Desenfreno neoliberal y guerras gestaron la crisis financiera de EEUU
Caracas, 26 Sep. ABN (Aurelio Gil Beroes).- La crisis financiera que remueve los cimientos de la economía estadounidense y cuyos efectos comienzan a sentirse en el resto del mundo, está estrechamente vinculada la desregulación neoliberal existente en los mercados financieros y las políticas guerreristas del gobierno del presidente Bush.
Así lo sostiene el conocido economista y profesor canadiense, Michel Chossudovsky, en un artículo titulado Colapso financiero total (localizable en Internet), donde analiza las causas y consecuencias de esta crítica situación en el país del norte.
Expresa que los efectos de este colapso son de largo alcance, que su proceso aún no ha tocado fondo, y que las repercusiones que podría tener sobre la vida de la gente en los Estados Unidos y en todo el planeta pueden ser muy graves.
El catedrático considera que se trata de la crisis financiera más seria desde el Crack de Wall Street en 1929.
Más allá de los mercados financieros
Plantea el autor que la crisis no se limita al derrumbe de los mercados financieros, “también está en peligro la economía real -nacional e internacional-, así como sus instituciones y subestructuras productivas”.
Y argumenta: “Cuando los valores de la bolsa se derrumban, los ahorros de toda la vida de las familias merman o se evaporan, por no mencionar los fondos de pensiones”.
Más adelante señala: “El colapso financiero repercute inevitable y violentamente en los mercados de consumo, en el mercado de la vivienda y, más ampliamente, en el proceso de inversión en la producción de bienes y servicios”.
Guerra y crisis económica
Chossudovsky destaca que la crisis se está produciendo en medio de una aventura militar. “La crisis financiera global va íntimamente relacionada con la guerra”.
El experto apunta que la economía de guerra incide directamente sobre la política monetaria y fiscal, y en el caso de Estados Unidos “los gastos en defensa ascienden a más de 500 mil millones de dólares.
Además, hay otros 70 mil millones de dólares destinados ya a cubrir costes de guerra en los primeros meses de la próxima administración.
“Estas sumas combinadas, -agrega- representan el grado más alto de gastos militares desde el final de la Segunda Guerra Mundial”.
Para el economista, “la guerra es buena para hacer negocios” y afirma que los poderosos grupos financieros que habitualmente manipulan los mercados de valores, los mercados monetarios y las materias primas (petróleo, cobre, hierro, etc.) promueven la continuación de la guerra en el Medio Oriente (Irak y Afganistán)
Añade que la crisis financiera está estrechamente vinculada a la estructura de la inversión pública de EEUU en la economía de guerra, a través de la financiación, mediante los dólares de los impuestos, de programas sociales civiles.
“Esto cuestiona también, en un plano más amplio, el papel del Tesoro y del sistema monetario estadounidenses, dedicados de forma implacable a financiar el complejo industrial militar y la guerra en Oriente Próximo, a costa de la mayoría de sectores de la actividad económica civil”, dice.
Explica que guerra y globalización van de la mano y que, como consecuencia de la agenda militar, la economía civil de ese país está en crisis, “mientras los recursos de la nación, incluidos los dólares de los impuestos, se desvían para financiar una guerra multimilmillonaria en Oriente Próximo”.
Terreno neoliberal sin Ley
El economista canadiense define el mercado financiero estadounidense como una tierra sin ley, donde grandes consorcios se han dedicado desde comienzos de la administración de Ronald Reagan, a finales de los años 80, al comercio especulativo.
Informa que a partir de la crisis bursátil experimentada en los Estados Unidos, en 1987, Wall Street, el corazón financiero de ese país, localizado en la ciudad de Nueva York, logró que el Departamento del Tesoro dejara de interferir en los mercados financieros y las bolsas de Nueva York y Chicago establecieron las reglas.
Esto se hizo violando abiertamente el Acta Glass-Steagall, un cuerpo de normas establecido en 1933, que fue pilar de la recuperación económica del país, “como respuesta al ambiente de corrupción, manipulación financiera y ‘tráfico de influencias’, que provocaron más 5 mil quiebras bancarias en los años siguientes al crack de Wall Street de 1929”.
Pero para asegurar el ambiente de la desregulación y despejar el camino a los grandes consorcios financieros, en 1999, el Congreso estadounidense aprobó el Acta Gramm-Leach Bliley, conocida como Acta de modernización de los servicios financieros, que derogó “de un plumazo” todas las restricciones preexistentes sobre el desempeño de los grandes consorcios financieros.
“Bajo las nuevas normas -dice Chossudovsky- ratificadas por el Senado estadounidense y aprobadas por el presidente Clinton, los bancos comerciales, las firmas de broker (corredores de bolsa), los inversores institucionales y las compañías de seguros podían invertir libremente en cualquier negocio e integrar completamente sus operaciones financieras”.
Desenfreno especulativo
La abolición de la regulación en las actividades financieras, según el autor, dio origen a una carrera especulativa sin frenos en el sector financiero.
Por eso, dice: “El colapso financiero está íntimamente relacionado con el crecimiento incontrolado de operaciones especulativas muy apalancadas”.
Y subraya: “La contienda mundial para apoderarse de las riquezas a través de la manipulación financiera es la fuerza motriz que subyace en esta crisis. Es la fuente del torbellino económico y de la devastación social “.
De inmediato se formula una pregunta, que responde: “¿Cuáles son las causas subyacentes? Lo que prevalece es un entorno financiero sin regla alguna, caracterizado por un comercio especulativo extenso”.
La crisis: una operación rentable
La propia inexistencia de reglas, incluyendo las de carácter ético, en el ámbito financiero estadounidense, permiten a Chossudovsky afirmar que aún “El colapso del mercado bursátil puede ser una operación absolutamente rentable”, para los especuladores bursátiles.
“Con información previa desde dentro -dice- el colapso del mercado de valores constituye (mediante las ventas al descubierto) una oportunidad lucrativa para ganar muchísimo dinero para toda una categoría selecta de especuladores poderosos que tienen capacidad para manipular el mercado en la dirección apropiada en el momento adecuado”.
Se entiende por venta al descubierto, la operación que consiste en vender a plazo valores que no se tienen, con la intención de poder comprarlos en un momento más cercano a un precio inferior.
El catedrático canadiense señala que hay a indicios de “que ha existido una conspiración cuidadosamente orquestada para provocar el colapso de varias instituciones financieras importantes mediante descaradas manipulaciones”.
Y sentencia en un párrafo de su trabajo: “Las ventas al descubierto, junto a la propagación de falsos rumores, se han utilizado como estrategia para provocar el colapso de acciones en Wall Street, incluyendo las de Lehman, Morgan Stanley y Goldman Sachs”, gigantes financieros venidos a menos con esta crisis, que según los expertos, es de consecuencias impredecibles.