El muro mortífero del Mediterráneo: el asesinato en masa institucional de la Unión Europea
Según la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (1), en 2014 murieron 3.419 migrantes al tratar de cruzar el Mediterráneo. Esta macabra cifra convierte al Mediterráneo en la frontera más mortífera puesto que la cantidad total personas muertas en todo el mundo es de 4.272. En un lapso de tiempo más largo, desde 2000 más de 20.000 migrantes perdieron la vida. Además, la tendencia es a ascender permanentemente puesto que el año 2014 batió todos los récords y dejó muy atrás el anterior pico de 1.500 personas muertas en 2011. Los discursos políticos y mediáticos construyen cada nuevo drama como catástrofes imprevisibles sobre las que los gobiernos europeos no tendrían ninguna influencia ni responsabilidad. El discurso de la catástrofe oculta un proceso de asesinato en masa de la Unión Europea.
Los ángulos muertos de las causas estructurales
El primer ángulo muerto de los discursos políticos y mediáticos es el de las causas económicas que empujan a decenas de miles de personas africanas a arriesgar sus vidas en travesías que saben que son mortíferas. Desde las independencias políticas en la década de 1960 unos mecanismos diferentes de la ocupación militar directa han venido a tomar el relevo para garantizar la reproducción del “pacto colonial”, es decir, la construcción de economías africanas según las necesidades de Europa y no según las necesidades de los pueblos africanos. Sin ser exhaustivo, recordemos algunos de estos mecanismos.
Los acuerdos de cooperación económica, financiera y monetaria que los diferentes países europeos impone a los países africanos implican una venta de materias primas a un coste inferior al del mercado mundial y prohíben el gravamen de los productos importados de Europa. Tomemos el ejemplo del último acuerdo firmado entre la Unión Europea y los 15 Estados del África Occidental denominado “Acuerdo de Asociación Económica” (APE, por sus siglas en francés). Este acuerdo prohíbe el gravamen de los 11.900 millones de euros de productos importados por la Unión Europea en 2013. Hace así competir la agricultura de subsistencia local con la agricultura industrial europea y lleva a la miseria a cientos de miles de campesinos. Las consecuencias caen por su propio peso:
“Este acuerdo reforzará una migración masiva de poblaciones privadas de futuro en sus países, en una situación en la que la población de África Occidental superará el doble de su población actual de aquí a 2050 hasta alcanzar los 807 millones de habitantes (frente a los 526 millones de habitantes de la UE en el mismo año) y en un contexto de calentamiento climático particularmente acentuado en esta zona .” (2)
Es tal el carácter explotador de estos acuerdos que el profesor Chukwuma Charles Soludo afirmó el 19 de marzo de 2012 que el APE de África Occidental constituye una “segunda esclavitud” (3). Pero el APE no es sino la sistematización a gran escala de lógicas de establecimiento de dependencia anteriores, como la “ayuda vinculada” que impone el recurrir a empresas francesas a cambio de una financiación de proyectos de acondicionamiento, los Planes de Ajuste Estructural que imponen reformas liberales a cambio de un crédito o de un informe de pago de la deuda o, peor aún, la institución del franco CFA que permite el control de las políticas monetarias de la zona franco. Los discursos político y mediático dominantes eliminan estas causas directas de la pauperización africana y de la presión migratoria. Estas desmienten la idea de una catástrofe imprevisible sobre la que el ser humano no tiene influencia alguna. El discurso mediático de la catástrofe no es sino un proceso de ocultación de las causas económicas estructurales.
Por supuesto, estos mecanismos solo son posibles recurriendo directa o indirectamente a la fuerza, desde el asesinato de oponentes a estas políticas pasando por los golpes de Estado o las guerras abiertas. Esa es la razón de la frecuencia de las intervenciones militares europeas directas o indirectas en África. Si Francia es el país más presente en estas aventuras guerreras es sobre la base de una delegación europea. Así, ante el ascenso de las potencias emergentes, ante la competencia económica estadounidense y china, Europa designa a Francia para defender los intereses de “Euráfrica”, es decir, para consolidar un neocolonialismo socializado a escala de la Unión Europea. Esta “Euráfrica” económica y militar es un viejo proyecto de determinadas fracciones del capital financiero europeo. Fue frenado por la competencia entre los diferentes países europeos que se tienden a poner en segundo plano debido a la exacerbación de la competencia vinculada a la globalización capitalista. Así es como ya en enero de 1954 Aimé Césaire alertaba sobre Euráfrica equivocándose únicamente con la nacionalidad del soldado: “ Lo repito, el colonialismo no está muerto. Es experto en renovar sus formas para perpetuarse; después de los tiempos brutales de la política de dominación se han visto los tiempos más hipócritas, pero no menos nefastos, de la llamada política Asociación o Unión. Ahora asistimos a la llamada política de integración, que tiene por objetivo la constitución de Euráfrica. Pero sea cual sea la máscara con la que se atavíe el colonialismo, sigue siendo nocivo. Por mencionar únicamente su último hallazgo, Euroáfrica, está claro que sería la sustitución del viejo colonialismo nacional por un nuevo colonialismo aún más virulento, un colonialismo internacional, cuyo gendarme vigilante sería el soldado alemán (4).”
Estas guerras directas o indirectas (5) son la segunda causa de la presión migratoria. Miles de personas africanas arriesgan sus vidas en el Mediterráneo no solo para sobrevivir económicamente, sino para huir de las guerras europeas y de sus consecuencias en términos de instalación de regímenes dictatoriales o, peor aún, del caos, como en Libia o en Congo con la instalación de “señores de la guerra” con los que el comercio puede continuar. El discurso mediático de la catástrofe oculta también la responsabilidad europea respecto a esta causa de las migraciones contemporáneas.
FRONTEX o la creación de las condiciones de un asesinato en masa
Si las causas antes mencionadas bastan para comprender el aumento de la presión migratoria, no bastan para explicar el aumento de la cantidad de defunciones en el curso de la migración. Para ello hay que orientar la mirada a las respuestas de la Unión Europea a esta presión migratoria. Desde 2005 estas respuestas se concretizan por medio de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea o (FRONTEX [del francés ” Frontières extérieures “, fronteras exteriores. N. de la t.]). El estatuto de agencia ofrece una importante autonomía que se reforzó aún más el 10 de octubre de 2011 al autorizarla a poseer su propio material militar. Los medios financieros que se ponen a disposición de FRONTEX aumentan constantemente: 19 millones de euros en 2006 y 88 millones de euros en 2011 (6).
En concreto, la Agencia organiza patrullas militares para devolver a las personas emigrantes a países vecinos por una parte y, por otra, firma acuerdos con Estados terceros para que sirvan de barrera de los candidatos a emigrar. Para poder realizar su misión la Agencia dispone de unos medios militares en constante aumento que son o bien propios o los ponen a su disposición los Estados miembros: más de una cuarentena de helicópteros y aviones, un centenar de barcos y aproximadamente 400 unidades de equipamiento como radares, sondas, cámaras, etc (7). Es a todas luces una lógica de guerra contra las personas migrantes. En particular, estos medios militares permiten a la Agencia garantizar patrullas frecuentes en las aguas territoriales de los Estados miembros, pero también en aguas internacionales. La Liga Belga de Derechos Humanos describe con razón la Agencia como “ un verdadero ejército al servicio de la política migratoria de una Europa que lleva a cabo con armas desiguales una guerra contra las personas migrantes que no tienen nada de soldado (8)”. Esta lógica de guerra lleva a las personas candidatas a la migración a arriesgarse cada vez más para escapar de la vigilancia de las patrullas de FRONTEX. El aumento de defunciones no se debe a una catástrofe imprevisible, sino que es el resultado de decisiones tomadas con plena conciencia de sus consecuencias mortíferas.
La segunda misión de FRONTEX consistente en firmar acuerdos con los países africanos ribereños del Mediterráneo no es sino una externalización del “trabajo sucio”, por retomar una expresión de la jurista Claire Rodier (9). Las consecuencias de esta externalización son lógicas: “ Esta externalización que consiste en subcontratar a los países limítrofes (Magreb, Europa del Este) para que gestionen la inmigración irregular supone varias ventajas para los Estados europeos: por una parte, transfiere el «trabajo sucio» (deportaciones en masa, detenciones arbitrarias, torturas) a países cuyos estándares son menos elevados que en Europa, lo que permite librarse de las obligaciones que las leyes europeas imponen en materia de respeto de los derechos humanos: por otra parte, participa de la relación de dependencia que mantiene la UE con su vecindario próximo. Y es que, a cambio de su colaboración, se promete a los países concernidos financiar acciones de colaboración o unas contrapartidas de naturaleza política o diplomática (10).”
Por consiguiente, a los muertos del Mediterráneo hay que añadir los malos tratos, la brutalidad y los muertos de esta subcontratación. Por supuesto, este papel de instalación de las condiciones del asesinato en masa institucional está ausente de los reportajes que nuestros medios de comunicación difunden con cada naufragio mortífero.
El discurso mediático sobre quienes trafican con personas migrantes
Tras ocultar las causas estructurales del aumento de la presión migratoria y las causas de su traducción en muertes en el Mediterráneo, al discurso mediático solo le queda centrarse en quienes trafican con personas migrantes . Ellos serían los únicos responsables de la situación y la lucha contra las redes de estos traficantes se presenta como la solución. El centrar el discurso político y mediático únicamente en estos traficantes contribuye una vez más a ocultar las verdaderas razones de los dramas regulares del Mediterráneo.
Está claro que no tenemos ninguna simpatía por quienes trafican con personas migrantes . Con todo, tenemos que recordar que mientras haya una demanda de personas migrantes habrá una oferta de travesías clandestinas. Abordar solo la oferta y ocultar la demanda es lo propio de las políticas que no quieren hacer frente a las causas de un problema social. Atacar solo a los traficantes, sin preguntarse por la demanda de “paraísos artificiales” de una cantidad cada vez mayor de ciudadanos, adoptar una política prohibicionista en materia de alcohol sin hacer frente a las causas de la alcoholización, etc.: son muchos los ejemplos de estas políticas hipócritas que pretenden actuar sobre las consecuencias mientras que las causas permanecen ocultas.
Al tener que hacer frente a un aumento de los riesgos de control, se incita a quienes trafican con personas migrantes a deshacerse lo antes posible de sus cargas molestas y por cualquier medio. “ Nuevos datos obtenidos el martes 16 de septiembre por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) vienen a confirmar la tesis según la cual, efectivamente, son quienes trafican con personas migrantes quienes abarrotaron voluntariamente el barco con cientos de personas migrantes antes de que este se hundiera ”, pone de relieve Elise Vincent en la edición de Le Monde del 16 de septiembre 2014. Si hay que perseguir y juzgar a estos criminales, no es menos cierto que estás prácticas solo son posibles porque la política económica crea las condiciones para ello.
Estas mismas orientaciones políticas proporcionan a la mafia una ocasión de oro de beneficiarse de la explotación de quienes han podido escapar a la muerte. El periodista de la agencia Reuter describe de la siguiente manera esta nueva “gallina de los huevos de oro” de la mafia en Lampedusa: “ Aquí, a ocho horas de barco de Sicila, la mafia ya ha hecho el negocio acogiendo a las personas emigrantes en unos centros explotados por unas sociedades privadas por delegación del Estado. Desde hace años son siembre las mismas quienes ganan las licitaciones. Una persona migrante reporta una treintena de euros al día de subvención. Es un negocio de oro con estas decenas de miles de migrantes, más rentable incluso que el tráfico de droga, según reconoce un gánster al que se le intervino el teléfono durante una investigación sobre la corrupción en Roma. Lo que es cierto en la capital será cierto en toda Italia. Una ilustración de esta organización es el escenario, siempre el mismo, que precede a los rescates. A bordo de los podridos cascarones de nuez que han partido de Libia no hay nada de comer ni de beber ni gasolina, pero sí un teléfono vía satélite para pedir ayuda. Un equipamiento demasiado costoso para quienes trafican con personas migrantes . Una vez en tierra, las personas migrantes proporcionan una mano de obra barata, en la agricultura en el caso de los hombres, en la prostitución en el de las mujeres. Un verdadero tráfico de esclavos y los esclavistas son africanos e italianos (11).”
Las obras de investigación sobre las discriminaciones consideran que una de sus formas es la discriminación sistemática, es decir, consecuencia de un sistema, y no de una decisión voluntaria de discriminar. Podemos tomar el mismo concepto en lo que concierne a las personas muertas en el Mediterráneo. Sin duda el asesinato de estas personas migrantes no es directo. Es, en cambio, el resultado ineluctable de las políticas de la Unión Europea, tanto en su política africana como en su política migratoria, tanto en el aumento de la presión migratoria como en su traducción en muertes a gran escala.
Artigo em francés :
Le mur meurtrier de la Méditerranée : L’assassinat institutionnel de masse de l’Union européenne
Fuente: http://michelcollon.info/Le-mur-meurtrier-de-la.html?lang=fr
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Notas:
(1) http://www.unhcr.fr/54871a45c.html , (2) Comunicado de prensa, “Non à la signature de l’Accord de Partenariat Économique UE-Afrique de l’Ouest par le Conseil de l’Union européenne !”, 11 de diciembre de 2014, http://www.solidarite.asso.fr/IMG/p… ;,
(3) Jacques Berthelot, “Il est urgent d’arrêter d’imposer les APE”, 16 de enero de 2013, http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/po… ;,
(4) Aimé Césaire, “Le colonialisme n’est pas mort”, La nouvelle critique, n° 51, enero de 1954, p. 28.
(5) Raphaël Granvaud, Que fait l’armée française en Afrique, Agone, Marsella, 2009. (6) “Frontex, le bras armé de l’Europe Forteresse”, demain le Monde, n° 18, marzo-abril 2013.
(7) Ibid. (8) “Frontex : guerre aux migrants”, documento audio, http://www.liguedh.be/les-fichiers-… ;,
(9) Claire Rodier, Xénophobie Business, à quoi servent les contrôles migratoires, La Découvertes, París, 2012. (10) Entrevista a Claire Rodier, Libération, 1 de octubre de 2012. (11) Antonio Parrinello, Reuters, 17 de enero 2015.