El establishment puede incendiar a México con tal de derrocar a Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha entendido que el pueblo de México está en contra de la sucursal que el “gobierno imperial” de Washington y Nueva York le ha impuesto desde 1970 para acá.
Trump tiene claro que esa camarilla -cuya cabeza visible, ahora, es Hillary Clinton– quiere derrocarlo a través de la violencia, interna y externa.
Por ejemplo, se sabe ya que el multimillonario especulador George Soros está detrás de las manifestaciones -algunas de ellas muy violentas- en contra de Donald Trump.
También, que ese núcleo de subversivos cosmopolitas y apátridas se enriquece mediante la promoción de las guerras. Digámoslo claro: es el establishment clintoniano el que atiza la violencia letal en Crimea, en Siria y en Irak, por citar tres ejemplos.
Con base en lo anterior, es que afirmamos que Trump debe cambiar de estrategia en el caso de México, por su bien y por el nuestro. Procedamos a explicarnos:
1. La mayoría de los medios de comunicación en México opera como caja de resonancia de los que manipulan a la opinión pública mundial. Por eso, pone a Trump como violento, antimexicano y racista. Con ese “bombardeo” diario de mensajes envenenados, fabrican una reacción contraria de los mexicanos al jefe de la Casa Blanca; reacción basada sobre todo en el aspecto emocional. El golpeteo es emocional y, por ende, muy peligroso.
2. En tanto, el establishment utiliza la guerra en otras partes del mundo, con la esperanza de evitar un acuerdo tripartita: Washington, Moscú y Beijing. De concretarse, se conjuraría el riesgo de una guerra global, lo que se traduciría en grandes pérdidas para el complejo militar, industrial y financiero que se apoderó de los Estados Unidos desde 1913, cuando se formó la Reserva Federal. Sin guerra, bajaría la venta de armas y el financiamiento de las mismas.
3. Ese establishment no dudaría, por lo tanto, en provocar un conflicto armado en México, con el pretexto de respaldar a la población mexicana que está enojada con Trump. Esto provocaría dos perdedores: México y Trump. Los ganadores serían los halcones de la guerra y de la usura, a quienes sirve Hillary Clinton. En nuestra tierra operan guerrilleros y narcotraficantes. Al buen entendedor…
Lo que debe hacer Trump, por lo tanto, es cambiar de estrategia. ¿Cómo? Esbocemos algunas posibles acciones de Estado:
1. Desenmascarar a los operadores del “gobierno imperial” que operan en nuestro país, a fin de que la opinión pública de nuestro país los conozca.
2. Demostrar con palabras sencillas que al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las empresas transnacionales establecidas en Estados Unidos se dedicaron a montar plantas maquiladoras en México, que pagan salarios de miseria y que, como lógica consecuencia, provocaron el éxodo de cientos de miles de trabajadores rurales y urbanos a tierras estadounidenses, con la esperanza de ganar allá lo que les regatean aquí.
3. Demostrar que el muro fronterizo fue ordenado por el ex presidente George Walker Bush y respaldado por su sucesor, Barack Obama.
4. Detener el flujo de armas ilegales a nuestro país y frenar el altísimo consumo de drogas en Estados Unidos. Enfrentar el tema del narcotráfico no sólo desde el punto de vista de seguridad, sino de salud pública.
A los mexicanos, en tanto, nos correspondería -nos corresponde, en realidad- organizarnos para apoyar a los micro, pequeños y medianos empresarios, comprándoles, además de promover a los genuinos líderes ciudadanos para que desplacen por la vía legal a los dueños de la sucursal del “gobierno imperial” que se enriquecen a costa del pueblo al que dicen gobernar.
Porque Peña Nieto y compañía son simples lacayos de la camarilla que ataca a Trump.
Claro que estamos en desacuerdo con los abusos de mister Donald; por eso, le decimos que reconozca sus errores y que enmiende sus faltas. Por su bien y… por el nuestro.
Jorge Santa Cruz
Jorge Santa Cruz: Periodista mexicano.