones.

ILEGALIDAD DE LA OMC

Sin embargo esta importante declaración en solicitud de una “moratoria” sobre las negociaciones ulteriores sobre liberalización, no llega a cuestionar la legitimidad de la OMC en cuanto institución. Y de hecho esta cuestión debería haber sido implícitamente incluida en la Declaración.

El Acuerdo de Marrakech de 1994 constituye una violación flagrante de derechos fundamentales sociales, económicos y culturales. La apuesta de Seattle es fundamental y no puede ser abordada sin una declaración de compromiso que acepte tácitamente la legitimidad de la OMC en cuanto institución. La OMC fue instituida a tenor de la firma de un “acuerdo técnico” negociado entre burócratas a puerta cerrada. Incluso los jefes de importantes delegaciones diplomáticas estatales que acudieron a Marrakech en 1994 no fueron informados de los Estatutos de la OMC que fueron elaborados por tecnócratas en sesiones cerradas.

“El Acta Final conteniendo los resultados de la Ronda Multilateral de Negociaciones de Comercio de Uruguay”, fue firmada por los ministros reunidos en Marrakech el 15abr94. El Acta Final es un “acuerdo técnico” que instituye a la OMC como organismo Mundial. “El marco de trabajo de la OMC asegura “un único sentido de interpretación” de los resultados de la Ronda Uruguay, de tal manera que los miembros de la OMC están obligados a aceptar todos los resultados de dicha Ronda sin excepción alguna.”

Dando continuidad a la reunión de Marrakech, el acuerdo de 550 páginas (más sus numerosos anexos) o bien fue rubricado a todas prisas o bien nunca fue formalmente ratificado por los Parlamentos Nacionales. Los artículos del acuerdo la OMC que resultaron de este “acuerdo técnico” fueron incorporados como obligación sobrepujando el derecho internacional. En otras palabras, el Acuerdo de Marrakech de 1994 por el que se establece la OMC como organismo multilateral, obvia los procesos democráticos en cada uno de los países miembros. Supone una flagrante derogación de las leyes y constituciones nacionales al tiempo que otorga amplios poderes a los bancos globales y a las corporaciones multinacionales. Estos poderes se han insertado ilegítimamente y de facto en el articulado del acuerdo de la OMC.

En otras palabra, el proceso real de creación de la OMC conforme al Acta Final de la Ronda Uruguay es flagrantemente “ilegal”. Es decir, que casualmente se ha instalado en Ginebra Intergubernamental “totalitario”, y al que el derecho internacional otorga el mandato de “vigilar” las políticas económicas y sociales nacionales, derogando los derechos soberanos de los gobiernos nacionales. De manera similar, la OMC casi neutraliza “de un plumazo” la autoridad y las actividades de varias agencias de las Naciones Unidas incluyendo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Además, el articulado de la OMC no sólo está en contradicción con las leyes existentes a nivel nacional e internacional, sino que supone una violación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. El hecho de solicitar una “moratoria indefinida” equivale a legitimar la OMC y rechazar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

A su vez, aparte de la flagrante violación del derecho internacional, la normas de la OMC otorgan legitimidad a prácticas comerciales que bordean la criminalidad, incluyendo la “piratería intelectual” por parte de las Corporaciones Multinacionales, la derogación del derecho a la libre reproducción de semillas, por no mencionar la manipulación genética por parte de lo gigantes de la biotecnología, las patentes de formas de vida incluyendo plantas, animales, microorganismos, materiales genéticos y formas de vida humano bajo el acuerdo TRIPS.

En la esfera de los servicios financieros, las disposiciones de los GATS otorgan legitimidad a la ingeniería financiera y las manipulaciones especulativas a gran escala dirigidas contra países en vías de desarrollo y que conducen normalmente a la eliminación de las políticas monetarias nacionales.

Y los procedimientos para los arreglos de controversias en el marco legal de la OMC se aferran a la legitimidad de estos procedimientos viciados de nulidad.

LA CUENTA DE RESULTADOS DE LA DESTRUCCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL.

Como se ha documentado ampliamente, la humanidad está atravesando en esta etapa de post Guerra Fría, una crisis económica y social de escala sin precedentes y que conduce al rápido empobrecimiento de grandes sectores de la población mundial. Las economías nacionales están colapsando, el desempleo es rampante, los bancos de Wall Street están “invadiendo los países” uno tras otros; han emergido guerras regionales a lo largo del recorrido de los oleoductos estratégicos y a menudo tras las numerosas “insurgencias” se esconden poderosos intereses corporativos que, coincidentemente, presionan también para una reforma del comercio internacional… En la mayoría de los países el nivel de vida ha colapsado.

La Crisis Mundial de finales del siglo XX es más devastadora que la Gran Depresión de los años treinta. Tiene implicaciones geopolíticas de mayor alcance; la dislocación económica se ha visto acompañada por el desencadenamiento de conflictos regionales, la fractura de las sociedades nacionales y, en algunos casos, la destrucción de países enteros. Esta crisis no se limita a los países en vías de desarrollo, ni mucho menos. En Europa y América del Norte se está desmantelando el estado del bienestar, se están cerrando escuelas y hospitales, creandose las condiciones para la completa privatización de los servicios sociales. Es de lejos la crisis económica más profunda de la historia moderna.

En un gran número de países en desarrollo, la economía de los servicios y la banca están ya en manos de capital extranjero, y las economías campesinas han sido devastadas como resultado de la invasión de los excedentes de granos de la Unión Europea y de los Estados Unidos. Se han impuesto semillas modificadas genéticamente, entre otros por Cargill y Montsanto (junto con granjas cuidadosamente preparadas con técnicas de ingeniería para la producción por estos mismos conglomerados agroindustriales) a agricultores de todo el mundo, lo que con frecuencia ha llevado a la fractura y desmantelamiento de las economías rurales con la consecuente pobreza de masas, por no mencionar la contaminación de la cadena alimenticia, que deroga de hecho, los derechos de los consumidores en todo el mundo.

Por su parte, la agroindustria internacional está empeñada en llevar a la agricultura familiar a la bancarrota. Este proceso no se limita sólo a países en desarrollo: hasta el 30 por cien de los agricultores cerealeros del Oeste de Canadá están al borde la bancarrota como consecuencia de la aplicación de las disposiciones de la OMC relativas a la política de subvenciones a la agricultura del Gobierno canadiense. Si esto está ocurriendo en Canadá, que es uno de los países del mundo con mayores recursos y con mejor canasta alimenticia, ¿cuál será el destino de otras regiones del mundo?

LA ADHESIÓN DE CHINA A LA OMC

Los términos acordados en negociaciones bilaterales con los Estados Unidos para la adhesión de China la OMC, pocas semanas antes de la Conferencia ministerial en Seattle, causaran estragos en un país de más de mil millones de habitantes. Devastará la agricultura China; desencadenará una depresión que llevará a la bancarrota de las empresas estatales provocando el desempleo masivo. La provisión que permite la cláusula de “tratamiento nacional equivalente” a los bancos occidentales podría precipitar la fractura del sistema estatal de la banca china.

Las autoridades chinas consientes de estos efectos, han llevado a cabo una campaña pública para convencer a la población de que “los beneficios del acuerdo justificarán las pérdidas de empleos y bancarrotas que causará” |8|. En palabras del jefe de la delegación negociadora china ante la OMC, Sr. Long Yongtu, “una nación no se puede desarrollar y devenir fuerte sin un sentido de la urgencia y de la crisis.” |9|

ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL.

Frente a la economía global y la devastación social, ¿es realmente necesaria una “Auditoria” (oficial) tal cual se defiende en la “Declaración de los miembros de la sociedad civil internacional” para averiguar lo que está pasando? Algunas de las críticas de las Ong’s involucradas en el dialogo con la OMC, incluídos los sindicatos, argumentan que la liberalización del comercio tiene impactos tanto positivos como negativos. Esta postura es ambigua: los impactos devastadores de la “globalización” son de todos conocidos y están bien documentados, la comunidad de Ong’s ya ha producido una gran cantidad de análisis crítico y de investigación sobre el tema. Además, la propuesta de auditoría afecta a la legitimidad de la OMC, y presupone que hay errores y que “hablemos y detengamos este sistema” durante unos años “mientras lo revaluamos”.

¿Necesitamos una auditoria para averiguar si el mundo “está o no” en crisis? ¿Por quién será llevada a cabo está auditoría y para quién?. Las Ong’s clave “asociadas” ya se han posicionado para emprender los pertinentes estudios sobre la cuestión. Muchas de las organizaciones que han firmado y suscripto la Declaración desconocían que la Auditoría era parte del “diálogo” entre la OMC y los gobiernos occidentales. Y estos contratos de auditoría, implementados sector por sector y de manera “políticamente correcta”, según las directrices preestablecidas por las agencias donantes, tardarán varios años en finalizarse.

La realización de una Auditoria ya ha sido aceptada por la Unión Europea en sus consultas con las Ong’s. El ex Comisionado Europeo Sir León Brittan, ha propuesto, en 1998, en nombre de la Unión Europea “el encargo de un estudio sobre el impacto de la nueva Ronda sobre el desarrollo sostenible” (Comisión Europea, op. cit.). En otras palabras, la Auditoria forma también parte de la Agenda Oficial de la Ronda de Seattle. Entre tanto, mientras la Auditoría se está llevando a cabo las destrucción económica, social y medioambiental no se detendrá.

LA RONDA DEL MILENIO YA FUNCIONA “DE FACTO”.

Lo que le está sucediendo al sistema mundial no dependa exclusivamente de los resultados de la Ronda del Milenio. Tenemos que entender que en muchos países en desarrollo muchas de las cláusulas de la Ronda del Milenio son ya un hecho consumado. Forman parte de los “condicionamientos contenidos en los acuerdo de préstamos ad hoc con el FMI y el Banco Mundial”. Bajo programas de ajuste estructural así como en el contexto de los llamados “Acuerdos bailout” promocionados por el FMI (v.g. Indonesia, Tailandia, Corea del Sur, Brasil), los países en desarrollo ya se han comprometido a muchas de las propuestas contenidas en la Ronda del Milenio.

Además, los delegados de los países del Tercer Mundo, que han acudido a Seattle, tienen las manos atadas ya que el voto de la mayoría de los ministro de Comercio de los países en desarrollo en la Conferencia Ministerial de Seattle está controlado por los acreedores occidentales. Es improbable que las delegaciones oficiales de los países en desarrollo manifiesten una gran oposición.

Muchos países en desarrollo han aceptado, en el contexto de los acuerdos suscriptos con las instituciones de Bretton Woods para liberalizar el comercio, desregular los movimientos de capitales, privatizar el sector público, desmantelar los programas sociales y otorgar “tratamiento nacional” a los inversores extranjeros en gran número de sectores de la actividad económica, incluídos los servicios, la banca, etc. Estas disposiciones vienen normalmente acompañadas de un “programa de bancarrota” bajo la supervisión del Banco Mundial, con vistas a activar la liquidación de las empresas nacionales competitivas. Se implanta un “ambiente favorecedor del libre comercio” (sin recurrir a las clausulas de la OMC que afectan al acceso efectivo a los mercados), se provoca el desplazamiento y la destrucción y desplazamiento de los productores nacionales, y los países son consecuentemente recolonizados…

Los banqueros de Wall Street y los magnates de los mayores conglomerados de negocios a nivel mundial están indefectiblemente detrás de este proceso. Actúan regularmente como intermediarios con el FMI, el Banco Mundial y los funcionarios de la OMC en reuniones cerradas así como en numerosas conferencias internacionales. Además, también participan en estas reuniones y consultas los representantes de poderosos grupos de presión económicos a nivel global, incluyendo la Cámara Internacional de Comercio (ICC), el Dialogo Empresarial Transatlántico (TABD) (que reúne en sus congresos anuales a los líderes de los mayores conglomerados económicos occidentales con políticos y funcionarios de la OMC), el Consejo Norteamericano para las Grandes Empresas (USCIB), el Foro de Davos de la Economía Mundial, el Instituto de Financiero Internacional, en representación de los bancos e instituciones financieras más grandes del mundo, etc. Otras organizaciones “semi secretas” que desempeñan un importante papel en el diseño de las instituciones del nuevo orden mundial, incluyen la Comisión Trilateral, el Bildebergers y el Consejo de Relaciones Exteriores.

LA DESREGULACIÓN FINANCIERA.

Y para colmo de males, la “sincronización perfecta”: la desregulación del sistema de banca norteamericano había sido aprobada por el senado norteamericano apenas seis semanas antes de la Ronda del Milenio en Seattle. La nueva legislación favorece una concentración sin precedentes del poder financiero global. Como resultado de largas negociaciones que concluyeron en la madrugada del día 22oct99, todas las limitaciones regulatorias sobre los poderosos conglomerados de la Banca de Wall Street, fueron revocadas “de un plumazo”. Bajo las nuevas normas ratificadas por el Senado norteamericano y aprobadas por el presidente Clinton, los bancos comerciales, las firmas de corredores de bolsa, los fondos de compensación, los inversores institucionales, los fondos de pensiones y las compañías de seguros pueden asociarse para invertir libremente en los operaciones financieras comunes, así como integrar su operativa financiera. Esta legislación supone el rechazo de la ley Glass-Steagall Act de 1933, uno de los pilares del “New Deal” del presidente Roosevelt y que fue implementado para hacer frente al clima de corrupción, a la manipulación financiera y a las prácticas de “insider trading” que condujeron a más de 5.000 quiebras de bancos en los años posteriores a la gran crisis de 1929. |10|

En otras palabra, un puñado de conglomerados financieros se harán con el control efectivo de toda la industria de servicios financieros de los Estados Unidos. No es casualidad que estos mismos gigantes financieros de Wall Street sean también los principales beneficiarios de la desregulación de los servicios financieros bajo el Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (GATS), que otorga “tratamiento nacional” a los gigantes de Wall Street en los sectores de la banca, los seguros, los servicios de corredores de bolsa, los servicios actuariales, etc. El GATS está prácticamente hecho a medida para aplicar esta nueva legislación norteamericana sobre servicios financieros. Los gigantes financieros supervisan la economía real en todo el mundo, son acreedores y accionistas de las industrias de alta tecnología, de defensa, de las grandes petroleras y consorcios mineros, etc. Además, como suscriptores de deuda pública, tienen bajo su control a los políticos y a los gobiernos nacionales. En último termino, serán los grandes beneficiarios de las reformas que se proponen en Seattle.

Por otra parte, las clausulas del fracasado AMI, llamadas a otorgar “tratamiento nacional” a los bancos extranjeros y corporaciones multinacionales (conduciendo a la dislocación de municipios y gobiernos locales) están también en proceso de convertirse en un hecho consumado. Los conglomerados financieros están hoy plenamente integrados con las compañías de seguros. A su vez éstas supervisan y controlan a las multinacionales proveedoras de los sistemas de salud, que están ejerciendo una activa presión en Seattle en pro de la desregulación de los servicios públicos de salud bajo el GATS, lo que constituye un ataque directo a las instituciones del Estado de Bienestar. Estas conquistas resultado de la luchas de todo el período posterior a la II Guerra Mundial pueden desaparecer.

El enfrentamiento a nivel mundial, para apropiarse de la riqueza a través de la “manipulación financiera” es la fuerza real que se esconde tras esta reestructuración de la arquitectura financiera global de la que esta nueva legislación norteamericana sobre la banca y la Ronda de Seattle son partes necesarias. De acuerdo con la OMC, la legislación norteamericana favorece la eliminación de las barreras que existen frente a la libre circulación del capital financiero. En la práctica sirve para fortalecer a los principales jugadores de Wall Street incluyendo a Merril Lynch, Citigroup, J.P. Morgan, Deutsche Bank, Banker Trust, etc. aumentando su capacidad de desarrollar una posición hegemónica en la banca internacional, eclipsando y en último término desestabilizando los sistemas financieros en Asia, América Latina y el Este de Europa…. y este proceso está en marcha al margen de los resultados de la Ronda del Milenio

LA EMBESTIDA ESPECULATIVA

A su vez, la desregulación financiera en los Estados Unidos crea un ambiente permisivo para el comercio especulativo en todo el mundo. Por su parte, la Ronda del Milenio al promover la desregulación de los movimientos de capital otorgará mayor legitimidad al comercio especulativo y por lo tanto favorecerá que Wall Street extienda su dominio financiero global.

El control institucional sobre los canales del comercio especulativo otorga a los gigantes financieros de los Estados Unidos y la Unión Europea las herramientas necesarias para manipular la moneda y los mercados de valores y socavar la función de los Bancos Centrales. El objetivo último es tomar el control de las políticas monetarias y supervisar los mercados financieros a nivel global. Sólo en cuestión de meses, en la crisis asiática de 1997, fueron confiscados de las reservas de los bancos centrales asiáticos más 100 mil millones; similares especulativas se llevaron a cabo en Rusia en 1998 y en Brasil en 1999. La consecuencia del mercado de derivados y opciones incluyendo el “short shelling” de las monedas nacionales ha sido la embestida especulativa que condujo a la crisis masiva de la deuda externa y al colapso financiero. Está bien documentado que el FMI jugo un papel clave al facilitar la embestida especulativa en beneficio de las instituciones financieras occidentales y japoneses.

En una cruel ironía, el uso de estos atroces instrumentos especulativos se vio formalmente legitimado en el Quinto Protocolo sobre el Acuerdo General sobre de Servicios (GATS) inmediatamente después de la crisis asiática. Obviando por completo los riesgos inminentes, las negociaciones del protocolo del GATS, coincidieron cronológicamente (Octubre 1997) con la caída de los mercados de valores en todo el mundo.

GUERRA Y GLOBALIZACIÓN.

Y la guerra es también parte de la Ronda del Milenio. ¿Qué les ocurre a los países que se niegan a desregularizar el comercio y la inversión extranjera y a otorgar “tratamiento nacional” a los bancos y corporaciones multinacionales occidentales? Los aparatos occidentales de inteligencia militar y sus burocracias asociadas mantienen relaciones directas con las élites financieras. El FMI, el Banco Mundial y la OMC se encargan de controlar las reformas económicas a nivel nacional, también colaboran con la OTAN y sus varias empresas de “mantenimiento de la paz”, por no mencionar la financiación de la reconstrucción que sigue al término de los conflictos bajo los auspicios de las instituciones de Bretton Woods…

A las puertas del tercer milenio la guerra y el libre mercado van cogidos de la mano. La guerra no requiere de un tratado de inversión multilateral (v.g. AMI) que requiera una legitimación vía derecho internacional: “la guerra es el AMI de último recurso”. La guerra destruye físicamente lo que no ha sido desmantelado a través de la desregulación, la privatización y la imposición de reformas de libre mercado. La completa colonización mediante la guerra y el establecimiento de protectorados equivale a otorgar “tratamiento nacional” a los bancos occidentales y las corporaciones multinacionales en todos los sectores de la actividad. La “diplomacia de los misiles” es una réplica y una emulación de la “diplomacia de las cañoneras” usada para salvaguardar el “libre comercio” en el siglo XIX. La misión norteamericana Cushing a China en 1844 (a raíz de las guerras del Opio) sirvió de advertencia al gobierno de la China imperial “que el rechazar las demandas norteamericanas puede ser interpretado como una incitación a la guerra” |11| la “Ronda de Seattle” se propone la recolonización ” pacífica” de países mediante la manipulación de las fuerzas del mercado, v.g. mediante la “mano invisible”. Con todo, constituye una forma de guerra.

En general, los peligros de la guerra han de ser entendidos. Guerra y Globalización no son cuestiones separadas. La campaña de la ciudadanía en contra de la OMC ha de integrarse con el movimiento pacifista en contra del bombardeo de países soberanos por parte de los Estados Unidos y los aliados europeos.

EL DESARME DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

La OMC, surgida de un “acuerdo técnico” (el Acta Final de la Ronda Uruguay) otorga y salvaguarda los derechos ‘legales’ de bancos y corporaciones internacionales. Por su parte, el Acuerdo de Marrakech de 1994 establece procedimientos, incluyendo acuerdos extrajudiciales, que se encuentran ahora convenientemente por el derecho internacional pero que violan los derechos de los ciudadanos de todo el mundo.

Bajo las normas de la OMC, los bancos y las corporaciones multinacionales pueden manipular legítimamente en ventaja propia las fuerzas del mercado conduciendo a la completa recolonización de las economías nacionales. En otras palabras, las disposiciones de la OMC otorgan instituciones financieras globales y corporaciones multinacionales en su propósito de desestabilizar instituciones, conducir a los productores nacionales a la bancarrota y en último término, hacerse con el control de países enteros.

Además, el Acuerdo instituye formalmente una “división triangular de la autoridad” entre la OMC y sus organizaciones hermanas, el FMI y el Banco Mundial en un sistema de “vigilancia global” de las políticas económicas y sociales de los países en desarrollo. Esto quiere decir que el reforzamiento de las recetas políticas del FMI y del Banco Mundial dejará de ser bisagra de los acuerdo ad hoc para niveles de préstamos a países determinados (que no son documentos “jurídicamente vinculantes”). Todas las cláusulas principales de la mortífera “medicina económica” recetadas por el FMI encontrarán una salvaguardia permanente bajo la Ronda de Seattle. Los países no solamente vendrán “obligados” por su deuda externa, sino que se convertirán en “esclavos” permanentes de un órgano internacional controlado por los sindicatos empresariales más grandes del mundo. Estas disposiciones de la OMC sentarán la base para el control de la política de los países (y la implementación de los “condicionamientos”) según el derecho internacional.

En otras palabras, debemos actuar en relación con la “iniquidad” e “ilegalidad” originales del Acta Final de la Ronda Uruguay por la que se crea la OMC como organización “totalitaria”. No queda otra alternativa más que rechazar la OMC en cuanto institución internacional, etiquetarla como “Organización Ilegal”. Dicho de otro modo todo el proceso ha de ser enteramente rechazado.

Y esto quiere decir que los movimiento de ciudadanos de todo el mundo deben presionar sobre sus gobiernos para que sin más demora retiren y cancelen su pertenencia a la OMC.

Deben iniciarse también procedimiento jurídicos en tribunales nacionales contra los gobiernos de los estados parte, poniendo de relieve la flagrante violación de las legislaciones internas y constituciones nacionales.

En otras palabras, la plataforma de los ciudadanos en Seattle y en el mundo entero debe orientarse hacia el desarme de este sistema económico y el desmantelamiento de sus instituciones. No podemos posponer nuestra lucha y “esperar” varios años a que se concluya una “Auditoría” mientras el mundo es consumido y destruído. Debemos actuar ahora. Debemos poner en cuestión la legitimidad de una sistema que, en útimo término, destruye las vidas de la gente.

Debemos desafiar a los políticos y funcionarios internacionales, debemos desenmascarar sus insidiosos vínculos con los poderos intereses financieros y eventualmente reconsiderar y transformar las instituciones estatales quitándoselas de las garras a las élites financieras. A su vez, debemos “democratizar” el sistema económico y su estructura de gestión, desafiar la gran concentración de la propiedad y riqueza privada, desarmar los mercados financieros, congelar el comercio especulativo, detener el lavado de dinero sucio, desmantelar el sistema de banca Offshore, redistribuir el ingreso y la riqueza, restaurar los derechos de los productores directos y reconstruir el estado del bienestar.

Al mismo tiempo, debemos también crear las condiciones para una paz mundial duradera. El aparato militar – industrial y de seguridad que sostiene estos intereses financieros deber ser desmantelado, lo que también quiere decir que debemos abolir la OTAN y eliminar progresivamente la industria de armamentos.

Debemos combatir las “mentiras de los medios de comunicación” y las “falsedades globales” que sostienen la OMC y los poderosos intereses que esta favorece. Debemos combatir el “falso consenso” de Washington y Wall Street por el que se ordena el “sistema de libre mercado”, como la única elección posible en el camino hacia la futura “prosperidad global”. Este consenso es ahora compartido por todos los partidos políticos incluidos los socialdemócratas.

 

Para alcanzar estos objetivos debemos restaurar la libertad real de la prensa. Los gigantes de los medios de comunicación a nivel global fabrican las noticias distorsionando abiertamente el curso de los acontecimientos mundiales. A su vez, debemos romper la “falta conciencia” que invade nuestras sociedades, impide el debate crítico y enmascara la verdad. En último término, impide la comprensión colectiva del funcionamiento de un sistema económico que destruye las vidas de la gente. La única promesa del “libre mercado” es la de un mundo de latifundistas, fábricas cerradas, trabajadores sin trabajo y programas sociales vacíos con una “amarga medicina económica” bajo la OMC y el FMI como única receta. Debemos restaurar la verdad, debemos devolver la soberanía a nuestros países y al pueblo.

La lucha ha de tener una base amplia y democrática y debe permeabilizar todos los sectores de la sociedad a todos los niveles, en todos los países, uniendo a trabajadores, agricultores, productores independientes, pequeños empresarios, profesionales, artistas, funcionarios públicos, miembros del clero, estudiantes e intelectuales para presionar unitariamente. Los ciudadanos deben unirse horizontalmente más allá de los intereses sectoriales, para crear una conciencia colectiva y común acerca de cómo el sistema económico destruye y empobrece. La “globalización” de esta lucha es fundamental y requiere de un grado de solidaridad e internacionalismo sin precedente en la historia mundial. El sistema económico global se nutre de la división social entre y dentro de los países. Más alla de Seattle, la unidad propósitos y la coordinación a nivel mundial entre diversos grupos y movimientos sociales es crucial. Se necesita un mayo empuje que agrupe a los movimientos sociales en las grandes regiones del mundo bajo un propósito y compromiso común encaminado a la eliminación de la pobreza y una paz mundial duradera.

Otawa, noviembre de 1999

NOTAS:

1. Esta última a menudo coloca a los francotiradores en posiciones tácticamente claves. Ver Paul Richmond, “An Assessment of the Police, What to expect during the Seattle Ministerial Conference”, http://forward.to/walkout, September 1999.

2. WTO Press Release, Ruggiero Announces Enhanced WTO Plan for Cooperation With NGOs, 17 July 1998.

3. European Commission Press Release, “Commission and NGOs hold dialogue on the Millennium Round”, Brussels, 17 November 1998.

4. Ibid.

5. Ibidem.

6. Ver AFL-CIO, Make the Global economy Work for Working familiies, http://www.wslc.org/wto/index.htm, Ocotber 1999.

7. Ibidem.

8. Financial Times, London, 17 November 1999).

9. Citado en Financial Times, op cit.

10. Ver Martin McLaughlin, “Clinton Republicans agree to Deregulation of US Banking System”, World Socialist website, 1 November 1999.

11. Citado en Michel Chossudovsky, Towards Capitalist Restoration, Chinese socialism after Mao, Macmillan, London, 1986, p. 134).

Michel Chossudovsky es Profesor de Economía de la Universidad de Ottawa y autor de “The Globalization of Poverty, Impacts of IMF and World Bank Reforms”, Third World Network, Penang and Zed Books, London, 1997. El autor es consejero de la TFF. La versión en español es una traducción libre del Equipo Nizkor del original en inglés realizada en diciembre de 1999.Editado por el Equipo Nizkor el 7ene99.


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About the author:

Michel Chossudovsky is an award-winning author, Professor of Economics (emeritus) at the University of Ottawa, Founder and Director of the Centre for Research on Globalization (CRG), Montreal, Editor of Global Research. He has undertaken field research in Latin America, Asia, the Middle East, sub-Saharan Africa and the Pacific and has written extensively on the economies of developing countries with a focus on poverty and social inequality. He has also undertaken research in Health Economics (UN Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC), UNFPA, CIDA, WHO, Government of Venezuela, John Hopkins International Journal of Health Services (1979, 1983) He is the author of 13 books including The Globalization of Poverty and The New World Order (2003), America’s “War on Terrorism” (2005), The Globalization of War, America’s Long War against Humanity (2015). He is a contributor to the Encyclopaedia Britannica. His writings have been published in more than twenty languages. In 2014, he was awarded the Gold Medal for Merit of the Republic of Serbia for his writings on NATO’s war of aggression against Yugoslavia. He can be reached at [email protected]

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