Las elecciones salvadoreñas y la estrella ascendente de Pekín en Centroamérica

El escándalo de corrupción salvadoreño que involucró a Francisco Flores, quien fue presidente de El Salvador de 1999 hasta 2004, ha abierto la puerta para el reconocimiento diplomático de la República Popular China, que el FMLN no logró determinar durante el gobierno del presidente Mauricio Funes, por el próximo gobierno en San Salvador. El soborno que involucró a Flores ha creado la oportunidad política apropiada para el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) para cortar los vínculos diplomáticos con Taiwán (conocido formalmente como República de China), si un presidente del FMLN es elegido en marzo de 2014.

Esta cuestión diplomática saca a la luz la coordinación entre bastidores que tiene lugar entre Pekín y Taipéi. Muestra un cuadro de un camino cordial hacia la unificación de china entre Taiwán y China continental y no de rivalidad. Ni Pekín ni Taipéi ha colocado grandes obstáculos en el camino del otro, reconociendo que finalmente habrá una sola China.

Francisco Flores y la oligarquía salvadoreña

Francisco Flores fue presidente de El Salvador cuando la Alianza Republicana Nacionalista, comúnmente conocida por su acrónimo español ARENA, gobernaba la república centroamericana. Es miembro de la corrupta oligarquía salvadoreña alineada con EE.UU. que degradó a El Salvador al reducirlo al estatus de facto de colonia de EE.UU. siguiendo órdenes de Washington, DC. Un ejemplo de esta relación fue que El Salvador envió cientos de soldados para ayudar a EE.UU. y al Reino Unido durante su ocupación ilegal de Iraq.

La oligarquía salvadoreña ha operado en todo momento como una clase compradora de elite, lo que significa que ha servido en última instancia como representantes o administradores de corporaciones, gobiernos, e intereses extranjeros. En este caso la oligarquía salvadoreña ha actuado colectivamente como una clase compradora de elite que sirve a las elites de EE.UU., que por su parte han sido descritas más precisamente como elites parasíticas ya que han extraído la mayor parte de la riqueza local y los recursos de los países que han sometido a su influencia. Históricamente, esas elites estadounidenses penetraron las estructuras del poder y las jerarquías de Latinoamérica una vez que fue reducida la influencia de las elites parasíticas españolas. Muchos países latinoamericanos incluso tuvieron a un funcionario o ministro estadounidense supervisando su gobierno y sus quehaceres diarios.

Bajo Flores y ARENA El Salvador perdió su soberanía monetaria. El colón, la moneda nacional de El Salvador, fue eliminado por orden de Flores y su gobierno de ARENA. Reemplazaron el colón por el dólar estadounidense como moneda oficial de El Salvador. Por lo tanto El Salvador se sumó a las filas de los diversos territorios de EE.UU., Timor Oriental, Panamá y Ecuador como un lugar en el cual el dólar estadounidense es moneda oficial.

Bajo el régimen de ARENA fueron establecidos por ley numerosos injustos monopolios privados para miembros y partidarios de ARENA. Era ilegal y casi imposible comprar medicamentos de nadie excepto Alfredo Cristiani, el oligarca que fue presidente de ARENA de El Salvador antes de Armando Calderón Sol y después Funes. Cristiani no solo inició la reestructuración económica neoliberal de El Salvador, sino también utilizó su monopolio privado sobre los medicamentos para siempre cobrar de más a los usuarios y incluso vender impunemente medicamentos vencidos. Lo mismo ocurrió con fertilizantes y otros productos agrícolas, que fueron colocados bajo el monopolio privado de Cristiani. El gobierno de ARENA no permitió ninguna competencia. Además, Cristiani privatizó el sistema bancario salvadoreño dejando que su familia utilizara el Banco Custaclán, que ahora es de propiedad de Citibank, para expandir su influencia por toda Centroamérica.

A pesar de que la corrupción política sigue presente en El Salvador, la base criminal de los anteriores gobiernos de ARENA es explícitamente reconocida por los informes y archivos de sus propias administraciones policiales. Los archivos de inteligencia policial testifican que cada presidente, ministro de justicia y director de la policía estaba vinculado al crimen organizado hasta que el FMLN se hizo cargo del gobierno en San Salvador. Además, Alfredo Cristiani, el preferido del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, es ampliamente reconocido como padre del crimen organizado en El Salvador.

Los autores de la Opción Salvadoreña

Antes de que ARENA fuera oficialmente formada, esos oligarcas utilizaron a los militares y a la policía para librar una cruel guerra, con la participación directa del gobierno de EE.UU. y del Pentágono, contra indígenas, campesinos, pobres, intelectuales, sindicatos, la Iglesia Católica Romana de El Salvador, y cualquiera que demandara democracia e igualdad de derechos. La brutal represión y la resultante guerra civil en El Salvador formaron parte de los esfuerzos de la oligarquía salvadoreña por mantener el control sobre la sociedad.

La infame Opción Salvadoreña fue concebida bajo el régimen de esos oligarcas por escuadrones de la muerte alineados con EE.UU. que exterminaban aldeas enteras mediante acciones lentas, crueles y grotescas. Usaban punzones para moler hielo a fin de arrancar ojos y deformar caras mientras extremidades eran sistemáticamente arrancadas mediante caballos o vehículos. El asesinato del arzobispo Oscar Romero, jefe de la Iglesia Católica Romana en San Salvador, quien fue asesinado mientras oficiaba misa, es uno de sus actos más conocidos. El hombre responsable por el asesinato de Romero, mayor Roberto D’Aubuisson, se convirtió en fundador de ARENA.

El asesinato del arzobispo Romero, sin embargo, fue solo una de las numerosas atrocidades que esos oligarcas cometieron con pleno conocimiento, apoyo, y participación de Washington. Dirigentes militares salvadoreños fueron entrenados en la infame Escuela de las Américas y por el Pentágono y muchas de las técnicas de tortura y asesinato utilizadas por los escuadrones de la muerte les fueron enseñadas por los militares estadounidenses. Además, innumerables combatientes de la guerrilla salvadoreña recuerdan haber combatido contra soldados estadounidenses y haber escuchado órdenes estadounidenses en inglés o español en la radio para bombardear la jungla y las aldeas de El Salvador.

Casi toda la población indígena de El Salvador fue exterminada por esos oligarcas. Familias enteras fueron asesinadas mientras sus propiedades eran saqueadas o destruidas. Ni siquiera se salvaban niños y animales. Las violaciones y la profanación de tumbas eran prácticas sistemáticas y comunes.

Una de las peores masacres fue cometida el 11 de diciembre de 1981. La masacre tuvo lugar en la aldea de El Mozote en el Departamento de Morazán. Ochocientos civiles desarmados, incluyendo niños, fueron sistemáticamente torturados, humillados, violados, y asesinados por una unidad de operaciones especiales entrenada por EE.UU.

Washington envió gente como James Steele y John Negroponte a Iraq ocupado por anglo-estadounidenses para recrear el reino del terror que EE.UU. ayudó a crear en El Salvador. Exactamente los mismos patrones y tácticas de asesinato y tortura aparecieron en Iraq, mostrando que EE.UU. era la fuente detrás de los escuadrones de la muerte en El Salvador y en Iraq ocupado por anglo-estadounidenses.

¿Soborno taiwanés?

Mientras la Asamblea Nacional o Asamblea Legislativa de El Salvador realizaba una investigación de la corrupción en el pasado descubrió que 10 millones de dólares habían llegado a la cuenta bancaria de Francisco Flores. Cuando Flores fue cuestionado por la Asamblea Nacional respecto a la gran suma de dinero, respondió diciendo que el dinero había provenido del gobierno taiwanés y que en realidad había recibido más de 10 millones de dólares. Después de esto Flores trató de huir de El Salvador o de hacer parecer que había huido. Flores lo hizo después que se le ordenó que reapareciera de nuevo ante la Asamblea Nacional en vísperas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales salvadoreñas de 2014.

Los fondos recibidos por Francisco Flores eran realmente parte de un conjunto de pagos secretos hechos anualmente por Taiwán. Taiwán tenía lazos muy estrechos con El Salvador y Centroamérica. Fuera de los Estados patrocinados por EE.UU. en Latinoamérica, el gobierno taiwanés también se había unido a EE.UU. y a Israel en el apoyo a los oligarcas en El Salvador contra el FMLN durante la guerra civil salvadoreña.

Los pagos secretos hechos por Taiwán a Flores fueron originalmente establecidos para impedir que El Salvador reconociera el gobierno en Pekín como el gobierno legítimo de China. Aunque los pagos pueden haber sido originalmente contra Pekín o como una recompensa taiwanesa por el reconocimiento de Taiwán en lugar del gobierno en China continental, parecen haber sido motivados por cada vez menos sentimientos anti-Pekín. Los continuos pagos taiwaneses fueron mantenidos para apoyar el trato preferencial a intereses empresariales taiwaneses y para conseguir concesiones económicas en El Salvador, incluyendo un monopolio sobre el sector geotérmico salvadoreño que está totalmente en manos de Taiwán.

También vale la pena señalar que el gobierno salvadoreño y Taipéi han estado intercambiando información sobre el escándalo de la corrupción. Esto se debe en parte al hecho que Chen Shui-bian fue el presidente taiwanés cuyo gobierno envió los fondos a Flores. Shui-bian y su esposa están ahora en la cárcel debido a condenas por corrupción en Taiwán y existe probablemente una investigación paralela en Taipéi para examinar el papel de Shui-bian y sus asociados.

La estrella ascendente de China

La República Popular China es un protagonista cada vez más importante en Latinoamérica. Un proyecto importante que involucra a China es la creación de un mega-canal que conecte el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, como un segundo Canal de Panamá. Este segundo Canal de Panamá, sin embargo, será construido en Nicaragua y llamado el Gran Canal de Nicaragua. El gobierno nicaragüense incluso firmó un acuerdo en 2012 con una compañía recientemente formada en Hong-Kong, llamada Nicaragua Canal Development Investment Company Limited, dirigida por un magnate de telecomunicaciones chino a fin de atraer inversión internacionales para construir el canal. El proyecto debe comenzar dentro de algunos meses.

Cuando el FMLN logró que Mauricio Funes fuera elegido presidente, hizo que de inmediato estableciera relaciones diplomáticas con Cuba cuando asumió el mando el 1 de junio de 2009. El anterior gobierno de ARENA se negó a tener vínculos con La Habana y ayudaba al bloqueo de EE.UU. contra Cuba y a oponerse a Venezuela y sus aliados regionales. Además el FMLN estableció relaciones diplomáticos con Vietnam, Camboya y Rusia. No hizo lo mismo, sin embargo con la República Popular China debido a múltiples factores.

El que no se reconociera Pekín se debió a la oposición del presidente Funes, quien ahora es el presidente saliente de El Salvador. Mauricio Funes, ex empleado de CNN y popular figura de la radio, fue solo apoyado por el FMLN. Funes no es miembro del FMLN, como asumen algunos fuera de El Salvador. Según el acuerdo que Funes con el FMLN, las carteras del gabinete salvadoreñas estaban divididas entre el FMLN e individuos no pertenecientes al FMLN (llamados popularmente “amigos de Funes”) seleccionados por el presidente Funes. Bajo este acuerdo de repartición del poder, Funes debía controlar temas estratégicos, la economía nacional, y el secretariado de reformas políticas mientras el FMLN dirigiría las carteras responsables por la salud, la educación, y la seguridad. Según este esquema Funes pudo retardar el reconocimiento de la República Popular China e impedir las reformas económicas y políticas deseadas por el FMLN.

Pero cuando el gobierno salvadoreño se acercó a funcionarios en Pekín, el gobierno chino se mostró frío ante la idea de establecer vínculos diplomáticos. Se debió probablemente al retraso, que el gobierno chino puede haber considerado como un insulto a la dignidad de Pekín. Aunque el FMLN como partido político tiene vínculos directos con la República Popular China a través de la oficina de asuntos internacionales del FMLN y ha habido delegaciones invitadas a Pekín, el FMLN buscará maneras de establecer vínculos diplomáticos formales con Pekín cuando el FMLN gane las elecciones presidenciales de 2014 en la segunda vuelta de votaciones en marzo. En este contexto, un segundo período presidencial del FMLN provee la oportunidad para que el FMLN rectifique el error y reconozca rápidamente a Pekín en un nuevo capítulo cuando el vicepresidente Salvador Sánchez se convierta en el próximo presidente de El Salvador.

El gobierno salvadoreño y el FMLN han dejado en claro a Taiwán que El Salvador se propone llegar a reconocer a Pekín como gobierno legítimo de China. Es interesante señalar que no existe oposición de Taiwán contra esta decisión. La ruptura de relaciones diplomáticas entre San Salvador y Taipéi tampoco terminará los vínculos comerciales de Taiwán con El Salvador. Incluso existe una especie de coordinación silenciosa entre Taiwán y la República Popular China respecto a esta trayectoria que cae en el marco de la unificación china.

Mahdi Darius Nazemroaya

Texto original en inglés – Strategic Culture Foundation – 16 de Febrero de 2014.

7869The Salvadorian Elections and Beijing’s Rising Star in Central America

Traducido para Rebelión por Germán Leyens.

 

Mahdi Darius Nazemroaya viaja actualmente por Centroamérica. Ahora se encuentra en el bastión del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en León, dentro de Nicaragua. Fue un observador internacional en El Salvador durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales en febrero de 2014 y mantuvo discusiones con funcionarios salvadoreños sobre la economía salvadoreña y la política exterior.

 


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About the author:

An award-winning author and geopolitical analyst, Mahdi Darius Nazemroaya is the author of The Globalization of NATO (Clarity Press) and a forthcoming book The War on Libya and the Re-Colonization of Africa. He has also contributed to several other books ranging from cultural critique to international relations. He is a Sociologist and Research Associate at the Centre for Research on Globalization (CRG), a contributor at the Strategic Culture Foundation (SCF), Moscow, and a member of the Scientific Committee of Geopolitica, Italy.

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