Causas de la “cacería de brujas” contra Donald Trump
Sin pruebas, el establishment, es decir, el gobierno oculto de Estados Unidos, acusa al nuevo presidente, Donald Trump, de haberse beneficiado del hackeo ruso al Partido Demócrata y de estar al servicio del Kremlin.
La campaña contra Trump, cuyo equipo la compara con una “cacería de brujas”, le costó el puesto al consejero de Seguridad Nacional, el general Michael Flynn, y acotó el poder del Fiscal General de la Unión Americana, Jeff Sessions, toda vez que le margina de las investigaciones de este caso.
El ataque político, diplomático y sobre, todo, mediático contra Trump se explica de manera muy sencilla: el sucesor de Barack Obama -empleado del establishment- y vencedor de Hillary Clinton -la candidata de ese gobierno oculto- significa pérdidas billonarias para ese Estado Profundo, que lucra con la guerra, con la especulación financiera, con la educación, con la salud, con la alimentación y aun, con las almas de miles de millones de seres humanos.
Trump “echó las cartas”, como se dice coloquialmente, el jueves 22 de julio de 2016, al pronunciar su discurso de aceptación a la candidatura presidencial republicana. En esa ocasión dijo, entre otras, las siguientes:
⦁ “Si quieren escuchar el discurso manido de las empresas, mentiras cuidadosamente elaboradas y los mitos de los medios, la convención de los Demócratas es la semana que viene.”
⦁ “Las grandes empresas, los medios de comunicación de elite y los mayores donantes se han alineado detrás de la campañaa de mi oponente porque saben que ella mantendrá ese sistema amañado.”
⦁ “Le dan dinero porque tienen control absoluto sobre todo lo que hace. Ella es su marioneta y tiran de los hilos. Por eso, el mensaje de Hillary Clinton es que las cosas nunca van a cambiar. ¡Nunca jamás!”
⦁ “Cuando la misma secretaria de Estado amasa millones y millones de dólares intercambiando favores por intereses especiales y poderes extranjeros sé que ha llegado el momento de actuar.”
⦁ “He bajado a la arena política para que los poderosos ya no puedan golpear a la gente que no puede defenderse por sí misma.”
⦁ “Nadie conoce el sistema mejor que yo, por eso soy el único que puede arreglarlo.”
Luego, el 20 de enero pasado, cuando tomó posesión como Presidente de los Estados Unidos, Trump apuntó:
⦁ “La ceremonia de hoy tiene un carácter especial porque no sólo hacemos una transferencia de poder, sino que estamos transfiriendo el poder de Washington hacia ustedes, el pueblo.Por demasiado tiempo, un grupo pequeño en la capital, se ha beneficiado del Gobierno, mientras el pueblo cargaba en sus espaldas los costes.”
Está claro que se trata de un pequeño grupo, si se le compara con el resto del pueblo de los Estados Unidos; sin embargo, es la gente que controla al complejo financiero, militar y mediático radicado, de manera parasitaria, en territorio norteamericano. Uno de los soportes del Estado Profundo es el Consejo de Relaciones Exteriores, cuya sede está en Nueva York, y al que componen menos de siete mil individuos. Otro, es la Comisión Trilateral. Uno más, el Club Bilderberg, que ha sido desenmascarado por el escritor y periodista Daniel Estulin. Otro, excesivamente poderoso, es el que controla a la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Motivos concretos de odio contra Trump
1. Su propósito de evitar rencillas y enfrentamientos con las otras dos potencias mundiales: Rusia y China. Desactivar una nueva y artificiosa “guerra fría” significaría dejar de recibir ganancias fabulosas por venta de armas.
2. Su deseo de aniquilar al terrorismo islámico que, según el papa Francisco, no existe. Acabar con él, también afectaría las exportaciones de armas y de sistemas de seguridad en aeropuertos, oficinas públicas, etcétera.
3. Terminar con el “libre comercio” permitiría limitar las inmorales “libertades” de los grandes consorcios trasnacionales que enriquecen a sus pocos dueños, a cambio de empobrecer a la mayoría de la humanidad.
4. Sacar a los narcotraficantes de Estados Unidos redundaría, también, en una cuantiosísima merma a las sucias ganancias de los dueños del sistema neoliberal. Permitiría, luego, iniciar una campaña de prevención y atención de adicciones. Una juventud sin drogas tiene más probabilidades de contribuir a la grandeza nacional que aquella sujeta a la pipeta del narco-estado protector de los “derechos humanos”.
Conclusión
En síntesis: Trump ha osado enfrentarse al oscuro poder de Rockefeller, Soros, Sachs y compañía.
Lo que tiene qué hacer, ahora, el nuevo mandatario norteamericano es demostrar que en ningún momento vulneró la seguridad nacional de los Estados Unidos y, por el contrario, exhibir a Barack Obama y Hillary Clinton -con pruebas irrefutables- acerca de cómo utilizan la industria de la guerra para enriquecer a sus amos, a costa de la invasión injusta a otras naciones y del sufrimiento humano.
Convencer, también, a los escépticos propio y extraños, que detrás de esa ilegal campaña de filtraciones está la mano de ese grupo de especuladores y belicistas conocido vulgarmente como el de los “Halcones”.
Concluiremos este artículo citando a uno de los medios del establishment, pero radicado en Europa. Hablamos del periódico español El País, que en su edición digital del sábado 4 de marzo de 2017, publicó uno de tantos materiales contra Trump, cargado de adjetivos y insultos. Sin embargo, El País tuvo que reconocer lo siguiente:
Aunque no se ha demostrado que el equipo de Trump tuviera participación en los cibertaques, las indagaciones abiertas por el FBI, los servicios inteligencia, el Senado y la Cámara de Representantes se han erigido en la más seria amenaza contra el presidente.
Jorge Santa Cruz
Jorge Santa Cruz: Periodista mexicano.