Centro de Investigación sobre Globalización

El Departamento de Estado y la CIA habrían apoyado el golpe 

Ambas dependencias del gobierno estadunidense tenían planes para ayudar al derrocamiento de Hugo Chávez Militares activos y retirados preparaban desde hace 6 meses la destitución

 

Según empresa de inteligencia privada, los rebeldes creían tener luz verde de Washington

por Jim Cason y David Brooks

 La Jornada 15  de abril 2002
Centre de Investigación sobre Globalización (CIG),  globalresearch.ca , 16 de abril 2002

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 Los golpistas fracasados en Venezuela pensaban que tenían luz verde de Washington para su complot en las semanas anteriores a su intento de derrocar al presidente Hugo Chávez, según versiones que circulan en la prensa estadunidense, y una firma privada respetada de inteligencia sugirió hoy que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado apoyaron el golpe de la semana pasada.

"Nuestras fuentes en Venezuela y Estados Unidos reportan que la CIA tenía conocimiento, y posiblemente hasta apoyó, a los civiles ultraconservadores y oficiales militares que (intentaron derrocar a Chávez)", informó hoy la empresa privada de inteligencia Stratfor.

Esta empresa, conformada por ex agentes de inteligencia estadunidenses y otros analistas especializados, la cual fue caracterizada por la revista de negocios Barrons como "una CIA privada", dijo que el mismo grupo de conservadores respaldados por la CIA inicialmente había planeado el golpe de Estado para el 27 de febrero, pero fueron convencidos de abortar el intento bajo presión del gobierno de George W. Bush.

Stratfor, que también suministra análisis a la Economist Intelligence Unit y al Foro Económico Mundial (Davos), describió la existencia de dos operaciones paralelas por el gobierno estadunidense cuyo objetivo era apoyar el derrocamiento del gobierno de Chávez, una organizada por la CIA y otra por el Departamento de Estado.

"Las fuentes de Stratfor reportan que el Departamento de Estado estaba silenciosamente apoyando la coalición moderada civil-militar de centro-derecha que buscaba hacer renunciar a Chávez al enfrentar su régimen crecientemente autoritario con un poder popular desarmado y pacífico", explicó la empresa en un informe. "Los funcionarios estadunidenses que apoyaron a los grupos civiles que buscaban la salida de Chávez creían que sus seguidores eventualmente llegarían a formar una masa crítica suficientemente grande como para obligar a un cambio en las políticas de Chávez o hasta provocar un cambio de régimen."

Credibilidad de Stratfor

El equipo analítico de Stratfor es ampliamente respetado en este país por sus informes plenamente investigados, los cuales han sido citados por The New York Times y otros medios nacionales en los últimos años. El informe emitido este fin de semana recibió mayor credibilidad con la publicación hoy de información en el diario The Washington Post indicando que la decisión para derrocar a Chávez se tomó hace casi seis meses, cuando un grupo de militares activos y retirados encabezados por el vicealmirante Carlos Molina y el coronel de la fuerza área Pedro Soto empezaron a organizarse contra el presidente. Según el Post, los oficiales sólo estaban esperando una justificación para actuar contra Chávez, la cual se presentó durante las manifestaciones de la semana pasada.

"Tenía que haber una justificación para que las fuerzas armadas intervinieran", comentó el ex ministro de Defensa Fernando Ochoa a The Washington Post. "Los oficiales compartían esta idea con la sociedad civil".

Pero también compartían la impresión de que contaban con el apoyo estadunidense. The Washington Post informó que estos militares golpistas se reunieron con funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Caracas en las semanas previas al intento del golpe y, por otro lado, La Jornada se ha enterado de que el coronel Soto también se reunió con funcionarios estadunidenses aquí en Washington la semana pasada.

"Ciertamente se reunió con alguien en el Departamento de Estado", confirmó un funcionario estadunidense hoy, antes de rehusar ofrecer más detalles. El coronel Soto visitó Washington la semana pasada, pero en una entrevista con La Jornada declinó comentar con quién se había entrevistado o quién fue el anfitrión de su gira, aunque sí confirmó que se reunió con miembros conservadores de la comunidad cubano-estadunidense en Miami.

Los oficiales militares golpistas creían que contaban con el apoyo tácito del gobierno de Bush. "El Departamento de Estado siempre había expresado su preocupación con Chávez", comentó el ex ministro de Defensa Ochoa a The Washington Post. "Interpretamos eso como un respaldo a su remoción."

El lunes el gobierno estadunidense rehusó condenar a los responsables de interrumpir el orden constitucional del gobierno electo de Venezuela, y cuando La Jornada preguntó a un funcionario estadunidense sobre la percepción de que el gobierno de Bush había apoyado el golpe, el funcionario decidió no comentar.

Estas versiones hicieron recordar al analista Mark Weisbrot el viejo chiste latinoamericano: ¿Por qué no ha habido un golpe de Estado en Washington? Porque ahí no hay embajada estadunidense".


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