Documenta escritor síntomas de la debacle del sistema capitalista
¿Historia novelada? ¿Novela Histórica? Como se quiera. El fin de los tiempos, de Raúl Villegas Dávalos, es –en opinión de Víctor Flores Olea– un libro “excepcional” y “sorprendente” en muchos sentidos, donde se cuenta una realidad “brutal y “escandalosa” que transcurre entre dos acontecimientos que han tenido profundas repercusiones en el mundo: el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001, y el derrumbe financiero de Wall Street de este año, síntomas ambos del hundimiento de un sistema.
Flores Olea fue uno de los participantes en la presentación, el jueves, del libro publicado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Los hechos, añadió el ex diplomático, ensayista y fotógrafo, “son llevados a las letras con un principio de exactitud excepcional”, “extraordinariamente documentados” y con un “ritmo literario magnífico”.
Es también “un libro complejo” que “hay que leer intensamente y varias veces”.
Aunque, frente al pesimismo que se desprende del título, El fin de los tiempos, Flores Olea consideró que también podría entenderse como el fin de una era y una forma de ser, y la posibilidad de un mundo mejor.
Lección lúcida e informada
La novela de Raúl Villegas Dávalos está contada desde el punto de vista de un empresario mexicano de origen libanés, uno de los hombres más ricos del mundo, dueño de un gran consorcio telefónico y de una amplia red de tiendas y restaurantes.
Este personaje –hombre de mundo, rico y poderoso– permite al autor llevar a sus lectores a los grandes centros de poder económico y político, lo mismo Nueva York que el Vaticano, Shanghai que Therán.
El investigador canadiense, Michel Chossudovsky señaló que aun cuando se presenta “como una obra de ficción, es un relato muy bien documentado de lo que es el mundo actual”, cuya escritura requirió de “amplio conocimiento de las realidades nacionales que abarca”.
El académico de la Universidad de Montreal, también elogió “el estilo literario y la manera de contar” de Raúl Villegas.
A su vez, el antropólogo e historiador Iván Gómezcésar destacó el aspecto geopolítico de la novela, una “gran lección, lúcida e informada”, una visión de conjunto del momento actual y las grandes dudas que rodean dicho momento, “en el aire flota la sensación de que no conocemos la verdad, de que hemos sido testigos de grandes mentiras”.
Un ejemplo flagrante de dichas mentiras son, para Gómezcésar, los argumentos de Estados Unidos para invadir Irak: ha habido una gran destrucción de humanidad y de cultura “basada en una mentira.”
La parte “más audaz” de El fin de los tiempos es aquella en la cual se cuenta desde el individuo, el empresario referido líneas atrás, lo que le sirve para reflejar la codicia, el poder del dinero sin control ante la ausencia o las omisiones del Estado.
Último en intervenir, Raúl Villegas Dávalos habló de sus motivaciones para escribir El fin de los tiempos, el conjunto de crisis que vivimos (ambiental, económica, energética), señales que indican que “la humanidad está caminando al borde del precipicio, y que hay pocas esperanzas de que podamos librarlas satisfactoriamente, no la crisis que se viene, la crisis que ya tenemos encima y que es un conjunto de crisis que se expresan en diversos aspectos de la actividad humana”.
En coincidencia con Iván Gómezcésar, Villegas reiteró que, por ejemplo, en Irak “asistimos a una serie de mentiras gigantescas con resultados catastróficos para una región y para el conjunto de la humanidad”.