Gobierno británico más cerca de ejecutar el Brexit
La primera ministra británica, Theresa May, se encuentra hoy más cerca de iniciar las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) o Brexit, tras recibir la aprobación de los parlamentarios.
Los miembros de la Cámara de los Comunes rechazaron ayer dos enmiendas introducidas por la Cámara de los Lores al proyecto de ley sobre el Brexit, después de que el Gobierno reclamase libertad para operar sin restricciones en aras de conseguir un buen acuerdo de salida con la UE.
La Cámara alta aprobó dicho proyecto sin condiciones, a pesar del intento de los Demócratas Liberales de volver a incluir dos modificaciones que garantizaban los derechos de los ciudadanos europeos residentes en el país y un poder de veto del Parlamento respecto a un futuro acuerdo con Bruselas.
‘Ahora estamos en el umbral de la negociación más importante para nuestro país en una generación’, dijo el ministro encargado del Brexit, David Davis, en un comunicado.
‘Activaremos el Artículo 50 del Tratado de Lisboa antes de finales de este mes como estaba planeado y entregaremos un resultado que funcione para los intereses de todo Reino Unido’, agregó.
El proyecto de ley será enviado a la reina Isabel II para que decida su aprobación simbólica, lo que podría ocurrir esta jornada, y de esta manera queda allanado el camino para iniciar un período de negociación de dos años, como establece la legislación comunitaria.
El portavoz de la jefa del Gobierno, sin embargo, insinuó que ella podría hacerlo más cerca de fin de mes.
Su tarea en la negociación de salida se complicó el lunes cuando la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, exigió un nuevo referendo sobre la independencia de su país, que se realizaría a finales de 2018 o comienzos de 2019, una vez aclarados los términos del Brexit.
Sturgeon argumentó que debe ‘actuar’ antes de que sea ‘demasiado tarde’, debido al ‘muro de intransigencia’ de parte del gobierno británico ante el Brexit.
Escocia, donde se impuso la posición a favor de permanecer en la UE, promueve establecer una relación especial con el bloque comunitario tras la salida del Reino Unido, mientras que Londres descarta la posibilidad de un estatus diferenciado en los vínculos de las regiones con el ente.
May considera que un segundo plebiscito motivaría divisiones y causaría una enorme incertidumbre económica justo ‘en el peor momento posible’.
El desafío de Escocia pone a May contra la pared. Londres tiene la posibilidad de rechazar la consulta, pero una decisión de este tipo provocaría una crisis constitucional y amenazaría la estabilidad del país.
No obstante, analistas consideran que el Ejecutivo podría retrasarlo para que no interfiera en el Brexit.
Yanet Llanes Alemán