La violencia, nuevo modus operandi de la protesta “revolucionaria” egipcia
25 de enero de 2013. II República de Egipto, año 2. Vuelta a la casilla de salida. El «Irhal» (¡Vete!) ha reaparecido, pero con una diferencia importante, el eslogan de la Revolución ahora es «El pueblo quiere la caída de los Hermanos». Ni siquiera el muro del palacio presidencial se ha librado de las pintadas antiislamistas.
Este cambio de consigna no es trivial, ni mucho menos. Se inserta en la continuación de la protesta, que no ha cesado enero de 2011, pero sobre todo es la expresión de un cambio profundo de la revolución popular, tanto de la identidad de los actores como de sus métodos de acción.
Hay que recordar que la «Primavera» egipcia anti-Mubarak fue iniciada y organizada por jóvenes ciberactivistas (en particular los miembros del Movimiento 6 de Abril) cuyos líderes se beneficiaron de diversa formación financiada por organismos estadounidenses «de exportación» de la democracia. Algunos de ellos fueron entrenados por el CANVAS (*) serbio en la ideología de resistencia individual no violenta teorizada por el filósofo estadounidense Gene Sharp (1). La no violencia predicada por los ciberactivistas contra un régimen policial famoso por sus métodos brutales fue una de las características de la «Primavera» egipcia, y en gran parte constituye el secreto de su eficacia. Hasta el punto de que Gene Sharp en persona se declaró particularmente orgulloso del trabajo realizado por los jóvenes egipcios (2).
Gene Sharp
Junto a los discípulos de la escuela de Sharp, los grupos procedentes de los movimientos de hooligans participaron desde el principio en la revolución popular egipcia.
Después de sufrir la represión policial de la época de Mubarak desde su creación a mediados de los años 2000, los «Ultras», forofos de algunos equipos de fútbol egipcios, desarrollaron cierta experiencia en los enfrentamientos con la policía. De un estatuto de matones y delincuentes antes de la Revolución, ganaron su fama gracias al savoir faireadquirido en los años de rebelión contra la brutalidad de las fuerzas del orden. Calificados por la prensa de «valientes», se hicieron famosos por hallarse siempre en primera línea en los enfrentamientos contra la policía durante las múltiples manifestaciones de la «Primavera» egipcia.
Más recientemente ha aparecido un nuevo movimiento de protesta violenta en el panorama de la insurrección egipcia. Se trata del «Black Bloc», una organización inspirada en grupúsculos anarquistas europeos. Enmascarados y vestidos de negro invaden la calle y no dudan en usar la fuerza para luchar contra el gobierno islamista del presidente Morsi.
Utilizando la violencia como herramienta de reivindicación, los Ultras y los Black Bloc son actualmente la punta de lanza de la protesta popular en Egipto. Apenas dos años después del estallido de la «Primavera Árabe», la teoría de Gene Sharp ha quedado totalmente encerrada en el armario.
Ultras: «Todos los policías son unos bastardos»
Cuatro letras sirven de leitmotiv a los Ultras: ACAB, acrónimo de «All corps are bastards» (Todos los policías son unos bastardos).
Mucho antes de la revolución primaveral árabe, los Ultras habían declarado la guerra a todo lo que representaba la autoridad. Los sucesos de principios del año 2011 les ofrecieron la oportunidad de mostrar sus habilidades fuera de los estadios de fútbol.
Según algunos especialistas, los Ultras no tienen un perfil social muy claro. Son jóvenes «unidos por la edad y por códigos de honor que se caracterizan tanto por la lealtad a su equipo como por su enemistad con las fuerzas de seguridad» (3).
Aunque procedentes de medios claramente distintos de los de los activistas, su acción se considera de primer orden. Se les reconoce un papel importante, en particular contra los «baltaguia» en la famosa «bataille du chameau» del 2 de febrero de 2011 (4), así como en el largo y sangriento enfrentamiento contra las fuerzas policiales de la calle Mohamed Mahmud en noviembre de 2011 (5).
Todos los grandes equipos de fútbol egipcios tienen sus propios Ultras. Por ejemplo podemos citar a los Ahlawy de El-Ahly, los Wite Knights de Zamalek, los Green Eagles de Port Saïd, los Green Magic de Alejandría y los Yellow Dragons de Ismaïlia.
Los Ultras tienen un poder de movilización muy importante que despierta el apetito de los partidos políticos, «Los Ultras White Knights pueden, ellos solos, conseguir que en unos minutos salgan a las calles 25.000 personas dispuestas a luchar», explica un miembro del grupo (6).
Aunque los Ultras de los diferentes equipos se detestan en «tiempos de paz», la «Primavera Árabe» ha conseguido reconciliarlos en torno a un proyecto común: hostigar a las fuerzas del orden y proteger a los manifestantes. Así, hemos visto a los Ahlawy y los White Knights unir sus esfuerzos en la plaza Tahrir y en las calles «calientes» de El Cairo.
Ahlawy es un orgullo para mí, Zamalkawy es un hermano para mí. ACAB.
Según James Dorsey, autor del blog «Le monde turbulent du football au Moyen-Orient», «[Los Ultras] representan una de las principales fuerzas del país, quizá la segunda tras los Hermanos Musulmanes» (7).
Esta connivencia de los ultras contra las autoridades egipcias se ha visto seriamente comprometida por lo que se denomina comúnmente «la tragedia de Port-Saïd», donde hubo al menos 74 muertos y cientos de personas resultaron heridas. El partido celebrado el 1 de febrero de 2012 en Port-Saïd que enfrentaba al Ahly de El Cairo contra el club local se convirtió en una batalla campal .
La masacre se desarrolló bajo la mirada complaciente de las fuerzas del orden que no levantaron un dedo para detenerla y un gran número de seguidores del Ahly perdieron la vida.
¿La razón? Según los seguidores del club cairota todo estaba organizado para vengarse de los Ultras Ahlawy por su papel preponderante en la revuelta primaveral y la agresividad que descargaron regularmente sobre los militares y la policía.
Los Ultras del club de Port-Saïd fueron acusados de complicidad con las fuerzas del orden, señalando que al contrario que los Ahlawy los Green Eagles lanzaron consignas militaristas durante el partido.
Los Ultras de Port-Saïd, por su parte, negaron cualquier implicación en la matanza. En un artículo al respecto publicado por el periódico Egypt Independent podemos leer que «la violencia de Port-Saïd fue obra de agentes infiltrados, no de los Ultras» (8).
El hecho es que esa tragedia no solo creó mucho resentimiento, sino que sobre todo dividió las filas de los Ultras, resultado que pretendían las fuerzas del orden, según algunos.
Los Ultras Ahlawy amenazaron al gobierno con fuertes represalias si no condenaba severamente a los responsables de la muerte de sus partidarios. Unos días antes del juicio se manifestaron ruidosamente bloqueando la circulación y una estación del metro. Su eslogan: «justicia o caos».
Graffiti de los Ultras avisando a la justicia egipcia
El primer juicio de la «tragedia de Port-Saïd» tuvo lugar el 26 de enero de 2013. Veintiuna personas sospechosas de implicación en la masacre fueron condenadas a la pena capital. Los aullidos de las familias de las víctimas estallaron en la sala de la audiencia y los Ahlawy celebraron el veredicto .
Por su parte, las familias de los condenados no aceptaron el veredicto. Hay que señalar que ningún oficial de policía figuraba en la lista de los 21 condenados a muerte (9).
Los disturbios que siguieron a la decisión judicial causaron casi tantas víctimas como la «tragedia de Port-Saïd». Cinco días después del veredicto se contaban 56 muertos, la mayoría en la ciudad de Port-Saïd, a la que los activistas de dicha ciudad rebautizaron con el nombre de «Port-Shahid» (Puerto de los Mártires, N. de T.).
También hay que señalar que el gobierno de Morsi mostró una auténtica ignorancia de la oportunidad temporal. Hacer que coincidiera un juicio tan delicado con el segundo aniversario del levantamiento contra Mubarak mientras el clima social era explosivo demuestra una auténtica inconsciencia.
Al presidente Morsi no se le ocurrió una idea mejor que «tuitear» sus condolencias a las familias afectadas, gesto muy mal recibido por los destinatarios.
Mientras todos los intentos de reconciliación entre los Ahlawy y los Green Eagles se han saldado con fracasos (10), la continuación del juicio de «la tragedia de Port-Saïd» está fijada para el próximo 9 de marzo.
Las manifestaciones y los abusos también.
El Black Bloc «caos contra la injusticia»
La reciente aparición del Black bloc en el panorama contestatario egipcio se ha publicitado mucho a escala local e internacional. Incluso un periódico ha titulado: «Los Black Bloc destronan a los revolucionarios en Egipto» (11). Nada menos. Todos los esfuerzos invertidos por los revolucionarios primigenios para hacer de «su revolución» un modelo de no violencia que habría hecho saltar de alegría a su maestro de pensamiento Gene Sharp han sido en vano. La forma de actuar del Black Bloc está en las antípodas de las enseñanzas de los serbios de CANVAS. Enmascarados, vestidos de negro, armados de palos y proyectiles incendiarios, tienen fama de «matones» aunque ellos lo niegan. Sin embargo su consigna es «caos contra la injusticia».
Miembros del Black Bloc
«Nos llaman ‘la generación perdida’ y nos tratan de delincuentes. Pero lo que nos importa es salvar el honor de los mártires», dijo uno de ellos que se presentó como cofundador del movimiento (12).
Igual que los Ultras, los Black Bloc están contra las fuerzas de la policía: «hay que volver a juzgar a los policías procesados por matar a los manifestantes y que han sido absueltos. Tenemos sus nombres y se los entregamos al Fiscal» (13).
Pero desde su primer comunicado colgado en Youtube, sus principales objetivos son el gobierno de Morsi y la cofradía de los Hermanos Musulmanes, de la que procede el presidente. Los miembros del Black Bloc aparecen desfilando y enarbolando banderas anarquistas en un Mensaje de vídeo que dice, entre otras cosas:
«Somos el grupo Black Bloc, parte del todo que forma el mundo. Militamos desde hace años por la liberación del ser humano, la eliminación de la corrupción y el derrocamiento del tirano. Por eso aparecemos oficialmente para enfrentarnos al tirano fascista (Hermanos Musulmanes) y su brazo armado […]. Gloria a los mártires. Victoria para la Revolución» (14).
Mientras los miembros del Black Bloc egipcio claman que su movimiento no es político, ni religioso ni deportivo (en comparación con los Ultras), Essam El-Haddad, asesor de Asuntos Exteriores del presidente Morsi, los acusó de «violencia sistemática y crimen organizado en todo el país», a la vez que incriminaba a la oposición por aprobar el movimiento. Esas acusaciones han sido repetidas por los Hermanos Musulmanes, que han calificado a los Black Bloc de «grupo de matones» que atacan a las instituciones del Estado, a la policía y a la propiedad privada (15).
El Fiscal General de la República Egipcia, Talaat Ibrahim Abdallah (cuyo reciente nombramiento por el gobierno de Morsi levantó una oleada de protestas de la oposición), ordenó la detención de cualquier persona sospechosa de pertenecer al Black Bloc, calificando al grupo de «organización terrorista» (16).
Tras las primeras detenciones de presuntos miembros del Black Bloc, la oficina del Fiscal declaró que uno de los detenidos será procesado por su implicación en un «proyecto israelí de sabotaje» (17).
Sin embargo algunos periodistas señalaron que los miembros de las milicias de los Hermanos Musulmanes que atacaron a los manifestantes, durante los enfrentamientos en las proximidades del palacio presidencia en 2012, también estaban enmascarados, sin que eso hiciera reaccionar a la presidencia ni a la oficina del Fiscal.
Esas mismas milicias difundieron un vídeo en el que amenazaban de muerte a «los anarquistas que pretenden la caída del régimen» (18).
Otro grupo islamista, Jamaa Islamiya, ha llamado a la «crucifixión» de los miembros del Black Bloc (19).
Por su parte, los «revolucionarios» primigenios creen que el Black Bloc procede de los Hermanos Musulmanes y su misión es sabotear el movimiento de protesta (20).
Wael Ghoneim, uno de los ciberactivistas más publicitados del escenario egipcio (21), participó en una reunión organizada por la universidad Al-Azhar el 31 de enero de 2013 a la que asistieron personalidades religiosas, miembros de la oposición del Frente de Salvación Nacional, los Hermanos Musulmanes y cierto número de activistas.
Al final de la reunión Ghoneim declaró : «el objetivo de esta reunión no es político, sino que está dirigido a lanzar una iniciativa para acabar con la violencia. Se trata de una iniciativa moral para detener el derramamiento de sangre. Por eso los jóvenes del Movimiento del 6 de Abril pidieron a Al-Azhar que se celebrase esta reunión y que se reúna a todas las fuerzas políticas de Egipto (22).
Un pequeño problema: Aunque la cofradía de los Hermanos Musulmanes estuvo representada en la reunión ningún miembro oficial de gobierno se unió a esa iniciativa de paz.
¿Podrán los ciberactivistas primigenios devolver la «revolución» a su paradigma inicial de no violencia?
Sin una apertura real del gobierno islamista de Egipto y la formación de un gobierno de unión nacional que agrupe a todas las fuerzas vivas del país, es dudoso.
Ahmed Bensaada
Texto original en francés :
La violence : Nouveau modus operandi de la contestation «révolutionnaire» en Egypte, 19 février 2013
Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
Notas:
* CANVAS (Siglas en ingles del «Centro para el Conflicto y las Estrategias No violentas»), fue creado por líderes estudiantiles serbios que participaron en la exitosa revuelta que derribó a Slobodan Milosevic en el año 2000. Durante dos años, los estudiantes organizaron protestas creativas, marchas y actos que acabaron desestabilizando el régimen. Después reunieron su capital de conocimientos en manuales y comenzaron a dar clases a grupos de oposición de diversos países sobre la forma de organizarse para derrotar al gobierno (Nota de la traductora).
(1) Ahmed Bensaada, « Arabesque américaine: Le rôle des États-Unis dans les révoltes de la rue arabe », Michel Brûlé, Montreal (2011); Synergie, Argel (2012).
(2) Aimée Kligmanm , « Why is Gene Sharp credited for Egypt‘s revolution? », Examiner.com , 5 de marzo de 2011.
(3) Lucie Ryzova , « The Battle of Muhammad Mahmud Street: Teargas, Hair Gel, and Tramadol » , Jadaliyya, 28 de noviembre de 2011.
(4) Les Inrocks, « Égypte: les Ultras d’Al-Ahly, gardiens de l’après-révolution à Tahrir », 10 de diciembre de 2012.
(5) Ver nota 3.
(6) Claire Talon, « Égypte: génération Ultras », Le Monde, 17 de octubre de 2011.
(7) So Foot, « En privé, les Ultras égyptiens se préparaient aux manifestations », 3 de diciembre de 2012.
(8) Abdel-Rahman Hussein , « Port Said violence was work of infiltrators, not Ultras, say locals » , Egypt Independent, 2 de febrero de 2012.
(9) Egypt Independent , « No police officers sentenced to death in Saturday Port Said ruling », 26 de enero de 2013.
(10) Ali Radi, « Les Ultras Green Eagles refusent la réconciliation avec les fans d’El-Ahly », Ahly Sport, 9 de febrero de 2013.
(11) Marwan Chahine, « En Égypte, les Black Bloc détrônent les révolutionnaires », Le Nouvel Observateur, 29 de enero de 2013.
(12) RTS, « Le Black Bloc égyptien, une nouvelle race de révolutionnaires », 30 de enero de 2013.
(13) Hélène Sallon, « Les “Black bloc”, nouveau visage de la contestation égyptienne », Le Monde, 2 de febrero de 2013.
(14) Youtube, « Premier communiqué. Black Bloc Égypte », 23 de enero de 2013.
(15) Maggie Michael, « Masked ‘Black Bloc’ a Mystery in Egypt Unrest », Time World, 28 de enero de 2011.
(16) Arabic CNN, « Égypte: un mandat d’arrêt pour tous les membres du Black Block », 29 de enero de 2013.
(14) Taïeb Mahjoub, « Égypte: le Black Bloc, un groupe mystérieux dans le collimateur du pouvoir », AFP, 31 de enero de 2013.
(15) Aliaa Al-Korachi, « Contestations: Black Block, derrière les masques noirs, la violence », Al-Ahram Hebdo, 30 de enero de 2013.
(16) Peter Beaumont y Patrick Kingsley , « Violent tide of Salafism threatens the Arab spring » , The Guardian, 10 de febrero de 2013.
(17) Moïna Fauchier Delavigne, « Les Black bloc, ces nouveaux révolutionnaires égyptiens prêts à employer la force », France 24, 31 de enero de 2013.
(18) Ahmed Bensaada, « Le rôle des États-Unis dans les révoltes de la rue arabe: le cas de l’Égypte » , Mondialisation, 24 de febrero de 2011.
(19) Nancy Messieh y Tarek Radwan , « Egypt’s al-Azhar Talks », Atlantic Council, 1 de febrero de 2013.