La crisis ucraniana y las dos Europa
El conflicto interno en Ucrania sigue profundizando la brecha entre Europa occidental y la Federación de Rusia. Casi 90% de los ciudadanos de la autoproclamada República de Donetsk ha votado ayer afirmativamente en el referendum autonomista, sujeto a votación también en la región de Lugansk. ¿Está usted a favor de una acta que proclame la auto-determinación administrativa? Fue la pregunta que recibiría un masivo “SI” de la ciudadanía en ambas regiones del este ucraniano, dónde la gran mayoría de la población es ruso-hablante. Líderes políticos del viejo continente expresaron su malestar en el marco de una guerra informativa dónde los principales medios pusieron de manifiesto las diferencia ideológicas entre occidente y el oriente eslavo.
“No quiero llamarlo referendum porque esto no tiene ninguna legitimidad, lo que acaba de ocurrir no tendrá ninguna consecuencia” aseguró ayer un ofuscado presidente francés François Hollande a horas de la tarde cuando ya era evidente el triunfo del “SI” en la consulta popular. En perfecta armonía con las declaraciones vertidas por la canciller alemana, Angela Merkel, el líder francés destacó la necesidad de una “unión nacional” en Ucrania y consideró que “lo que importa es la votación del próximo 25 de mayo“, en alusión a los elecciones presidenciales para elegir el sucesor del ex primer ministro Viktor Ianukovytch, quien fuera destuituído por el parlamento el 22 de febrero del corriente año.
El referendum realizado en estas dos regiones del este ucraniano no cuentan con el apoyo de Kiev ni de las potencias occidentales y se manifiesta como un nuevo capítulo de una crisis ucraniana que va por su tercer mes y que ya ha llevado a la independencia de la región sureña de Crimea y su adhesión a la Féderación Rusa. La Unión Europea, Francia, Alemania, y la Casa Blanca unieron su voces en rechazo absoluto hacia esta consulta popular regional como medida para resolver el status administrativo de esta parte del país fuertemente ruso-hablante y ruso-fílica.
En armonía con la posición de las potencias occidentales los medios europeos destacaron la “ilegitimidad” y el “ambiente tenso” en el que se habría desarrollado la iniciativa popular. “En Ucrania, los separatistas ganan la apuesta en el falso referendum” titulaba el diario galo Le Figaro, de corte conservador, mientras “Libération”, periódico de centroizquierda, prefirió tomar distancia comunicando que “Los ucranianos del este votan por un referendum, que Kiev considera ilegal“. Por su parte, la reconocida publicación Le Monde optó por un reportaje sobre la ciudad de Sloviansk con el nombre de : “Día de elecciones en Sloviansk, bastión de separatistas armados del este ucraniano“. Según este diario galo, esta localidad de 110 mil habitantes de la región de Donetsk sería una “ciudad fantasma extremadamente armada, hostil y paranoica“. “Agresiones”, “miedo” y “terror”, fueron las palabras repetidas hasta el cansancio en los reportajes de la principal cadena gala de noticias internacionales France24, mientras los entrevistados pro-rusos aunaban sus voces al grito de “¡independencia!”.
Cruzando el Canal de la Mancha los medios británicos informaban que “Los rebeldes ucranianos ganan voto por la auto-determinación” según publicaba la BBC, mientras su corresponsal Richard Galpin observaba “escenas caóticas” en los lugares de votación. Entre los medios occidentales más neutrales se encuentra, del otro lado del Rhin, el periódico alemán Der Spiegel, quién se limitó a un políticamente correcto : “separatistas votan masivamente por la autonomía“, acercándose sutilmente a la lectura pro-rusa de la consulta popular realizada en el este ucraniano.
Así es. Lejos de los gritos desaforados de independencia y de la tensión social manifestada a través de los principales medios de Europa occidental, la palabra en boca de los manifestantes pro-rusos entrevistados por la cadena moscovita RussiaToday no es “independencia” sino “autonomía”. Así las cosas, en un cuidado reportaje de la canal eslavo de noticias, Denis Pushilin, presidente del autroproclamado “gobierno interino del pueblo” de la República de Donetsk, consideró que “la pregunta del referendum apunta a la soberanía, no apunta a la independencia. Por soberania entendemos la capacidad de autodeterminacion y de decidir el futuro de nuestra región”, aunque no descartó totalmente la posibilidad de una independencia frente al gobierno de Kiev, “el formar parte de una Federación o no, sera decidido más adelante” afirmó Pushilin.
Independencia o autonomía, lo cierto es que el sentimiento de una identidad regional diferente a la defendida por el gobierno federal ucraniano de Kiev está más vigente que nunca. En este contexto, los ciudadanos de Donetsk y Lugansk destacan la necesidad de poner en práctica tres puntos fundamentales : el reconocimiento del ruso como lengua oficial, la capacidad de manejar su propio presupuesto y la soberanía tanto en política interna como en la decisión de sus relaciones internacionales. En este cuadro de situación, Ucrania, puente entre el este y el oeste, se transforma en una problemática de importancia geopolítica fundamental y en una pieza clave para la contrucción de una paz duradera entre la Federación Rusa y las potencias occidentales. Como bien resumiera Vladimir Putin en un artículo publicado ayer por el diario socialista francés L’Humanité : “La seguridad de Rusia se juega en Ucrania“.-
Leonardo Plasencia
Leonardo Plasencia : Master en Comunicación de la Sorbona de París