Balcanes occidentales: ¿Tras la tormenta, la calma?
La cumbre de primeros ministros de los Balcanes occidentales cerró sus puertas con un mensaje cargado de buenos propósitos de cooperación y entendimiento que será puesto a prueba desde hoy mismo, cuando sus actores retornen a sus asuntos cotidianos.
A juzgar por el documento final adoptado por los jefes de Gobierno de Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia y Kosovo, las negociaciones llevaron a la conclusión de que sólo desarrollando juntos los sectores económicos fundamentales podrán lograrse los parámetros que la Unión Europea les exige para admitirlos en su seno.
Sin una interconectividad en energía, infraestructura, tecnologías de la información, formación profesional y un mercado común de bienes, servicios y capitales, libre circulación de fuerza de trabajo calificada, mercado digital común y dinamismo en las inversiones no hay futuro para esta región, señala sin ambages el documento.
Son temas sabidos con anterioridad, están todos en el Proceso de Berlín, diseñado para ellos por Bruselas, y tienen hasta un plazo más o menos establecido de ejecución.
Pero Johannes Hahn, comisario de Política Europea de Vecindad y Negociaciones de Ampliación, quien participó en la reunión, se encargó de recordarlos al decir que se está a mitad de camino en la integración y es relevante dar pasos concretos hacia ella y que sus resultados sean apreciados por los ciudadanos que entonces apoyarán el proceso.
De acuerdo con trascendidos, el alto funcionario expresó la preocupación de Bruselas por cierto enfriamiento en esa dirección desde el referendo del Brexit en Reino Unido y se refirió a fuertes influencias desde el este hacia los Balcanes, interpretadas como una velada alusión a Rusia.
Igualmente llamó a superar los litigios internos y entre los países y territorios de la región como única manera de poder ir juntos y hacia adelante en el proceso.
La gira de Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la UE, por la región del 1 al 4 de marzo estuvo empeñada a fondo en explicar estos mismos asuntos, pero tropezó con serios problemas en todos los países visitados, por conflictos internos en Albania, Macedonia y Montenegro, así como disputas de Serbia con Bosnia y Herzegovina y Kosovo.
Tampoco la reciente cumbre del espacio comunitario en Malta tuvo un pronunciamiento sobre la región que no fuera la preocupación de Mogherini por las tensiones y desafíos a los que está siendo sometida para convertirla en un tablero de ajedrez en el que juegan las grandes potencias, exclamó.
Después del cónclave de Sarajevo y las inquietudes de Bruselas por los problemas en los Balcanes occidentales y el ritmo para su solución suenan más como una advertencia que como una reflexión las palabras finales allí del primer ministro serbio, Aleksandar Vucic.
Roberto Molina Hernández