Economía, Mercado y Comu- nicaciones: Un Triunvirato de temer
Declaro que los datos técnicos de esta nota no son míos y que el pie de página da a cada cual los laureles correspondientes (“Hambre Global“, por Michel Chossudovsky) y mi reflexión solo se sustenta en el fenómeno reducido de la última especulación del precio del arroz que todos sufrimos, la que dejé por escrito en este diario hace algunas semanas, junto a lo cual les comento que el mercado se estabilizó al punto que nuestra última compra de arroz al mayoreo no ha sufrido incremento alguno y, lo que es más alarmante, el público comprador regreso al kilo a la semana sin mayores altibajos, con la salvedad de que los especuladores hicieron su agosto en abril, en base a la información de la CNN, en español y la replica que nuestros medios de comunicación nacional hicieron de esa noticia puntual.
Pero vamos al punto:
Antecedente Nº1
Palabras de Henry Kissinguer: “Controla el petróleo y controlarás a los países. Controla los alimentos y controlarás la gente”. Extracto del Memorándum de Seguridad Nacional, número 200 del año 1974, titulado “Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad Nacional”.
Antecedente Nº2
De acuerdo con la FAO el precio de los granos de primera necesidad se incrementó un 88% desde marzo de 2007. El precio del trigo se incrementó un 181% en tres años. El precio del arroz un 50% en los últimos tres meses Ian Angus, Food Crisis: “The greatest demonstration of the historical failure of the capitalist model”, Global Research, April 2008):
Antecedente Nº3
“El arroz más popular de Tailandia se vendía hace 5 años a 198 la tonelada, 323 hace un año. En abril de 2008 llegó a 1000 USS la tonelada. Esos incrementos son todavía peores en los mercados locales. En Haití la bolsa de 50 kilos se duplicó en valor en una semana a fines de marzo de 2008. Estos incrementos son catastróficos para los 2600 millones de personas que viven con menos de 2 dólares por día y que gastan entre un 60 a un 80% de sus ingresos en comida.
Consideraciones generales:
Los medios de comunicación informan a la opinión pública algunas causas de estos aumentos, enfocándose en los costos de producción, climáticos y redistribución de tierras en referencia a los bio-combustibles y otros, que han disminuido la oferta y que pueden haber contribuido a los aumentos de precios.
Si bien esto puede explicar en parte el fenómeno, no es menos cierto que la especulación alimentaria de la cual ellos hacen parte fundamental tiene otros ribetes aún más alarmantes y son, en gran parte, el resultado de las manipulaciones de los mercados.
Las especulaciones con trigo, con arroz o con maíz pueden hacerse sin necesidad de que la transacción “suceda en el mundo real”. Los que participan de estos juegos no necesariamente están implicados en la venta o entrega de los granos. Las transacciones pueden usar commodity index funds que son apuestas o al alza o la baja de los precios. Una “put option” es una apuesta a la subida de los precios y una “call option” es una apuesta a la baja. Proponiéndoselo, los “traders” (los operadores del mercado) y las grandes instituciones financieras pueden llevar los precios para arriba en general o también en particular el de algún grano.
Si la suspicacia nos acompaña podríamos pensar que estos conglomerados económicos globalizados no solo tienen el poder de comprar cosechas por adelantado, sino que además intervienen los medios de comunicación de acuerdo a sus propios intereses. Por tanto promover una escasez del producto con el fin de incrementar la demanda y subir los precios de sus commodity apostando a una “call option” y vender este commodity con ganancias sustanciales sin siquiera haberse movido de su escritorio ni haber consumido ni un grano de arroz.
Este conjunto de acciones especulativas recientes en los precios de los alimentos han desencadenado una ola de hambre mundial que no tiene precedentes por su escala en la historia. Y si a esto, le debemos sumar la ausencia de medidas de regulación en estos mercados especulativos en la situación actual, un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad, se hace imperativo, sin embargo siendo esta una decisión política, no es menos cierto que las implicancias económicas y los benéficos que esta especulación traen a las trasnacionales serán el principal escollo para tomar estas medidas regulatorias que contribuirían a bajar los precios de los alimentos. Nada impide hacerlo pero nada hace prever que se esté pensando.
Cedo la palabra al Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, pero ya no en el tema de entregar créditos y de aumentar el endeudamiento de los mas desposeídos transando presiones para perpetuar el sistema económico imperante, sino para que de una vez por todas, se focalicen las acciones en las personas, necesitamos regulaciones para proteger a las poblaciones más empobrecidas del planeta para darles una vida digna y no para controlarlas, como sentenciara en los 70 el señor Kissinguer al comienzo de esta nota.
Cómo obligarlos a darle una mirada a un pobre y hambriento sin dejarse encandilar con los fríos números y las utilidades que se quedan en una cosecha inexistente y en una noticia tirada al voleo por una cadena informativa internacional. Mientras somos testigos silentes de este genocidio. Nos deja pensando sobre el poder de la prensa y la posibilidad que estos espacios virtuales nos permiten al poder tomar la palabra desde el podio de la gente de a pie.
Como ven; economía, mercado y comunicaciones: un triunvirato de temer.