Cuba, dispuesta e independiente en sus nexos con Estados Unidos

El respeto hacia su soberanía e independencia continúa hoy como la base fundamental de Cuba para continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos, cuya nueva administración tiene menos de una semana en el poder.

Al intervenir ayer en la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en República Dominicana, el presidente cubano, Raúl Castro, expresó la voluntad de proseguir el diálogo y la cooperación en temas de interés común con el gobierno de Donald Trump.

En su opinión, Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos.

Sin embargo, ratificó el jefe de Estado de la isla, no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.

Recordó que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a su país durante más de 55 años persiste con considerables privaciones y daños humanos, y su existencia dificulta el desarrollo.

Pese a tal política, continuamos en la actualización de nuestro modelo económico y social, y seguiremos luchando por construir una Nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, puntualizó.

Anteriormente, Raúl Castro sostuvo que sería deseable que el nuevo gobierno de Estados Unidos opte por el respeto a América Latina y el Caribe.

También mostró preocupación por las declaradas intenciones que ponen en riesgo los intereses de esa región en las esferas del comercio, el empleo, la migración y el medio ambiente, entre otras.

Frente a ese escenario, recomendó, es imprescindible establecer cursos comunes de acción y hacer más efectiva la gestión de la Celac, que agrupa desde finales de 2011 a todos los países de América, excepto a Estados Unidos y Canadá.

Cuba y Estados Unidos adoptaron hasta el momento 22 instrumentos bilaterales desde el 17 de diciembre de 2014 cuando comenzó el proceso para normalizar sus relaciones.

Ese día, Raúl Castro y Barack Obama, quien ocupó la Casa Blanca hasta el pasado 20 de enero, anunciaron la decisión de alcanzar tal objetivo y se inició un cambio, para muchos aún insuficiente, de la política de Washington contra La Habana.

Entre los instrumentos mencionados aparecen acuerdos, memorandos de entendimiento, arreglos y tratados sobre sanidad vegetal y animal, migración, seguridad para la navegación marítima, rescate y salvamento de personas, combate al narcotráfico y vuelos regulares.

Las iniciativas se refieren también al correo postal directo, la agricultura, la salud, la meteorología, la sismología, las áreas terrestres y marítimas protegidas, y el hermanamiento de los parques nacionales de la ciénaga de Zapata y Everglades.

Asimismo, ambos países firmaron un tratado sobre la delimitación de la plataforma continental en el polígono oriental del golfo de México más allá de las 200 millas náuticas.

Según fuentes oficiales, el último instrumento fue rubricado el 19 de enero, un día antes del comienzo de la administración del magnate republicano.

Durante el período referido, Washington y La Habana celebraron más de 50 encuentros técnicos y acciones de cooperación sobre ciberseguridad y la lucha contra el tráfico de drogas y personas, el terrorismo y el fraude migratorio.

Además de otros temas, abordaron la seguridad marítima y de la aviación, la protección medioambiental, la asistencia judicial en materia penal, y el combate al lavado de activos.

Por otra parte, se desarrollaron más de 20 reuniones de diferentes diálogos relacionados con la aplicación y el cumplimiento de la ley, la economía, las telecomunicaciones, los derechos humanos, las compensaciones mutuas, y el desarme y no proliferación de armas.

Casi una semana antes de concluir su mandato, Obama derogó la política de ‘pies secos, pies mojados’ y del programa de parole para médicos cubanos, que representaban vías de inmigración insegura a territorio norteamericano.

Previamente, Estados Unidos excluyó a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, y los dos países restablecieron relaciones diplomáticas y reabrieron las embajadas en sus respectivas capitales.

Raúl Castro y Obama se encontraron y dialogaron tres veces, la última de ellas cuando el político demócrata visitó de manera oficial La Habana en marzo de 2016, y la Comisión Bilateral Cuba-EE.UU. realizó cinco reuniones.

Diony Sanabia Abadia


Articles by: Diony Sanabia Abadia

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