Geopolítica energética: los buitres como “águilas del imperio”
La política imperialista de Estados Unidos en América Latina adoptó distintas modalidades a lo largo del tiempo: entre 1945 y 1990 – pero especialmente durante las décadas de los ’60 y ’70 – se valió de la Doctrina de Seguridad Nacional, mientras que luego de la caída del Muro de Berlín y el final de la guerra fría, en 1989, la estrategia viró hacia tres objetivos principales: (a) mantener su status quo de potencia hegemónica mundial; (b) impedir la conformación de nuevos bloques regionales de poder, capaces de cuestionar o de rivalizar con su poder hegemónico, y (c) asegurar en el mediano plazo el monopolio de las fuentes de abastecimiento de recursos estratégicos, principalmente energéticos. Vale la pena detenerse, a propósito de este último punto, en un artículo recientemente escrito para Russia Today por el sociólogo y analista geopolítico Mahdi Darius Nazemroaya: “Águilas del Imperio y terrorismo económico: ¿son los fondos buitre instrumentos de la política de los Estados Unidos?” (1). Allí el autor sugiere que la creciente tensión de los fondos buitres sobre Argentina podría tener relación con los planes de Argentina de explotar sus gigantescas reservas de gas de esquisto (shale gas) con la ayuda de Rusia, ni más ni menos que el principal enemigo de los yanquis en la disputa por el liderazgo energético mundial. Veamos de qué se trata.
En el epígrafe del mencionado artículo el analista señala: “¿Es una coincidencia que los fondos buitres estén poniendo cada vez mayor presión sobre Argentina, que se prepara para desarrollar la segunda –después de China– mayor reserva de gas de esquisto recuperable en el mundo?” No es necesario ser muy sagaz para darse cuenta de que la existencia de grandes reservas de energía podría reavivar el instinto imperial de los Estados Unidos sobre estas latitudes, tal como ha ocurrido con otros países en la historia reciente. Por esta razón, marca el autor, Argentina podría ser el siguiente objetivo de EE.UU.
TENSAS RELACIONES
Es interesante destacar, por otra parte, que el artículo comenta algunos acontecimientos recientes que marcan las cada vez más tensas relaciones entre Argentina y Estados Unidos, entre los que se destacan, por un lado, la crítica a los fondos buitres ante la 69ª Asamblea General y en el Consejo de Seguridad de la ONU por parte de la Presidenta argentina, en la que menciona que los fallos del juez de Nueva Cork, Thomas Griesa, “no son un movimiento aislado” sino una estrategia bien calculada de “terrorismo económico” y, por el otro, la advertencia de seguridad para los ciudadanos estadounidenses que quieren viajar a Argentina o que ya están en el país emitida por la Embajada de norteamericana en Buenos Aires. Y si no fuera porque ocurrió después de la publicación del artículo en RT, seguramente el autor hubiera incluido, además, la carta que el 30 de octubre le envió Cristina Fernández a Barack Obama solicitándole que aclare si Nancy Soderberg, presidenta del Public Interest Declassication Board (PIDB), “organismo bajo responsabilidad directa del Gobierno de los Estados Unidos”, es la misma que integra el grupo lobbista de los fondos buitres, American Task Force Argentina, una situación que tensa aún más las relaciones entre ambos países.
La “petro-política”, señala el autor, forma parte de esa ecuación: “No fue un accidente que Cristina Kirchner terminara su discurso en la ONU diciendo que las enormes reservas de hidrocarburos que tiene su país podrían convertirse en una maldición (…) frente al peligro de que Washington se inmiscuya en la Argentina, como lo ha hecho en otros lugares, para el control de sus recursos energéticos”. Días después Argentina y Rusia, a través de la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, debatieron la posibilidad de llevar a cabo proyectos conjuntos, y llegaron a un acuerdo de cooperación para la explotación del gas de yacimientos no convencionales de la Argentina. Mientras que Rusia está dispuesta a ayudar a Argentina a desarrollar su economía, Estados Unidos se esfuerza para seguir presionándola, desestabilizándola para su propio beneficio e impedir que el país salga adelante convirtiéndose en un exportador energético, concluye el analista.
Pensar que los fondos buitres estén siendo utilizados por Estados Unidos para ejercer presión sobre Argentina en su guerra energética con Rusia, tal como lo sugiere Mahdi Darius Nazemroaya, no es una paranoia o un razonamiento conspirativo como sostienen algunos voceros del establishment. De un modo u otro, como señala este autor en el último párrafo, los buitres están actuando como las “águilas del imperio”. Y si tienen dudas, que pregunten cuál es la opinión al respecto de kuwaitíes, afganos, iraquíes y libios, entre otros, que algunas experiencias tienen.
(1) Véase http://astroboy-en-multiverso.blogspot.com.ar/ “Las armas del imperio”, 28 de octubre de 2014. Allí también se reproduce el artículo citado de Mahdi Darius Nazemroaya en inglés: “Eagles of Empire and economic terrorism: Are vulture funds instruments of US policy?”
Ricardo Goñi, Secretaría de Inversión Pública y Desarrollo Territorial/PROSAP, MPIyS, Gobierno de Entre Ríos.
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