Javi Poves: «La injusticia me vuelve agresivo»

«He soñado con estar en la selección, que se me arrimara un mandatario para la foto y decirle: “No te me acerques, que por tu culpa mi barrio sufre”»


Ex jugador del Sporting que abandonó el fútbol por su pensamiento antisistema

Oviedo, Javier CUERVO

-¿Seguirá viendo fútbol?

-El miércoles quedé con una amiga en un bar y no sabía que estaban dando España-Italia. No siento necesidad, pero un partido no hace mal, el problema es pasar hora y media viendo un informativo de deportes, luego el partido y el pospartido.

-Partido también los lunes…

-Interesa tener a todo el mundo distraído. Es una salvajada. No ponen más porque la semana tiene siete días. Y no es sólo el fútbol, son los Juegos Olímpicos, que esconden mucho crimen y mucha especulación. Alguna vez he soñado con estar en la selección para que se me arrimara un mandatario para la foto y decirle: «No me des la mano, que por tu culpa mi barrio sufre». No culpo directamente a Zapatero o a Rajoy, que son muñequitos, pero es increíble que ellos sepan cómo está montado este sistema y sigan la rueda por su propio interés. Decía Jim Morrison que hay cosas que empiezas a sentir aunque no sepas cómo funcionan. Pienso en la injusticia y a veces me altero demasiado, me vuelve agresivo.

[Javi Poves (Madrid, 1986) está sorprendido por la repercusión que ha tenido su salida del Sporting un año antes de que expirara su contrato y del fútbol a los 24 años. En una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA contó su decepción del fútbol, «todo es dinero, está podrido y te quita un poco la ilusión» y del sistema social en el que vive reconociéndose como «antisistema». Desde aquel reportaje del 2 de junio hasta hoy su actitud y sus declaraciones están en los medios de comunicación nacionales y extranjeros y son debatidos y meneados en las redes sociales].

-Estoy sorprendido para bien. Me llama gente inesperada. Algunos me critican, pero si sirve para que una sola persona abra los ojos me vale.

-Va a estudiar Historia…

-La considero fundamental, porque, si no, se vuelve a repetir. Esta crisis ya ha pasado tantas veces? Nos meten pánico a diario para que la gente se sienta indefensa. Las dos guerras mundiales estuvieron precedidas de una crisis, y ahora se está alineando todo para la tercera.

-¿Contra qué enemigo?

-Irán. Ahora se lo está desestabilizando, y los medios de comunicación lo demonizan porque es el bastión del islam, que no piensa como Occidente. Van a querer cargárselo, pero Irán es una potencia increíble, el corazón de otra cultura, y será un serio problema si se los ataca.

-Con esas ideas, ¿qué tal duerme?

-Me afecta. Mi madre me dice que deje de acelerarme con cosas que no puedo cambiar, como que haya niños muriendo de hambre por falta de un cuenco de arroz? Soy así, y no puedo hacer otra cosa.

-¿Volvió a Madrid con sus padres?

-Sí. Voy a estudiar para mí cinco o diez años, y luego, con lo que sepa, despertar a los demás. Sé italiano y quiero aprender bien inglés, y árabe, aunque es difícil. Me proponen cosas políticas que no me interesan, pero sí podría ayudar a los niños, enseñarles, porque sé un poco de la vida. Quería irme a Italia a colaborar con grupos antiglobalización, pero también ver Oriente Medio, para conseguir mi propia información y difundirla aquí sin islamofobia, y me plantean ir a zonas de pobreza máxima y hacer ver lo que allí sucede desde el punto de vista de una persona que ha vivido bien.

-Hay quien dice que no estaría tan indignado si su carrera profesional hubiera sido mejor.

-He triunfado en el fútbol. He vivido de él mientras hay millones de personas en todo el planeta que juegan sin ganar un euro. No he estado en la selección o en un club grande, pero he vivido bien, y eso tiene mucho mérito.

-Se queja del sistema, pero no tiene ni un reproche concreto al Sporting ni al entrenador.

-Así es. Preciado tendrá sus cosas, como todo el mundo, pero me aceptó como soy, a pesar de que decía cosas y era distinto en el vestuario. El club respetó que pensara, vistiera y cortara el pelo de forma que no daba buena imagen ante algunos aficionados, sin decirme nada. Eso no pasa en otros sitios, por lo que me cuentan los compañeros.

-¿Qué tal estudiante era?

-Malo, porque daba todo el valor al fútbol. Tengo un primo futbolista, Óscar Téllez, que llegó a ser internacional, al que valoro mucho. Nunca he tenido ídolos, pero él era un referente absoluto. Para mí, los estudios eran algo que nos imponían de niños para que de mayores no fuéramos vagabundos. Verlo así es un error que cometen muchos futbolistas porque les va bien y ganan dinero pronto, pero luego se quedan colgados sin saber nada en la vida. Ahora sé que aunque acabes millonario hace falta tener cultura para vivir. La cultura general es baja, porque nos hacen ser así.

-¿En su casa no se hablaba de política?

-En absoluto. Bueno, podías oír un «estos cabrones?», pero no, sólo se hablaba de fútbol. Desde niño tenía claro que quería ser futbolista. Como estaba en el fútbol base del Atlético de Madrid, un equipo de referencia mundial, pensaba que todo iría muy bien. Cuando pasé al Rayo Vallecano vi que era otra cosa, y luego, en los equipos de Tercera División no me planteaba dejarlo, sino seguir como aficionado, por un sueldo, pero te das cuenta de que no es fácil. El Sporting B en segunda B con el Sporting ascendido a Primera fue la ilusión, la oportunidad. Hasta hace dos años yo tenía el cerebro conectado sólo con los pies.

-¿Qué pasó para que empezara a ver la vida con otros ojos?

-En Gijón vivía solo. Busqué un piso y me obsesioné con aprender italiano.

-¿Por qué?

-Porque recitan hablando, como los argentinos. Me gustaba su sonoridad, y me apunté a una academia. Conocí a una chica italiana, Giuseppina, profesora de intercambio, y le ofrecí que viniera a vivir a casa a cambio de que habláramos italiano. Ella tenía ideas muy potentes, diferentes de las que yo conocía. Un día dije algo contra la poesía y me paró en seco. Me dio una charla como si hubiera matado a alguien. Me hizo verlo de otra manera, y si ahora alguien se mete con la poesía le doy la charla de que no puede despreciar algo tan bueno. A los seis meses regresó a Italia. Luego compartí piso con Guillermo.

-Guillermo Pérez, del Sporting B, que le alertó de la manipulación de los alimentos.

-Sí, de las genéticas, de los conservantes, de los potenciadores de sabor. Me interesó, y empecé a investigar por internet y a leer manifiestos. En internet hay personas que se plantean ideas muy fuertes y alternativas, y tienen peso en lo que dicen, pero no se los difunde.

-Su madre y su hermana tienen una tienda de productos ecológicos…

-Es una consecuencia de aquello. Investigas un aditivo y ves que enferma a millones de personas en el mundo. Te mosqueas porque aquí se vende un refresco que está prohibido en otro país. A mi familia les impactó lo que contaba, y mi madre siempre había estado cercana al naturismo. Decidimos coger un local en Madrid, en la Puerta de Toledo. Mi madre tenía miedo. Yo no, cuando lo tengo claro… Nos va bien, y te encuentras con gente de tu onda.

-¿Hizo ese cambio intelectual usted solo?

-La mayor parte, sí. Me llamaron la atención unos documentales de la Segunda Guerra Mundial porque presentaban a un bloque como al demonio y a otro de manera celestial. No digo que los nazis fuesen buenos, pero vi el mundo actual de los estadounidenses vencedores y pensé que menos mal que no ganaron los malos…

-¿Tiene un referente intelectual?

-Sigo a Michel Chossudovsky, un economista canadiense antiglobalización. En «Global Research» hay mucha información alternativa.

-¿Entiende lo que dicen? Es política exterior, economía…

-A veces tengo que releer. En economía me arreglo bastante bien, porque me esforzaba en multiplicar mi dinero, pero cuando veo que en un texto se ponen pesaditos con palabras cultas, ya sé que es el poder cifrando el conocimiento, intentando desinformar para que no llegue a la gran masa.

-¿Tiene una idea de lo que está pasando en Gran Bretaña?

-Es la reacción de los que se sienten pisoteados, incluso viviendo en un país que domina el mundo. Estados Unidos es una potencia que también sus ciudadanos sufren. Los ingleses son pasionales, no se callan, han sido luchadores de todos los fregados, un referente para toda Europa durante la Revolución Industrial, y ahora han vuelto a levantarse. No digo que haya que quemar negocios, pero sí que hay que protestar de forma más agresiva. A partir del ciudadano se crean las plusvalías, y eso nos da un poder. Hace falta que nos sientan en el cogote.

-No tiene dinero en el banco…

-No, y como ya hizo Cantona, he propuesto una saca masiva de dinero de los bancos para el 2 de septiembre. El que quiera, que lo siga. Podemos hacer daño.


Articles by: Global Research

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