François Fillon, la apuesta arriesgada de la derecha en Francia
IMAGEN: François Fillon, uno de los candidatos a la presidencia de Francia.
Por primera vez en la historia, la derecha de Francia acudirá a las elecciones presidenciales representada hoy por un político con un expediente judicial abierto: el candidato François Fillon acaba de ser inculpado por presunto desvío de fondos públicos.
La imputación se produjo ayer en la más absoluta discreción, cuando faltan escasos días para que el organismo electoral cierre el plazo de entrega de las candidaturas y sus patrocinios, lo cual ocurrirá este viernes 17 de marzo.
Eso quiere decir que el tiempo de reacción se termina para los conservadores; pasada esta semana, el partido Los Republicanos (LR) no podrá remplazar a Fillon por otro postulante y quedará obligado a acudir a los comicios representado por el ex primer ministro (2007-2012), o por nadie.
Desde la semana pasada, cuando ya se conocía la inminente inculpación, el comité político de LR tomó la arriesgada decisión de apostar por un hombre marcado inevitablemente por el escándalo legal, y sobre todo por el recelo esparcido entre la ciudadanía.
De un endeble pedestal ha caído Fillon, apodado irónicamente como ‘el Señor limpio’, quien se presentaba hace algunos meses como la encarnación misma de la honestidad al tener una carrera política de 30 años sin una sola mancha legal.
Sin embargo, las revelaciones de la prensa francesa trastocaron todo: a inicios de enero se conoció que durante años ‘el Señor limpio’ proporcionó empleos como sus asistentes parlamentarios a su esposa y dos hijos, por lo cual a las cuentas personales de la familia ingresaron cientos de miles de euros procedentes del dinero público.
La sospecha de inmediato se expandió por toda Francia, principalmente porque la esposa del político afirmó durante décadas que nunca estuvo involucrada en la carrera de su marido, e incluso en una entrevista en 2007 descartó rotundamente ser su asistente.
La justicia comenzó a investigar el caso en un proceso que llevó a la actual imputación, pese a lo cual Fillon podrá presentarse a las elecciones, pues la presunción de inocencia prevalece hasta que en un juicio (que debe demorar varios meses) se demuestre lo contrario.
En consecuencia, el candidato derechista estará presente en los comicios presidenciales en abril y mayo, pero analistas y medios de prensa coinciden en algo: la imputación resultará una carga demasiado pesada.
Las posibilidades de victoria de Fillon se han reducido notablemente, como lo muestran las encuestas que lo sitúan en el tercer puesto en la intención de votos y eliminado automáticamente desde la primera vuelta, prevista el 23 de abril.
Si se previera incluso un escenario optimista en el cual el aspirante presidencial ganara las elecciones, muchos se hacen la misma pregunta: ¿cómo podría gobernar un presidente con cuentas pendientes con la justicia?
Esa interrogante, además, adquiere especial significación cuando se profundiza en su programa de gobierno, que incluye medidas duras como aumentar el tiempo de trabajo reglamentado, incrementar a 65 años la edad de jubilación y recortar el gasto público en 100 mil millones de euros.
¿Podría Fillon exigir tales sacrificios a los franceses cuando existe la sospecha de que su patrimonio familiar se benefició con fraudes y manejos turbios del propio dinero público?, demandan rivales políticos y especialistas en los periódicos, la radio y la televisión.
En un escenario de esa naturaleza, el país europeo quedaría al borde de la ingobernabilidad.
Entonces se hace evidente que apostar por Fillon conlleva varios riesgos para la derecha: el de quedar fuera de la segunda vuelta electoral por primera vez en varias décadas; perder los comicios presidenciales; e incluso, en caso de ganar, el no poder gobernar.
Luisa María González