Cuba y la reforma del modelo económico 2/3
Los factores internos
Desde un punto de vista nacional varios factores –de los cuales una parte sustancial está en relación directa con el estado de sitio que impone Estados Unidos– han de ponerse de relieve tales como la burocracia, la corrupción a nivel intermediario –y a veces al más alto nivel– de la estructura estatal que engendra un reforzamiento del mercado paralelo, la falta de debate crítico, la débil productividad, la hipertrofia del sector público, la producción insuficiente de materias primas alimenticias, la descapitalización de la industria y de la infraestructura productiva, así como el envejecimiento de la población.
La burocracia
La burocracia es un problema serio en Cuba y afecta sectores enteros de la sociedad. La prensa cubana, que durante mucho tiempo eludió el tema, ya no vacila en denunciar su indolencia, su ineficacia y sus desmanes. El principal diario del país, Granma, portavoz del Partido Comunista, ha estigmatizado con virulencia el peso de la burocracia y ha exhortado a un “cambio de mentalidad” en una crónica titulada “Burocratismo, de regla a excepción”. Según el artículo, “todavía hay quienes se hacen de la vista gorda ante el nuevo escenario que se construye para la economía y la sociedad cubanas”. Algunos tienen “la burocracia puesta en vena, inoculada como un virus mortal”, mientras que otros no desean que cambie “el sistema de enredo, dilación, impunidad y la ‘multa’ o ‘mordida’ para que un trámite cualquiera llegue a feliz término”. Muchos funcionarios “disfrutan sus ocho horas diarias de verdugos, haciéndole la vida infeliz” a los ciudadanos. Granma lanza un llamado al gobierno para que ponga término a esta “plaga parasitaria en el seno de la administración pública”, particularmente para la aplicación de las nuevas medidas de ampliación del sector privado.[1]
El diario Juventud Rebelde también ha denunciado una burocracia “con métodos autocráticos y verticalistas”, insensible a los problemas de la población. El periódico fustiga su comportamiento “imperdonable y paradójico”, particularmente en este periodo de grandes cambios en Cuba. La burocracia ni siquiera se digna a responder a los correos de la población en más del 30% de los casos y se niega a “evaluar los problemas de raíz”. “Otro elemento preocupante es la impunidad con la que se transgreden leyes, normativas y hasta derechos de los ciudadanos, ante los ojos de superiores”.[2]
Alfredo Guevara, padre del cine cubano y amigo personal de Fidel Castro, ha apoyado la voluntad de reforma del gobierno y ha llamada a poner fin a la estatización a ultranza de la sociedad cubana. “Comenzamos a vivir el proceso de destrucción de la estatización de la sociedad cubana y espero que logremos un Estado que se autolimite a sus funciones y permita que la sociedad se desarrolle”.[3] Ello permitirá alcanzar “un nivel de independencia y madurez que será un gran aporte” para el país. Guevara ha denunciado a menudo la burocracia cubana “disparatada e ineficiente”[4] así como el paternalismo contraproducente del Estado. Según él, “la burocracia […] son los dirigentes vacíos que creen que su tarea nada más es dirigir. El Estado no es burocracia, pero desde luego un Estado desproporcionado crea un fenómeno ideológico-burocrático”.[5]
El presidente de la República, Raúl Castro, ha advertido a los partidarios del statu quo que se niegan al cambio: “Seremos pacientes y a la vez perseverantes ante las resistencias al cambio, sean estas conscientes o inconscientes. Advierto que toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil”.[6]
La corrupción
La corrupción también es un fenómeno endémico en Cuba y gangrena los niveles intermedios de la estructura del Estado, incluso a los inspectores fiscales, y a veces a la más alta jerarquía.[7] El mercado negro se ha desarrollado sustancialmente desde la caída de la Unión Soviética. Se debe principalmente a la insuficiencia del ingreso mensual. Raúl Castro lo ha reconocido sin ambages: “El salario aún es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo. Ello favoreció manifestaciones de indisciplina social”.[8] Ahora bien, todo aumento del salario mensual sólo puede ocurrir en paralelo con un aumento de la producción, la cual generará más ingresos.
Un estudio realizado en 2005, tras una solicitud expresa de Fidel Castro, reveló la amplitud del robo de combustible en las 2.000 gasolineras del país. Durante cuarenta y cinco días, trabajadores sociales sustituyeron a los empleados de estos puntos de venta, a los que se envió a su casa conservando su salario íntegro. El primer informe publicado mostró que se robaba más del 50% de la gasolina. En efecto, los ingresos diarios generados por los 2.000 puntos de venta habían aumentado 100.000 dólares, o sea un crecimiento del 115% con respecto a la situación anterior. En la provincia de Santiago de Cuba, los ingresos se dispararon en un 553%, ilustrando así el hecho de que se robaba al Estado más del 80% del combustible, el cual se vendía en la economía paralela.[9] Una desviación de semejante amplitud no puede realizarse sin la complicidad activa de altos funcionarios que ocupan puestos de responsabilidad. En el pasado, varios ministros fueron destituidos, enjuiciados y condenados a severas penas de prisión por corrupción y desviación de fondos.[10] Recientemente tres ministros fueron destituidos por varias razones.[11] Ante esta alarmante constatación, Fidel Castro había advertido de un desmoronamiento total del sistema: “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, […] nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra”.[12]
Raúl Castro, consciente de que la corrupción también afecta a los altos funcionarios, ha mandado un mensaje claro a los responsables de todos los sectores: “Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel”. De modo más insólito se ha apoyado en dos de los diez mandamientos bíblicos para ilustrar sus puntos: “No robarás” y “no mentirás”. Del mismo modo, ha evocado los tres principios éticos y morales de la civilización inca: “no mentir, no robar, no ser holgazán”, los cuales deben guiar la conducta de todos los responsables de la nación.[13] En efecto, el mercado negro se alimenta de una desviación masiva de mercancías que importa el Estado e implica forzosamente a altos dirigentes. Raúl Castro ha sido explícito al respecto: “Ante las violaciones de la Constitución y de la legalidad establecida no queda otra alternativa que recurrir a la Fiscalía y los Tribunales, como ya empezamos a hacer, para exigir responsabilidad a los infractores, sean quienes sean, porque todos los cubanos, sin excepción, somos iguales ante la ley”.[14]
Gladys Berejano, vicepresidenta del Consejo de Estado y responsable de la lucha anticorrupción del gobierno cubano, reconoció que el combate contra las malversaciones era un desafío mayor y una de las grandes prioridades nacionales. Según una reciente auditoría realizada en 2011, apenas el 46% de las entidades públicas evaluadas en Cuba presentaban un balance aceptable. En el resto de las agencias y empresas estatales, los administradores falsificaron los libros de cuentas con el fin de desviar artículos hacia el mercado negro, con la complicidad de los contadores encargados de evaluar la salud financiera de la estructura.[15]
El caso Esteban Morales es edificante en la medida en que permite arrojar luz sobre la lucha entre las fuerzas oscuras y conservadoras aún presentes en el Partido Comunista Cubano y sus sectores más críticos y progresistas. En un artículo publicado en el sitio Internet de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Esteban Morales, economista y miembro del Partido Comunista Cubano con fama de honorable, estudioso de la cuestión del racismo y de las relaciones con Estados Unidos, había advertido en abril de 2011 del principal peligro que amenazaba el proceso revolucionario cubano: la corrupción. Denunció el enriquecimiento ilícito de algunos altos funcionarios y miembros del gobierno sin citar nombres, acusándolos de preparar la transferencia de bienes públicos a manos privadas, en caso de caída del régimen, en un proceso similar a lo que ocurrió en la ex Unión Soviética: “No podemos tener duda de que la contrarrevolución, poco a poco, va tomando posiciones en ciertos niveles del Estado y del Gobierno”. Citó como ejemplo la distribución reciente de tierras en usufructo y los numerosos casos de “fraudes, ilegalidades, favoritismos, lentitud burocrática” que ocurrieron, así como otros casos de altos funcionarios culpables de desviaciones de fondos y que han abierto cuentas bancarias en el extranjero.[16]
Tras la publicación de esta reflexión severa e implacable en la forma pero fundamentalmente veraz, Morales fue excluido del Partido Comunista Cubano y su artículo retirado del sitio de la UNEAC. No obstante, ante al amplio apoyo que obtuvo entre los miembros del Partido –incluso el de Raúl Castro–, la Comisión de Apelación del Comité Central desestimó la decisión tomada en primera instancia y reintegró a Morales a sus cargos.[17]
La cultura del debate
La ausencia de una verdadera cultura del debate crítico en Cuba constituye un freno para el desarrollo de la nación. Los más altos dirigentes son conscientes de esta realidad. Así, Fidel Castro lamenta la unanimidad de fachada que se presenta muy a menudo, particularmente en la prensa cubana:
Aquí ha habido durante bastante tiempo la tendencia a suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacían el juego del enemigo, ayudaban al enemigo y a la contrarrevolución. A veces hay el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser útil al enemigo. Y nosotros hemos descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante el trabajo de los órganos de prensa. Y hemos estimulado el espíritu crítico. Llegamos a la convicción de que es necesario desarrollar mucho más el espíritu crítico.[18]
Raúl Castro también fustigó los silencios, la complacencia y la mediocridad. Lanzó un llamado a más franqueza. “No hay que temerle a las discrepancias de criterios […], las diferencias de opiniones, que […] siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie”. Castro denunció “el exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años” para ocultar errores, fallos y yerros. “Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas” [19], agregó, proponiendo limitar a 10 años los mandatos políticos “con el fin de asegurar un rejuvenecimiento sistemático de toda la cadena de responsabilidad”.[20] Sobre los medios, dijo lo siguiente:
Nuestra prensa habla bastante de eso, de los logros de la Revolución, en los discursos también abundamos; pero hay que ir a la médula de los problemas […]. Soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos, y los interesados en que sea así y siga así. Y yo recuerdo algunas críticas; “sí, saquen en el periódico tal crítica”, le orienté yo mismo […]. Inmediatamente la gran burocracia empezó a moverse: “Esas cosas no ayudan, desmoralizan a los trabajadores”. ¿A qué trabajadores van a desmoralizar? Como en una ocasión, en la gran empresa estatal lechera, El Triángulo. Se llevaba semanas, porque uno de los camiones de esa vaquería que estaba ahí en Camagüey estaba roto, y entonces toda la leche que se producía en las vaquerías de esa zona, de ese lugar se la echaban a unos cerdos que estaban criando. Fue entonces que le digo a un secretario del Comité Central para atender la agricultura en esa etapa, mete en Granma, cuenta todo esto que está pasando, haz una crítica. Algunos vinieron y hasta me comentaron que: “Esas cosas no ayudan, porque desmoralizan a los trabajadores”. Lo que no sabían que era yo el que lo había orientado.[21]
El 1 de agosto de 2011, durante su discurso de clausura de la VII Legislatura del Parlamento Cubano, Raúl Castro reiteró la necesidad del debate crítico y la controversia en la sociedad: “Todas las opiniones deben ser analizadas, y cuando no se alcance el consenso, las discrepancias se elevarán a las instancias superiores facultadas para decidir y además nadie está mandatado para impedirlo” [22] Llamó a acabar con “el hábito del triunfalismo, la estridencia y el formalismo al abordar la actualidad nacional y generar materiales escritos y programas de televisión y radio, que por su contenido y estilo capturen la atención y estimulen el debate en la opinión pública” para evitar “materiales aburridos, improvisados y superficiales” en los medios de comunicación.[23]
Granma también fustigó la cultura del secreto por parte de los funcionarios que impiden que la prensa cubana informe correctamente a la población. Así, la recolección de información es una verdadera prueba en el laberinto burocrático donde se necesitan autorizaciones para cualquier reportaje. El diario denuncia “la incomprensión de muchos funcionarios administrativos, quienes parecen vivir ajenos al derecho de los ciudadanos y a la irritación que en la población causa el no explicar a tiempo los porqués de un fenómeno o medida”. Los obstáculos voluntariamente erigidos en el acceso a la información violan “los principios democráticos” establecidos por la Constitución de la República. “Brindar información sistemática, veraz, diversa, que permita abordar la realidad desde todas las complejas aristas que pueda ofrecer, no constituye un favor, sino un derecho del pueblo”, concluyó el diario.[24]
El sectarismo
En Cuba persisten algunas prácticas discriminatorias al más alto nivel del aparato estatal, a pesar de los esfuerzos que ha desplegado el presidente de la República para acabar con ellas. Así, Raúl Castro denunció públicamente por televisión algunos atentados a la libertad religiosa debidos a la intolerancia “enraizad[a] en la mentalidad de no pocos dirigentes en todos los niveles”. Evocó el caso de una mujer, cuadro del Partido Comunista, con trayectoria ejemplar, quien fue apartada de sus funciones, en febrero de 2011, por su fe cristiana y cuyo salario fue reducido en un 40%, en violación del artículo 43 de la Constitución de 1976 que prohíbe todo tipo de discriminación. El presidente de la República denunció así “el daño ocasionado a una familia cubana por actitudes basadas en una mentalidad arcaica, alimentada por la simulación y el oportunismo”. Recordó que la persona víctima de esta discriminación había nacido en 1953, fecha del ataque al cuartel Moncada por los partidarios de Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista, Raúl Castro expresó lo siguiente:
Yo no fui al Moncada para eso […]. De la misma forma, recordábamos que el 30 de julio, día de la reunión mencionada, se cumplían 54 años del asesinato de Frank País y de su fiel acompañante Raúl Pujol. Yo conocí a Frank en México, lo volví a ver en la Sierra, no recuerdo haber conocido un alma tan pura como esa, tan valiente, tan revolucionaria, tan noble y modesta, y dirigiéndome a uno de los responsables de esa injusticia que cometieron, le dije: Frank creía en Dios y practicaba su religión, que yo sepa nunca dejó de hacerlo ¿Qué hubieran hecho ustedes con Frank País? [25]
No obstante, las relaciones con la Iglesia Católica de Roma jamás han sido mejores desde el triunfo de la Revolución en 1959. El escenario de confrontación con las instituciones religiosas poco a poco ha dejado espacio al diálogo, limando así las asperezas del pasado cuando “por ambas partes se cometieron excesos”. Raúl Castro también condenó con virulencia estas prácticas que “atentan contra nuestra principal arma para afianzar la independencia y la soberanía nacional, o sea, la Unidad de la Nación” Según él, resulta urgente romper “la barrera psicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia e insensibilidad” que lleva a todo tipo de abusos. “Nuestro peor enemigo no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en suelo patrio, sino nuestros propios errores y que éstos, si son analizados con profundidad y honestidad, se transformarán en lecciones”.[26]
Una productividad baja
La productividad es también un problema endémico en una sociedad acostumbrada a recibir la misma remuneración sean cuales sean la calidad y cantidad del trabajo realizado. A los empleados del sector público les interesan poco las problemáticas de productividad y eficiencia. En efecto hay “una ausencia de cultura económica en la población”. Por otra parte, la sovietización de la economía cubana a partir de 1968, con la nacionalización de todos los pequeños negocios, tuvo consecuencias desastrosas para el país en términos de rendimiento. En vez de adaptar la política económica a las peculiaridades nacionales, Cuba había seguido por mimetismo el modelo ruso. Raúl Castro admite ahora el error, dictado a la vez por la inexperiencia de la dirección de la nación y por el contexto geopolítico de la época: “No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes problemas nos trajo hacerlo y porque además mucha veces copiamos mal”.[27] El gobierno cubano da prueba de lucidez en cuanto a las carencias en materia económica. Reconoce que “la espontaneidad, la improvisación, la superficialidad, el incumplimiento de los alcances, la falta de profundidad en los estudios de factibilidad y la carencia de integralidad al emprender una inversión” atentan gravemente contra la nación.[28]
Cuba dispone de tierras extraordinariamente fértiles y podría ser un exportador de materias primas alimenticias. En vez de ello, Cuba importa el 83% de los productos alimentarios que consume. Por ejemplo todos los años importa café por 47 millones de dólares mientras que sería perfectamente posible producirlo en Cuba de excelente calidad. En 1975, Vietnam, tras la guerra, había solicitado la ayuda cubana para producir café. Vietnam es actualmente el segundo exportador de café del mundo… gracias a la experiencia y el conocimiento cubanos. Un diplomático vietnamita hizo partícipe de su sorpresa a su homólogo cubano ante esta contradicción: “¿Cómo es posible que ustedes que nos enseñaron a sembrar el café, ahora nos lo estén comprando?”.[29] Hay una razón para ello: de los 6,6 millones de hectáreas de superficie agrícola, 3,6 millones permanecían abandonados o sub-explotados en 2008.[30]
La política agrícola del gobierno revolucionario ha sido uno de sus más graves fracasos. Varios factores permiten explicar esta dependencia estratégicamente peligrosa. Primero, la labor de la tierra es por definición un trabajo difícil e ingrato, sobre todo en una sociedad que ha alcanzado un nivel de desarrollo humano sin precedente en la historia de América Latina y del Tercer Mundo. En efecto es difícil convencer a ciudadanos que han conseguido diplomas universitarios de que vayan a producir café o trigo para obtener, de todas formas, el mismo salario que un empleado de oficina. Para ello, resulta indispensable que “los agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor”[31], como recordó el presidente cubano. Así, desde 2008, de un fondo disponible de 1,8 millones de hectáreas de tierras no cultivadas, más de un millón se concedió –en lotes de 13 a 40 hectáreas– en usufructo gratuito por un periodo de 10 años para los particulares y de 25 años para las cooperativas. Del mismo modo, el gobierno decidió bajar en un 60% el precio de los insumos y productos agrícolas con el fin de incitar a la población a invertir este campo.[32]
La hipertrofia del sector y la debilidad de la infraestructura productiva
La hipertrofia del sector público es una realidad innegable. En efecto, el Estado emplea a cerca del 84% de la población activa, que se eleva a 5,2 millones de personas. La función pública se encarga de proporcionar un empleo a los cubanos, aunque algunos sectores estén saturados. El sobre empleo permite conseguir cierta estabilidad social pero cerca de un millón de empleos se consideran poco o nada productivos. [33]
La descapitalización de la industria y de la infraestructura productiva constituye un serio obstáculo económico. Cuba necesita urgentemente nuevas inversiones, particularmente en capitales extranjeros. No obstante, las amenazas de sanciones procedentes de Estados Unidos frenan a los potenciales inversionistas.[34]
Una transición demográfica avanzada
Por fin, Cuba se encuentra a un nivel de transición demográfica avanzada, igual que países como Argentina, Uruguay o Chile, por su índice de desarrollo humano elevado. El país entonces se enfrenta al envejecimiento de su población, cuya esperanza de vida alcanza casi los 80 años. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), cerca de dos millones de personas tienen más de 60 años, o sea el 17,8% de la población del país. En veinte años, la cifra alcanzará el 30%.[35] Cuba cuenta actualmente con 1.551 centenarios y debe hacer frente no sólo al problema del financiamiento del retiro –la edad de la jubilación pasó de 55 años a 60 años para las mujeres y de 60 años a 65 años para los hombres en 2009–, sino también al peligro de la falta de renovación generacional que afecta la economía y la sociedad. En efecto, el número de habitantes disminuyó en 2010 por la baja tasa de natalidad.[36]
Revisado por Caty R.
Salim Lamrani : Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto : [email protected]
Notes
[1] Félix López, «Burocratismo, de regla a excepción», Granma, 29 de enero de 2011; EFE, «Diario oficial arremete contra burócratas», 29 de enero de 2011
[2] José Alejandro Rodríguez, «Menos respuestas cuando más se necesitan», Juventud Rebelde, 6 de julio de 2011.
[3] Agence France Presse, «Figura histórica del castrismo aplaude la ‘desestatización», 23 de noviembre de 2010.
[4] Agence France Presse, «Transición del ‘disparate’ al socialismo, dice Guevara», 24 de junio de 2011
[5] Agence France Presse, «Figura histórica del castrismo aplaude la ‘desestatización », op. cit.
[6] Raúl Castro, «Toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil», Cubadebate, 1 de agosto de 2011.
[7] Agence France Presse, «Fisco cubano combatirá corrupción de inspectores», 26 de julio de 2011.
[8] Raúl Castro Ruz, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op. cit.
[9] Andrea Rodríguez, «Castro revela cifras de robo de combustible en Cuba», Associated Press, 7 de diciembre de 2005.
[10] Esteban Morales, «Corrupción: ¿La verdadera contrarrevolución?», Progreso Semanal, 20 de abril de 2010; Mauricio Vicent, «Corrupción al modo cubano», El País, 16 de mayo de 2010; Agence France Presse, «Cuba condena a veinte años de cárcel a empresario chileno Max Marambio», 5 de mayo de 2011.
[11] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit., Granma, «Electa Teresita Romero vicepresidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Sancti Spíritu», 2 de abril de 2011; EFE, «Destituciones por corrupción en gobierno de Sancti Spíritu», 2 de abril de 2011.
[12] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana», 17 de noviembre de 2005. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html (sitio consultado el 2 de abril de 2011).
[13] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[14] Raúl Castro, «Toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil», Cubadebate, 1 de agosto de 2011.
[15] Juan O. Tamayo, «Régimen cubano reconoce aumento de corrupción», 22 de junio de 2011.
[16]Esteban Morales, «Corrupción: ¿la verdadera contrarrevolución?», Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, 8 de abril de 2011. http://www.uneac.org.cu/index.php?module=noticias&act=detalle&tipo=noticia&id=3123 (sitio consultado el 11 de agosto de 2011).
[17] Andrea Rodriguez, «Cuba: comunistas reincorporan a académico expulsado por críticas», The Associated Press, 8 de julio de 2011.
[18] Ignacio Ramonet, Cien horas con Fidel, La Habana, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2006, tercera edición, p. 604.
[19] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[20] Raúl Castro, «Texto íntegro del Informe Central al VI Congreso del PCC», 16 de abril de 2011. http://www.cuba.cu/gobierno/rauldiscursos/2011/esp/r160411e.html (sitio consultado el 3 de junio de 2011).
[21] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[22] Raúl Castro, «Toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil», Cubadebate, 1 de agosto de 2011.
[23] Raúl Castro, «Texto íntegro del Informe Central al VI Congreso del PCC», 16 de abril de 2011. http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/04/16/texto-integro-del-informe-central-al-vi-congreso-del-pcc/ (sitio consultado el 20 de abril de 2011).
[24] Anneris Ivette Leyva, «El derecho a la información», Granma, 8 de julio de 2011.
[25] Raúl Castro, «Toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil», Cubadebate, 1 de agosto de 2011.
[26] Ibid.
[27] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[28] Partido Comunista de Cuba, «Resolución sobre los lineamientos de la política económica y social del partido y la Revolución», op. cit.
[29] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[30] Andrea Rodríguez, «Rebajan precios de insumos agrícolas en Cuba», The Associated Press, 5 de agosto de 2011. Ver también el testimonio de un agricultor, Ventura de Jesús, «Un buen agricultor suburbano», Granma, 21 de mayo de 2011.
[31] Raúl Castro, «Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de la Revolución”», op.cit.
[32] Andrea Rodríguez, «Rebajan precios de insumos agrícolas en Cuba», op. cit.
[33] Paul Haven, «Cuba: Pequeños empresarios, factor clave de reformas económicas», The Associated Press, 31 de enero de 2011.
[34] Partido Comunista de Cuba, «Resolución sobre los lineamientos de la política económica y social del partido y la Revolución», op. cit.
[35] EFE, «El envejecimiento poblacional en Cuba continuó en aumento en 2010», 7 de julio de 2011.
[36] Agence France Presse, «Aumenta cantidad de centenarios y disminuyen nacimientos en Cuba», 20 de mayo de 2011. Ver también EFE, «Centenarios cubanos develan secreto de la longevidad», 27 de mayo de 2011.