¿Cómo puede Centroamérica subirse al tren del desarrollo económico de China?

La economía de Centroamérica crecerá un 3,7 por ciento en 2017, mostrando poca variación frente a la cifra registrada en 2016, pero por debajo de la cifra de 2015, cuando alcanzó un 4,7 por ciento, según el pronóstico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En su informe anual “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2016”, CEPAL advirtió que las tendencias proteccionistas surgidas en Estados Unidos pondrían en riesgo los acuerdo comerciales que actualmente benefician a los países centroamericanos.

Por otra parte, las amenazas de deportación contra los inmigrantes indocumentados reducirían notablemente las remesas que provienen del país norteamericano y que en algún caso representan hasta un 20 por ciento del Producto Interno Bruto.

Para Mario Torrico, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la República Popular China podría abrir esas puertas que se teme que cierre el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dado que el país asiático ha mostrado interés en continuar ampliando su presencia en la región.

“Si Donald Trump cumple su promesa, China tendría el potencial para cubrir esos vacíos, tendría el potencial de ser un destino alternativo de las exportaciones latinoamericanas y un inversor alternativo en América Latina”, aseguró el politólogo.

Sin embargo, en comparación con otras subregiones de América Latina, la mayoría de los países centroamericanos tienen como tarea pendiente el establecimiento de las relaciones diplomáticas con China para así poder profundizar la cooperación bilateral.

Entre los siete países centroamericanos, seis mantienen supuestos “vínculos diplomáticos” con Taiwan, isla que China considera parte inalienable de su territorio, con excepción de Costa Rica, país que rompió los lazos oficiales con Taiwan en 2007.

Tras reanudar las relaciones diplomáticas con China, Costa Rica se ha convertido en un importante aliado de China en América Latina. En 2011, ambas naciones rubricaron el acuerdo de libre comercio mediante el cual China ha llegado a ser el segundo socio comercial del país centroamericano.

Según datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica, las exportaciones costarricenses al mercado chino crecieron en el promedio anual de un 7,6 por ciento en el período 2004-2014, llegando a los 338,3 millones de dólares estadounidenses en el año 2014.

Esta cifra fue el doble del monto de las exportaciones a china acumuladas por Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador, por donde la líder de Taiwan, Tsai Ing-wen, realizará una gira esta semana.

Según los datos de la CEPAL, las exportaciones de Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador a China sumaron respectivamente 92 millones de dólares, 28 millones de dólares, 43 millones de dólares y 6 millones de dólares.

Sin embargo, la mayor diferencia de beneficios, que hay entre los países que tienen relaciones diplomáticas con China y los que no, no radica en el comercio.

En caso de Costa Rica, China ha financiado la construcción del Estadio Nacional y la Escuela Nacional de Policía, ambos los mejor equipados en toda la Centroamérica.

Además, la empresa China Harbour Engineering Company Limited está modernizando la Ruta 32 que une la capital nacional de San José con la provincia de Limón, lugar que alberga los principales puertos comerciales y petroleros del país.

Tal proyecto tendrá un costo de 485 millones de dólares y será financiado en un 85 por ciento con un préstamo otorgado por China, y se espera que cree por lo menos 1.000 empleos directos y 10.000 empleos indirectos.

Jamaica también se ha beneficiado de su cooperación con China. En marzo de 2016, se celebró en la capital jamaicana de Kingston la ceremonia de apertura de la Autopista Norte-Sur, financiada, construida y operada por la misma empresa, China Harbour Engineering Company Limited.

Esta arteria de transporte no solamente ha acortado a la mitad del tiempo de viaje entre Kingston en el sur y la ciudad turística de Ocho Rios en el norte, sino que también estimulará poco a poco el desarrollo económico de las zonas a lo largo de la autopista.

En contraste, las contribuciones que ha hecho y que podrá hacer Taiwan a sus aliados resultan muy reducidas. Actualmente Taiwan cuenta con 21 países aliados “diplomáticos”, entre los cuales figuran 12 países en América Latina y el Caribe, que encaran mucha deficiencia en infraestructura y desarrollo sostenible y esperan con ansiedad ayuda exterior.

En diciembre de 2016, Santo Tomé y Príncipe rompió las supuestas “relaciones diplomáticas” con Taiwan, siendo el segundo en cortar los lazos oficiales con Taiwan en el periodo de un año, después de que Gambia hiciera lo mismo en marzo.

La portavoz de la cancillería de China, Hua Chunying, dio la bienvenida a tal decisión y manifestó que el principio de una sola China, que afecta a los intereses centrales de China y a los sentimientos de los 1.300 millones de chinos, es la base política y la premisa sobre la que China desarrolla las relaciones amistosas de cooperación con países extranjeros.

Hua también recordó que la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU, adoptada en 1971, estipula explícitamente que los representantes del gobierno de la República Popular China son los representantes legítimos de China ante las Naciones Unidas.

China no hará ninguna concesión en el principio de una sola China, razón por la cual los países con relaciones diplomáticas con China son los que pueden aprovecharse del desarrollo constante de la segunda economía más grande del mundo.

Actualmente, China ha sido el segundo socio comercial y una importante fuente de inversión de América Latina y el Caribe. China ha propuesto elevar el comercio bilateral hasta 500.000 millones de dólares y destinar a la región 250.000 millones de dólares en diez años.

Por otro lado, el inmenso mercado chino representa una gran atracción para los países latinoamericanos y caribeños. En los próximos cinco años, China importará bienes y servicios por valor de 10 billones de dólares e invertirá 500.000 millones de dólares en el extranjero, mientras que los turistas chinos realizarán más de 500 millones de visitas a otros países.

No cabe duda de que si estas propuestas se materializan, muchos países latinoamericanos y caribeños, especialmente los que tienen lazos diplomáticos con China, podrán aprovechar la diversificación de exportaciones al país asiático y las fuertes inversiones chinas en infraestructura y otros terrenos más necesarios para el desarrollo.

Quizá los gobiernos de los 12 aliados “diplomáticos” de Taiwan en América Latina y el Caribe ya sepan qué es lo que puede hacer para subirse al tren del desarrollo económico de China.

Zhao Hui


Articles by: Zhao Hui

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