La crisis de los BRICS
Los Estados Unidos conservan su hegemonía política–económica–-militar en el contexto internacional. “Según datos del Pentágono, en 2002 Estados Unidos contaba con presencia militar en 132 de los 190 países miembros de las Naciones Unidas”, indican Oliver Stone y Peter Kuznick en el libro Historia No oficial de Estados Unidos. Los autores estiman que existen más de mil bases militares estadounidenses distribuidas en todo el globo. Sin perjuicio de eso, el mundo es más multipolar que hace algunas décadas. El clásico sexteto de las economías más desarrolladas (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón) ya no maneja a su antojo la agenda mundial.
La irrupción de los BRIC fue una muestra de las transformaciones en curso. El término fue acuñado por un analista de Goldman Sachs, en 2001, para referirse al creciente peso de cuatro economías emergentes (Brasil, Rusia, India, China). El grupo se constituyó como tal en 2009 en pleno desarrollo de la crisis financiera. Los cuatros países comenzaron a unificar posiciones ante los organismos internacionales. Por ejemplo, reclamaron mayor democratización en la toma de decisiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Los BRIC, con la incorporación de Sudáfrica en 2011,pasaron a representar el 43 por ciento de la población y 30 por ciento del PIB mundial. El grupo avanzó en el análisis de diversas propuestas como la constitución de un fondo contingente de reservas de divisas por 100 mil millones de dólares y creación de un Banco de Desarrollo para financiar proyectos de infraestructura.
Lo cierto es que la desaceleración económica fue frenando ese dinamismo inicial. La evolución del PIB del año pasado fue decepcionante en Brasil (-3,85 por ciento), Rusia (-3,73) y Sudáfrica (+ 1,3). Los números fueron más favorables en el caso de India (+7,57 por ciento) y China (+ 6,9 por ciento, aunque ese número es muy inferior a las sorprendentes “tasas chinas” de décadas anteriores).
El analista Daniel Chardell, del programa de las Instituciones Internacionales y la Gobernabilidad Global del Consejo de Relaciones Internacionales, sostuvo que “sería un error mirar a los BRICS sólo a través del prisma de sus indicadores económicos”. Sin embargo, la política tampoco está trayendo buenas noticias. Por caso, la destitución de Dilma Rousseff es una novedad negativa para la continuidad del grupo. El nuevo gobierno brasileño privilegia los lazos económicos y diplomáticos con las potencias centrales. Por otro lado, las últimas elecciones legislativas sudafricanas marcaron un retroceso electoral del Congreso Nacional Africano (CNA). Por primera vez, el partido de Nelson Mandela no superó el 60 por ciento de los votos. El progresivo ascenso electoral de la opositora Alianza Democrática preocupa al oficialismo sudafricano. El periodista Diego Pietrafesa explica en “Fracturas sudafricanas” que “la economía, estancada desde 2008, no colaboró con la performance del CNA. La tasa de desempleo trepa al 27 por ciento y entre la población negra alcanza el 40 por ciento. La desigualdad social es una asignatura pendiente que no ha podido ser resuelta: los ingresos de la población blanca son, en promedio, hasta cinco veces más altos que los de la población negra. En cuestión de propiedad de tierras, las cuentas son mucho más dispares, ya que los blancos, el 10 por ciento de los sudafricanos, son dueños del 80 por ciento de las extensiones para cultivo”, publicó en Revista Acción, de septiembre 2015.
El debilitamiento de los BRICS operado en los últimos años conspira contra la pretensión de un orden un poco más multipolar y democrático.
Diego Rubinzal
Diego Rubinzal: Colaborador de suplemento Cash de Pagina/12. Periodista de Radio Nacional Santa Fe. Docente de Economia Politica.